El verano no acaba de entrar a pesar, de lo avanzado de la fecha. Ahora mismo hace un frío que no me ha permitido sentarme en la terraza y disfrutar de la quietud matinal del domingo, que tanto me gusta. El viento de poniente ha levantado las nubes que no dejaban ver el horizonte, pero no ha podido con el frío que transmite. El esquema mental no reconoce la idea de una sudadera en pleno mes de julio. El mar asoma la espuma blanca, señal inequívoca de temporal. Un domingo más que los veraneantes no podrán disfrutar del baño.
En mi cabeza también hay temporal. Sucesos fuera de control me tienen preocupada, mas por los amigos que por mi. Mi hermana siempre dice: estos son los últimos Austrias, haciendo alusión a la caída de la casa reinante española con Carlos II El Hechizado; a su muerte sin descendencia, provocada por la degeneración de la consanguinidad, entraron los Borbones. Ni que decir tiene que se refiere a nosotros y a los amigos que, como nosotros, van también, degenerando como grupo. No va descaminada. Pero si o si, es nuestro mundo y aunque es mejor que cambie, que no es bueno lo que hay, sientes que los pies se quedan sin apoyo, extraño, porque me alegro que termine, pero me produce inquietud. Lo que más me afecta es la perdida de amigos, la recolocación es imposible, no encajan en lo nuevo. Poner resistencia a lo que viene, es como dejar que el viento te vapulee creyendo que lo vas a vencer. No será.
¿Por qué una mujer inteligente es incapaz de manejar la duda razonable respecto a su hijo? ¿Por qué no se plantea que pudiera estar equivocada? Que los demás dicen la verdad. ¿Cómo se puede vivir en una continua mentira? ¿Qué clase de trastorno provoca que seas capaz de razonar a la perfección con el resto de la humanidad y con los tuyos perder toda perspectiva? ¿Quién cree que sus hijos son perfectos?
Frases como: subo a almorzar porque se que me necesitan, me dejan sin habla. ¿Quién necesita a quién? Una anciana de 85 años no es necesaria en ninguna comida, son los otros los que hacen el esfuerzo de adaptarse a sus años, de que pase una tarde agradable, de procurar guisar lo que le gusta, pero su soberbia es incapaz de verlo, el merito, la que se lleva los laureles, es ella, sin ofrecer la menor gratitud a los que la cuidan. ¡Asombroso¡ Cuando llegas al conocimiento a través de muchos años de permanecer a su lado, te das cuenta que está vacía, vive vacía y todo lo que hace, no tiene más principio que procurar llenarse. Y es a costa de nuestras vidas, que la rodeamos con “amor”, lo que la mantiene derecha. Y he pronunciado la palabra amor que ella desconoce, no lo siente, pero si es capaz de reconocerlo en los demás. Porque quisiera sentirlo, pero para eso hay que ser valiente, leal, desinteresada, abnegada y nada de eso son cualidades que pueda cultivar. Entiende su empeño por ganar, a costa de lo que sea, tenga el precio que tenga y pierda lo que pierda en el camino. Entiende de enfrentar a sus hijos contra su padre, de derramar sangre de su sangre, de odiar a los suyos, de no tener un minuto de paz. Paz que busca a través del amor de los demás. Le fascina la gente retorcida, maligna y capaz de romper límites. Le gusta dejar su vida en manos de las pastillas, drogarse hasta perder casi la consciencia y presumir de una locura que en verdad tiene, pero que fomenta para poder tener la libertad de acción que no le permitirían de no ser por eso. De ahí pasa a la generosidad más esplendida, al sufrimiento por el prójimo más sentido, que desborda en obras de caridad. Pero cuando la conoces te das cuenta de lo mismo, es a través del prójimo que se llena, que se fabrica un buen nombre y atempera sus malas acciones. No se te ocurra que ninguno de ellos llegue a las puertas de su casa, puede ser de una crueldad inhumana, destrozar su dignidad a la vez que le ofrece el dinero de su subsistencia.
Gran admiradora de Hitler, igual te dice que era malísimo como te insiste en que hizo bien matando tanta gente. Enloquecedora y enloquecida, no soporta que le lleves la contraria y, si por casualidad, le recomiendas hacer algo por su bien, procurará hacer lo contrario, tomará el consejo como un reto que tiene que ganar, para luego echártelo en cara.
Criatura extraña llena de excesos, obsesiva hasta la locura y digo la palabra de forma literal, desde las más nimias a las más escabrosas. Capaz de dejarse morir de inanición, de desarrollar un asco hacía la comida y quedarse en los huesos. De tomar pastillas y no poder levantarse de la cama, de comer lo mismo hasta el aborrecimiento, un día tras otro. De no probar bocado que haya guisado alguien a quien no conoce, todo tiene que ser igual, no puede soportar cambiar de vajilla. Años me ha costado que superara la fobia a unos platos, comprados por ella, pero que era incapaz de utilizar. Si la vieras tensa, como si la suave porcelana pudiera herirla, repitiendo una y otra vez: no puedo, llévatelo, no puedo… Al fin lo superó. De un pensamiento morboso, de una sexualidad maltratada, arrinconada que despunta en una curiosidad malsana, todo es asco, las caricias, el beso, la piel, sin hablar de lo innombrable, el coito. El hombre tiene que ser perfecto, hermoso y fuerte, más fuerte que ella, más rocambolesco que ella para poder relacionarse peleando por el puesto dominante. O ser sumisa hasta la humillación. Ser mujer para ella es debilidad, mostrar pasión, sentir pasión algo que te lleva a la indefensión. Fanática del orden, pero su orden, salir de ahí es una tragedia que solo se permite de vez en cuando.
Este retrato responde a una gran mujer. Leo lo que he escrito y me horroriza, pero me he quedado corta. Quizás porque conozco sus flaquezas, sus miedos, porque nuestra relación es la única que de verdad ha tenido sincera en toda su vida, porque me acogió y me acoge cuando lo he necesitado tanto, es que la quiero. Nadie ha podido soportar a su lado tanto tiempo, porque cuando descubren el rostro feo y aterrador, salen corriendo. Nuestra amistad es la admiración de su familia y de todo el entorno, pero no me voy a quedar callada si tengo que ir contra su hijo porque no lleva la razón. La verdad para mi es muy importante y si pone en riesgo la amistad será el precio a pagar. No es una broma la muerte de un trabajador y la vida destrozada de otros dos a causa de quemaduras. La investigación dirá. Entre tanto, como le he dicho, hay que callarse, pero no lo hace.
Palumba D. España, julio 2014