Carta
Tormentoso
Dr. Marietan:
Ante todo, gracias por la oportunidad
que me brinda de exponerle mi caso, que intentaré resumir
lo más posible. Mantuve una relación durante mas de un año
con una persona que casi no me vuelve loca. Con dos hijas,
un cáncer del que salió hace ya tres años, un divorcio
polémico…en fin, le conocí saliendo de todo un embrollo
tremendo y me conmovió. Un ser grandioso en el término mas
amplio de la palabra, tanto para lo bueno como para lo
malo. Estar con el era como andar con por un camino lleno
de piedras, tortuoso y a veces liso y maravilloso. Desde
el inicio aparecieron los problemas, desde mi punto de
vista incomprensibles, por lo que rompí la relación con el
un montón de veces y luego…después de llantos,
persecuciones, regalos, y promesas de cambio, volvía con
el. En realidad era un enganche tanto sexual como mental.
A veces me sentía tan oprimida y tenía tanta presión
encima que deseaba escapar de el como fuese. Empezé a
viajar mucho, para huir de el. Durante esos momentos, el
desaparecía como enfadado o volvía a aparecer, o cambiaba
de carácter continuamente. Agresivo, tiraba objetos, me
llamaba loca…en realidad creo que mi vida dejó de tener
importancia para mi. Sólo estaba pendiente de el, de sus
llamadas, o de sus no llamadas, de sus putadas, o de su
falta de atención hacia mi, de su indiferencia. El caso es
que en un momento muy débil de mi vida, después de la
enfermedad y muerte de una hermana mia, sencillamente me
dejó por otra. De la noche a la mañana. Me destrozó…y
desapareció del mapa. Simultáneamente iba por ahí diciendo
que yo estaba loca, que era una chica caótica, un
desastre, que no sabía lo que quería, y que tuvo que
dejarme por cuestiones de salud. No podía volver a tener
un nuevo cáncer…así que me dejó de perseguir a mi,
supongo que para hacer lo mismo con otra. También yo,
después de casi suplicarle que siguiese conmigo, y de su
respuesta de frialdad absoluta y total hacia mi,
desaparecí yo también. Ha transcurrido desde entonces un
año y medio. La cuestión es que en fin de año volvió a
aparecer, si bien por email, lamentandose de lo ocurrido,
pidiéndome perdón, y implorando «al menos mi amistad».
De entrada mi rechazo fue frontal y
le contesté al email diciéndole que no me interesaba en
absoluto y que no me creia nada de lo que decía, que se
había vuelto loco por otra y que ahora yo no quería nada
con el. Me contestó a una larga carta mia con un simple
Adiós.
Al mes…cometí un gran error. Le
llamé, y le dije que bien, que podíamos ser amigos…me
contestó frio, me dijo que estaba ocupado y que ya
hablariamos. De esto hace una semana. No apareció más.
Le escribo porque al leer su artículo
(que por cierto busqué), porque siempre he creido que este
chico está loco o desequilibrado. (de hecho se
psicoanaliza desde hace veinte años con un lacaniano, del
cual no prescinde nunca), el caso es que veo que otra vez
me envolvió, para desaparecer..Me gustaría que me hiciese
saber su opinión y su consejo. NO paro de arrepentirme de
haberle llamado y no parar con su adiós. No sé si llamará,
pero me temo que si. No quiero volver a caer otra vez en
sus garras, esta vez me destrozaría del todo. De hecho,
ya, con su aparición ha conseguido desestabilizarme. ¿Que
hago?- Gracias de antemano. En el fondo, pensé incluso en
retomar de nuevo la historia. Dios mio…en que cabeza
cabe¡¡¡¡