SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA Y PSICOPATÍA

Psicopatia Dr.Hugo Marietan

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Psicopatía, psicópatas y
complementarios


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Carta

Un
monstruo de dos cabezas

Dr. Marietan: disculpe la extensión
del texto pero no tengo la capacidad de sintetizarlo,
porque hasta a mí me asombra lo que me pasó,
y creo que si omito algo se vuelve incomprensible.
Llevaba 5 años aproximadamente haciendo terapia
con una psicóloga, mi objetivo era reforzar mi
estima, defensas y ordenar mi situación laboral,
ya que por una serie de problemas de salud, no puedo sostener
jornadas físicas muy extensas. La psicóloga
que me derivó y la que me atendió estos
últimos años hicieron hincapié en
que yo no tenía fe en mi misma por que no tenía
fe en Dios. Así que me hizo perder el tiempo diciéndome
que los procesos de mi situación eran lentos y
que con fe y voluntad lograría ordenar mi vida.
Me sugirió que rompiera lazo con muchas amistades
porque eran personas tóxicas, ya que la iglesia
en la que se congregan es la B S Y su colección
de libros de autoyuda. Todas las ideas y proyectos que
le comentaba eran derribados por que no estaban basados
desde la luz del bienestar. Y yo le creía porque
era mi psicóloga. Cuando pensaba en un trabajo,
me decía «te queda algún contacto todavía»
como que yo estaba fantaseando algo imposible.
Me dijeron que yo tenía que tener gente de mi nivel
y calidad para relacionarme social y laboralmente, por
lo que me fui quedando cada vez más sola.
Tengo intensos dolores de cabeza desde hace muchos años,
y un traumatólogo me ordenó realizar una
operación de reducción mamaria, porque tenía
cifosis lo que generaba estos dolores de cabeza. Como
mi situación económica es muy limitada me
sugirió que vendiera mi departamento y el de mi
madre también, que viviéramos juntas y con
la diferencia me pagara la operación, así
lo hice, los trámites catastrales eran muy lentos
en provincia, así que la mudanza fue un infierno
tuve que vivir en un hotel, y después rentar un
departamento temporario hasta que me entregaron súbitamente
el dpto., por lo que necesitaba un pintor urgente para
hacer las refacciones que necesitaba la vivienda.
La psicóloga que a esta altura ya me había
recomendado todo: escribano, contador, asesor inmobiliario,
me recomendó a «un artista» que era impecable
en su trabajo una excelente persona de su confianza, como
todo había salido bien hasta el momento no dudé
en llamar a esta persona.
Encantador, no era un pintor común y corriente,
se encargo de deslumbrarme con su curriculum artístico,
sus exposiciones y conocimientos en arte.
Obviamente quede deslumbrada, cuando mi psicóloga
se entero, puso cara de sorpresa, y yo le conté
lo bien que me trataba este hombre, lo compañero
que era, y ella me aseguró que era un hombre muy
protector, que tenía un corazón de oro,
que siempre quería ayudar a los demás, que
si fuera mala persona su hijo no lo estimaría tanto
porque él tiene buen corazón y se rodea
de personas buenas.
La relación duró 8 meses, a los 2 meses,
este hombre me dice que estuvo preso en Magdalena 3 años,
y 1 año en la comunidad terapéutica por
abuso de drogas y alcohol, que esta psicóloga dirigía,
pero que no tomaba nada y que el alcohol lo podía
controlar, porque de entrada le advertí que no
me gusta tomar alcohol ni la gente que abusa de él.
Cuando le planteo esto a la psicóloga me dice,
que fue un ejemplo en su comunidad que lo iban a hacer
operador y que iba a dar talleres de carpintería
para los internos por su gran carisma.
Este hombre recibía mensajes de texto continuamente
y a horas extrañas, cuando le pregunte quien era
a esa hora excusaba que su hijo, clientes, etc.
Le revisé el celular tenía una colección
de mensajes de amenazas de su expareja, uno de ellos le
decía que si se acercaba a una de sus hijas lo
iba a matar.
Me dió terror, me quería ir de su casa sentí
algo horrible, monstruoso, él me atajó,
y me dijo que ella tenía hepatitis C, y que la
medicación la había trastornado, sé
victimizó, que le preguntara a mi psicóloga
porque esta mujer había sido operadora de su comunidad
terapéutica.
Mi expsicologa confirmó todo, dijo que era una
mujer que había que encerrarla, que mi exnovio
era una victima de injurias.
Su conducta conmigo se fue volviendo cada vez más
extraña, empezó a tener berrinches, a lo
que yo me retiraba del lugar porque no soporto la violencia
ni los caprichos extraños en adultos.
Mi psicóloga me decía que el nunca había
estado con alguien tan extraordinario como yo, que no
era una persona violenta, que se sentía frustrado,
que estaba bien que me retirara de la situación,
que no dejara que me provoque a discutir.
Le dí un corte a la relación a los 5 meses
porque eran cada vez más violentos sus arranques,
me llamaba llorando por teléfono, mails y una noche
se me presentó en mi casa, un hombre de 44 años,
llorando a los gritos, pidiéndome perdón,
que estaba estresado porque quería abrir su negocio
en El Remanso, y quería estar conmigo, y que perdía
el control porque no podía estar en los dos lugares
a la vez.
Bueno me sentí una fría e incomprensible
malvada, que no apoyaba a este tan gran hombre estresado
y loco de amor, así que decidí acompañarlo
a abrir su local, que era un galpón de 300 m2,
todo sucio y desordenado, que tuvo por un año,
y todavía no había podido inaugurar.
Conmigo en 10 días, logró abrir su local,
porque soy una persona muy organizada, y rápida
para resolver situaciones de este tipo, por mi entrenamiento
en empresas internacionales donde mi salud se deterioró
ante tanta inmediatez y exigencias.
Al mes como él no tenía un planning organizativo,
ni soporte económico de nada y nadie entraba en
su local a comprar, volvió con los actos agresivos
hacia mí, ya debía tres meses de alquiler,
y comenzó a hacer presión para que le diera
la plata de mi operación, con indirectas. También
comenzó a coquetear delante mío con las
clientas, obviamente a negarlo, y mi psicóloga
comenzó un discurso diferente: es un sucio, nadie
lo va mirar, esta paranoica de celos no esta a tu altura
social, etc, cosas que no parecían motivos de separación,
ya que «la paranoica era yo» ni que tuvieran
que ver con las percepciones que comenzaba a tener de
él, y que ella negaba una por una excusándolo
y diciendo que yo estaba desvirtuando la realidad.
El último mes de nuestra relación, La psicóloga
se tomó vacaciones, y no me atendió por
tres semanas, las agresiones eran cada vez más
fuertes, él quería traer algún indigente
de la calle para que durmiera en el sótano a cambio
de que limpiara el local, como me horroricé comenzó
con que yo no lo apoyaba en nada, etc.
Intenté volverme a Buenos Aires con mis cosas,
tres veces en las que irrumpió en grandes escándalos,
y yo di marcha atrás porque me di cuenta que no
me iba ser fácil volver con mis pertenencias personales
a mi casa.
Empezó a hacer comentarios y galardón de
como mataba animales indefensos, cuando era chico, de
que le robaba dinero a sus padres, y después automóviles
desde los 13 años, hasta que cobró una herencia
y volvió a reincidir hasta caer preso.
Que cuando trabajó en Salta, en una planta de gas,
los compañeros ls fines de semana, salían
a cazar al monte, a cazar indígenas para violalarlas
pero que él no había participado nunca cosa
que ya no le creía nada y solo pensaba en como
irme de ese lugar de al lado de ese monstruo.
Cada vez me sentía más aterrada, sin nadie
a quién consultar, también se comportaba
extraño con la novia adolescente de su hijo, hacia
comentarios de tono sexual desagradables, y sobre la hija
de su expareja también, no quería tener
más relaciones íntimas conmigo alegando
que lo maltrataba, una noche enferma en estado de lipotimia
le pedí por favor que me trajera a Buenos Aires,
que no soportaba más que tenía hambre y
él se negaba a llevarme a comprar comida porque
estábamos en medio del campo y yo no sé
conducir. Le dije que no era feliz que manejara su negocio
solo, que yo ya había colaborado lo suficiente
que era su proyecto y que resolviera todo como él
quería, ya que cada consejo o sugerencia de mi
parte eran, según él egoístas y malintencionadas.
Accedió me trajo a mi casa, se quedó a dormir,
muy tranquilo, a la mañana me quiso llevar de nuevo
al campo, y no accedí, irrumpió en un estado
de cólera, y se fue, enviándome mensajes
de textos todo el tiempo insultándome, así
que tomé la decisión me fui al Remanso,
decidida a traer las últimas cosas que me faltaban
por que con la excusa de mi operación fui trayendo
las de más utilidad y valor para mí semana
tras semana sin que se diera cuenta.
Cuando llegué se comportó como si nada hubiera
pasado, y le dije que con la misma amabilidad y amor que
yo le había prestado todo, todo tenía que
volver de la misma forma. A lo que contestó tus
cosas se quedan acá y vos te vas con un tajo en
la garganta, fueron 7 horas de forcejeo, como un secuestro,
él sabía que no había fletes los
domingos para que me trasladara, trajo una botella de
vino, y me dijo «ahora vas a saber quien soy».
Me escondió la cartera, me daba empujones para
que me defendiera, y como yo no reaccionaba porque estaba
paralizada, aclaro que mido 1,60 y peso 50 kg, y el mide
1,90 y pesa 96 kg, dijo que se iba del lugar, el perro
se asustó de los gritos, y él comenzó
a pegarle con un palo, yo llamaba al 911 y al 101, y no
me respondían, desesperada llamé a mi psicóloga
le dije lo que pasaba y me dijo que estaba ocupada que
llamara al 911. Cuando se dió vuelta rompiendo
todas mis cajas, intentó golpearme la cabeza y
me corrí, y pedí ayuda a los vecinos caseros
de la misma propiedad que no me dejaron usar el teléfono
para llamar a la policía, él me vino a buscar
y me cerraron la puerta.
Me escape a la ruta y me escondí detrás
de un cartel, comenzó a llamarme al celular, diciéndome
que me iba a matar.
Logré contactar con una remisería y me volví
a la ciudad, y en micro desde Pilar.
Cuando llegué a mi casa estaba todo el palier roto,
con mi nombre escrito en las paredes, y parte de mis cosas
todas rotas, el portero y los vecinos lo vieron, hice
la denuncia del destrozo del Palier y el consorcio también.
Él niega todo lo que pasó, incluso que puse
dinero en su negocio, y le dí de comer dos meses
porque se atrasaba cada vez más con los trabajos
y no podía cobrarlos.
Comenzó a llamar a mi psicóloga para decirle
que yo estaba fuera de control, que le diga como tenía
que MANEJARME, pidió que tuviéramos sesiones
conjuntas y yo me negué.
Quise hacerle una denuncia por violencia de género,
a todo esto, nunca en mi vida había conocido a
alguien tan demente, ni se como se procede judicialmente,
en estos casos.
La psicóloga me dijo que yo me quería vengar
«que eso no era cristiano», dos meses me trabajó
la cabeza para que no buscara asesoramiento de ningún
tipo, un día me muestra un mail en el que él
le dice, que yo soy una seductora, que me hacia la frágil
con voz quebradiza, pero que en el fondo era una manipuladora,
le pedía perdón a ella por haberse metido
con una paciente y por lo sucedido más allá
del castigo que yo merecía. Que su negocio iba
prosperando que vendía muy bien recuperándose
del daño que yo le hice.
Y yo le contesté a mi psicóloga que si le
iba tan bien que me devolviera todo lo que me debía
y lo que rompió en el edificio, más lo que
se quedó que sacó de las cajas que eran
mías. La psicóloga me respodió: que
aprendiera la lección por ESTÚPIDA, por
«elegir acostarme con un delincuente, que ella solo
me había presentado un pintor».
A todo esto nosotros ya habiamos puesto fecha de casamiento,
cuando la relación aparentaba ser sana y normal,
no era una relación pasajera para mí y su
familia y mi pequeño entorno ya lo sabían.
A él le respondió el mail diciéndole
que lo felicitaba que no le debía ninguna disculpa,
que era todo un artista que se merecía que le vaya
bien el la vida.
Obviamente tuve una discusión muy fuerte con ella,
el criminal me lo presentó ella como un hombre
ejemplar, que yo era una artista que había trabajado
desde chica para pagarme mi carrera y no le había
robado nada a nadie, ni me había tiroteado con
la policía etc., cual era el concepto de artista?
A lo que me contestó, «vos solo querés
culparme de lo que pasó» sabiendo que mi personalidad
es absolutamente culpógena.
No volví más a sus sesiones, hace un mes
que no la veo, la verdad es que no creo que me vuelva
a abrir nunca más en una terapia, estoy tomando
rivotril, recetado por mi endocrinólogo, y tuve
dos sesiones de terapia con unas colegas de él,
una me dijo que no tenía tiempo para mi caso porque
era muy frágil, que me iba a derivar alguien idóneo,
se fue al patio a llamar a esta colega, y minimizó
todo lo que le conté, le dijo que tenía
problemas con un noviecito; me quería morir, me
sentí un paquete que pasa de mano en mano.
Es todo tan irreal lo que yo cuento? Lo cierto es que
la segunda terapeuta me dijo que no caí en manos
de un psicópata, caí en manos de dos.
Y que la psicóloga que me atendía lo encubría
por algo, por lo que recordé que una vez él
me dijo que sí Graciela, mi expsicologa le hacia
algo, Él iba denunciar de irregularidades de su
comunidad terapéutica, a lo que le contesté
inocentemente, para no decir estúpidamente, por
qué Graciela habría de hacerte algo? a lo
que nunca respondió.
Doctor, leo todo el tiempo relatos de personas que estuvieron
en situaciones parecidas, y me da escalofrío, porque
se trata de volver a confiar, y yo ya era desconfiada
antes de todo esto que me pasó, la única
persona en la que confiaba era en mi expsicologa, no logró
conciliar mi recuperación, es todo muy reciente,
hace tres meses que este hombre quiso matarme y uno de
la última sesión de «antiterapia».
Pero al saber como es él, ahora está tranquilo
porque tiene ese período o meseta de equilibrio
que leí en algunos blogs, un abogado, me dijo que
era un loquito que si no me molestó hasta ahora,
no aparece más, que una chica tan linda como yo
no debería estar pensando en juicios o demandas,
que me tenía que salir a divertir, que si él
tuviera mi edad estaría haciendo otras cosas.
Me siento absolutamente desamparada, el martes tengo una
entrevista en el centro Shalom Bait, y voy a pedir una
consulta con el abogado Dr. Viar. Ya no sé que
más hacer, obviamente confío en Dios, pero
no al que me sometió esta psicóloga.
Sus notas y comentarios, me aclararon absolutamente que
estuve en relación con un psicópata, esto
le pregunté a mi expsicologa, y me dijo él
es un mediocre no tiene inteligencia para ser un psicópata,
que ella era más psicópata porque estaba
entrenada para enfrentarlos.
Le agradezco cualquier sugerencia que me pueda hacer,
y gracias por tener una web tan completa y generosa en
información.
Le Saluda atentamente, S

 

 

 

 


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Sobre el autor

Hugo Marietan

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SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA Y PSICOPATÍA

Hugo Marietan

Nacido en Buenos Aires, en 1951

Médico, Facultad de Medicina, Universidad de Bueno Aires, 1981, MN 62757

Médico Psiquiatra, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, 1986

Formación Docente: Egresado del Curso de Formación Docente Pedagógica en Ciencias de la Salud y Carrera Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

Docente Adscripto a la Carrera Docente Facultad de Medicina. de la Universidad de Buenos Aires desde junio de 1991 a la fecha.

Académico Titular de la Academia Internacional de Psicología de Brasil (2002)

Para ver el curriculum completo: https://marietan.com/curriculum/

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