Curso
sobre psicopatía 1, año 2004
Director Hugo Marietán
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Entrega 8
HISTORIA DEL CONCEPTO
a) Morel, Magnan
Benedicto Agustín Morel (1809
1873)
El padre de Morel era proveedor de
las tropas de Napoleón. A su paso por Viena nace
Benedicto. No hay mención sobre su madre. Es dejado al
cuidado de un Abate; esta impregnación religiosa, más el
aprendizaje preciso del alemán, serán significativos en su
vida. Sin embargo Benedicto no será un apegado a las
rutinas ni a lo burocrático, esa natural tendencia hará
que sea echado del seminario, que sea periodista por
cuatro años, luego preceptor en una familia, que estudie
medicina y se reciba recién en 1839, a los 30 años. Su
amigo Claude Bernard, le presenta J.P. Falret, que
justamente necesitaba un traductor de alemán, y allí
comienza su carrera académica presentando varios trabajos
sobre psiquiatría. En 1857 publica Traité
des dégénérescences y en el 60 Traité des maladies
mentales. Es precursor de la medicina forense en
Francia, y como perito debe viajar a Munich para defender
al conde Chorinski, acusado de asesinato. Alega que padece
de un tipo de locura, una demencia precoz, dada la
juventud del acusado, y lo salva de ser condenado a
muerte. Este hecho hará que los franceses aleguen la
paternidad del concepto de demencia precoz, en un intento
de quitárselo al alemán Kraepelin, más por una cuestión
nacionalista que real. (1)
B. A. Morel (2), de mentalidad
positivista, busca el principio primero, la ley que regule
en psiquiatría la evolución de los fenómenos. Estudia a
Lamarck y Buffon, quienes usan el término degeneración
como sinónimo de degradación, una desviación natural de la
especie. Pero Morel parte de lo religioso para elaborar su
teoría de la degeneración. El hombre, dice, ha sido creado
por Dios siguiendo un tipo primitivo perfecto y toda
desviación de ese tipo perfecto, debido al pecado
original, es una degeneración, una desviación malsana de
la especie. La esencia del tipo primitivo y, por lo tanto,
de la naturaleza humana, es la dominación de lo moral
sobre lo físico. El cuerpo no es más que «el instrumento
de la inteligencia». La enfermedad mental invierte esta
jerarquía y convierte en bestia al humano. Una enfermedad
mental no es más que la expresión sintomática de las
relaciones anormales que se establecen entre la
inteligencia y su instrumento enfermo, el cuerpo. La
degeneración de un individuo se va trasmitiendo por
herencia (y agravando) a lo largo de las generaciones
hasta llegar a la decadencia.
Hace una distinción entre causas
predisponentes y determinantes. Las causas que
predisponen son físicas o morales, individuales o
generales y, por suma hereditaria, llegan a constituir la
predisposición, terreno particularmente frágil en el que
aparecerá la locura en cuanto aparezca una causa
determinante, ya sea física o moral (2).
Es interesante el cruce de ideas que
hace José Luis Peset (3) entre el marco histórico -la
teoría de la degeneración (que habla de la degradación en
la especie) y la teoría de la evolución (portadora de la
posibilidad de la mejora de la especie humana) de Darwin-
cuyo libro, La evolución de las especies, aparece en 1859,
dos años después del Tratado de las Degeneraciones, de
Morel. Dice Peset: A lo largo del ochocientos se producen
cambios notables en la sociedad europea, un fuerte auge de
los nacionalismos que vendría acompañado de guerras y de
desplazamientos. La agricultura pierde terreno frente al
comercio y a la industria, creciendo las ciudades en
detrimento del campo. Los científicos se obsesionan
entonces por medir las novedades, ya sea en el imperio, en
la ciudad, en las instituciones o en el individuo. Muchos
de los campesinos se convierten en proletarios, mientras
la nobleza languidece y la burguesía se acostumbra al
poder político y a llenar sus arcas. La miseria de los
primeros, la decadencia de los segundos y la codicia de
los últimos van a marcar el siglo. Hacia su mitad, dos
amplios marcos de interpretación de todo este proceso
impresionante confluirán, con amplia repercusión social,
cultural y científica. El viejo Buffon había dejado su
teoría de la degeneración como herencia, dedicada a las
capas sociales en declive; mas, por su lado, el joven
Darwin lanzará pronto su teoría de la evolución, sintiendo
que la lucha por la vida permitirá el progreso de los
seres más fuertes. ¿Hay que pensar aún que están detrás
de estas teorías la decadente nobleza y la pujante
burguesía, así como la fisiocracia y el libre cambismo, la
creciente ambición de riquezas de la tierra y el poder
omnipotente del capital? En cualquier caso, ambas posturas
la degeneración y la evolución influirán mucho en la
teoría del genio, señalando dos líneas de análisis que se
mantienen paralelas más que opuestas. La una intentará
ocuparse con detalle de las taras orgánicas de los seres
degradados, mientras la otra procura analizar más los
comportamientos (intelectivos o sociales) de los
dominadores; pero ambas comparten métodos, y en tanto la
primera trata de hallar sus verificaciones en las
anomalías, la segunda lo hará en las actitudes.
Esos dos mitos clásicos darían
origen a dos corrientes de pensamiento, la continental
europea, apoyada en el pesimismo y la degeneración, más
católica y nobiliaria, y la insular, protestante y
burguesa, que defiende el triunfo de los fuertes y el
progreso.
Magnan, Valentin (1835-1916)

Jacques Joseph Valentin Magnan,
escribe Eduardo Tomás Mahieu (5), nació el 16 de Marzo en
Perpiñán en el Roussillon, región que vió nacer otros
grandes psiquiatras: P. Pinel, E. Esquirol, J.P. Falret,
Henri Ey. Siguió los estudios secundarios en su ciudad
natal para luego comenzar los estudios de medicina en
Montpellier. En 1858 deja Montpellier para efectuar el
internado de los Hospitales de Lyon. Es allí que va
efectuar su primer contacto con la psiquiatría en el
servicio de Arthaud quien fuera alumno de Falret en la
Salpêtrière.
En 1863 es nombrado en el concurso
del internado de los Hospitales de París. Se forma en las
escuelas de Bicêtre y de la Salpêtrière (Baillarger,
Falret). La explosión demográfica del fin del Segundo
Imperio (Louis Bonaparte, sobrino de Napoleón) obliga al
Barón de Haussmann a crear numerosos asilos (Sainte Anne
en París, Perray-Vaucluse y Ville Evrard en los
suburbios). Magnan se encuentra entonces en el momento
justo de la creación del asilo de Sante Anne y de la
creación del Servicio de Admisiones en el cual va a
permanecer cerca de cuarenta años.
Valentín Magnan (2) y sus seguidores
quitarán lo religioso de las ideas de Morel, incorporarán
los conceptos darwinianos de la lucha por la vida y
acentuarán los aspectos neurobiológicos. Estos conceptos
van a afirmar la ideología de la herencia y de la
predisposición en varias teorías sobre las enfermedades
mentales. Según Magnan hay cuatro conceptos fundamentales
en torno a la degeneración: a) la predisposición, estado
inicial del degenerado, en ausencia de complicación; b) el
desequilibrio, desarmonía entre las diferentes funciones
psíquicas y de los centros nerviosos: c) los estigmas,
idea antigua de que el cuerpo expresa las cualidades del
alma. Distinguió los estigmas morales: retraso intelectual
o afectivo, desadaptación social, de los estigmas físicos,
atrofia, hipertrofia, distrofias; c) síndromes episódicos,
obsesiones, impulsiones y bouffées delirantes. Ubicó a los
genios en un tipo de degenerados, los degenerados
superiores. Esta idea arranca con La psychologie morbide
de J. J. Moreau de Tours, de 1859, donde se aporta la
teoría de la neurosis del genio, señalando como causa de
su personalidad, para bien y para mal, la irritación.
Empieza así la construcción de una genealogía de la
anormalidad, pues esos fenómenos sugerían la existencia de
una amplia familia en cuya base estarían los débiles de
espíritu y en su cima las fuertes individualidades. Las
alteraciones de la mente o la conducta que se producen en
los seres destacados por su excentricidad, por su
afectividad o por su inteligencia, poseen las mismas
raíces orgánicas que las de los idiotas o los locos. En la
base de la genialidad está la sobreexcitación de los
centros nerviosos, que además contaría con una
predisposición hereditaria. (3)
Dice Eduardo Mahieu Esta teoría será
el zócalo de la nosografía de las enfermedades mentales
que va a oponerse a la nosografía kraepeliniana que va
terminar por imponerse, y para la cual la evolución, la
historia natural de las enfermedades es el criterio
clasificatorio esencial, relegando a un segundo plano el
criterio causal.
Y continúa Mahieu (5) En 1891
publica sus Leçons cliniques en el cual opone punto por
punto el Delirio polimorfo de los degenerados al Delirio
crónico a evolución sistematizada. El primero corresponde
aún hoy a la descripción de las bouffées delirantes
agudas: polimorfo en sus temas y en sus mecanismos. El
segundo, eclipsado por la sistematización krepeliniana de
los delirios crónicos, corresponde con precisión, según
Maleval y otros autores, al desarrollo del ciclo mórbido
del Presidente Schreber. Se caracteriza por seguir «una
marcha regular, metódica, ofreciendo en su evolución
sucesiva cuatro etapas bien delimitadas:
– Primer período, de incubación y de
inquietud: nervioso, el sujeto comienza a interpretar
ciertos hechos que adquieren una significación personal.
Aparecen las alucinaciones.
– Segundo período, de persecución y
de sistematización: las alucinaciones verbales se vuelven
permanentes. El delirio comienza a estereotiparse.
aparecen los neologismos ya que el paciente no encuentra
más en el lenguaje ordinario las palabras convenientes al
mundo de sensaciones en el cual vive.
– Tercer período, de grandeza: las
ideas de grandeza aparecen por deducción lógica, por vía
alucinatoria, o espontáneamente. El delirio de persecución
se atenúa y el comportamiento del enfermo cambia.
– Cuarto período, la demencia: la
memoria se deteriora, la actividad intelectual se
debilita. El enfermo se torna indiferente, su discurso
plagado de neologismos deviene ininteligible.
Conclusión:
Hablamos aquí de dos artífices del
pensamiento psiquiátrico en la temática de las
psicopatías. Morel que da forma, basado en lo religioso,
al degenerado. Aquel que no es como nosotros, como el
común, debe estar enfermo o padecer una tara, no hay para
Morel una tercera posibilidad: la de ser distinto. Magnan
seguirá a Morel, cambiando el fundamento religioso por el
evolucionista. Veremos que este pensamiento, la
intolerancia a la diferencia, va a impregnar a los
teóricos de la psicopatía, quienes van a calificar a estas
personas primero como tarados y luego como
trastornados (trastornos de la personalidad), realizando
una valoración social, moral, más que médica.
Nosotros a lo largo del Curso, vamos
a tratar de mirar detrás de este velo moral para
adentrarnos a una interpretación de la mente del
psicópata.
En le entrega que viene veremos la
postura de un hombre que puso su sello sobre el tema: Kurt
Schneider.
Bibliografía
1) Constant. F. Introducción a la
vida y obra de B. A. Morel, tesis, Paris, 1970, en
Historia de la Psiquiatría, J. Postel, C. Quétel, Fondo de
Cultura Económica, México, 1987.
2) Postel, J., Quétel, C., Historia
de la psiquiatría, Fondo de Cultura Económica, México,
1987.
3) Peset, José Luis, Genio y
desorden, Cuatro. Ediciones, Valladolid, 1999.
4) Schneider, Kurt, Las
personalidades psicopáticas, Ediciones Morata, Madrid,
1980
5) Mahieu, Eduardo: http://psicomundo.org/otros/magnan.htm