La difícil separación del psicópata
Estimado Doctor Marietan: hace tres meses que se eché a P de mi casa. Yo le había escrito a Ud. Estoy atravesando la segunda etapa, al de después del contacto cero. A pesar de hacer terapia 3 veces a la semana tengo momentos de un vacío tremendo, un llanto incontrolable y días que no puedo dormir.
No sé si es en parte porque mi estado de embarazo me complica aún más emocionalmente. No puedo abandonar esas preguntas que me hago sobre él desde mi calidad de neurótica C…aunque sé que Ud. advierte de la inutilidad de las mismas y aunque haya leído, su libro, los artículos de la página y otra bibliografía.
Descubro que lo que hace difícil el retorno y la omnipresencia en la cabeza de los complementarios, por lo menos de la mía como complementaria es que era el único apoyo de mi autoestima: yo suponía que si él que tratada tan despreciativamente a la gente, desde su soberbia, me consideraba a su interlocutora válida y vivía conmigo , era que yo algún valor, no sé cual, tenía.
Otra de los aspectos era mi fascinación por estar con alguien que no le temía a nadie ni a nada. Yo siempre fui muy culposa y responsable al extremo: en mi trabajo, en mis estudios, era para mí terrible sacarme un ocho…y él no tenía miedo a nada y algo que yo entendería como un fracaso él se lo explicaba como un defecto del afuera. No existía en él el autorreproche, la tristeza el miedo. Siempre se sentía triunfador. Lo contrario a mí: que aún siendo premiada académicamente, reconocida por colegas siempre me sentí en falta con el mundo, lejos de lo que yo quisiera hacer.
¿Y ahora? sola y esperando a mi hijo sin mi decodificador del mundo. Mis contactos sociales han recurrido en mi ayuda, a pesar de que el último año, a causa de mi depresión y algunos síntomas fóbicos me aislé bastante, en esto tuve la suerte de contar hasta con el apoyo de familiares que hacía años que no tenía relación.
Es mucha la distancia que hay entre lo que yo puedo pensar y además he leído sobre el tema desde todos los enfoques y mi estado emocional, soy arrasada por emociones muy primitivas de terror y desesperación.
Consigo hacer actividades, pero estos estados emocionales me asaltan y me hacen sentir mal porque no deberían poder más que la dicha y la expectativa que tengo sobre la llegada de mi hijo y que el recuerdo de P nuble mi mente y me sumerja en mi angustia me hace sentir en falta con el bebé.
Hay alguna indicación, sugerencia o idea de cómo atravesar el difícil proceso de sacarse de la cabeza a un P?
Muchas Gracias. N. mayo 2010
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