Hugo Marietan, 17 de agosto 2014
El Dr Eduardo Oliva es un psiquiatra brillante y un amigo. Lo conocí hace muchos años, cuando hicimos juntos, allá por los 80, el Curso para Médicos Psiquiatras de la Universidad de Buenos Aires en la Cátedra del Hospital Borda, un curso muy estricto, y duro, dictado por profesores de alta eficiencia y que eran gente de hospital, que se habían forjado al lado del perturbado mental y su saber era en parte teórico y en parte el resultado de su experiencia. Invalorable lo que aprendimos con ellos. Los exámenes eran casi crueles y exigían un alto nivel para ser aprobados. Duraba tres agotadores y gozosos años y muchas veces preparábamos los temas con Eduardo, que ya había sido jefe de residentes de psiquiatría en el Hospital Moyano. Eduardo es un estudiante aplicado, prolijo, meticuloso y disciplinado. Formábamos un buen equipo. Luego el se fue al Sur, a Playa Unión en Chubut, y de vez en cuando emerge en Buenos Aires. Él, con su humildad habitual, me envió unas preguntas para que pensemos juntos y que yo, sin su permiso, comparto con ustedes.
Hugo:
1) Has creado el término COMPLEMENTARIO/A de un psicópata. Brillante descubrimiento, por el cual entrarás, si se hace justicia, en la historia de la psiquiatría. Es un concepto que a nadie se le ocurrió antes, al menos que yo sepa.
Ahora te pregunto:
2) Existe el complementario del NEURÓTICO?
3) A mi entender : los que llamamos neuróticos no serán Psicópatas Necesitados de estima, o Psicópatas con trastorno de personalidad dependiente. Esto que digo es muy fuerte, es como negar al neurótico. Por eso lo pregunto en voz baja. Tal vez esté mezclando conceptos, nosografías y autores. Pero siempre me hago esa pregunta.
Atte Eduardo Oliva.
Eduardo:
1) Eduardo, es verdad que he hecho ese descubrimiento: el complementario del psicópata y cómo funciona ese vínculo. Pero estamos en la periferia de un imperio poderoso y son ellos (USA) los que absorben y roban los descubrimientos de los que no tienen sus posibilidades de difusión. Como sabes, el concepto del circuito complementario psicópata ya lleva varios años, incluso he hecho traducir los principales artículos al inglés y al portugués y han sido colocados en mi página marietan.com, de libre acceso para cualquiera en el planeta. Y han robado, desde luego, y como buen robo no han mencionado la fuente. Hay varios libros en inglés que literalmente han copiado los conceptos. Hay uno que se titula Mi marido, el psicópata, en referencia al psicópata cotidiano. Pronto será traducido al español y muchos profesionales repetirán estos conceptos y, ahora sí, citarán la prestigiosa fuente anglosajona. Para muchos lo que está escrito en inglés, o viene del Imperio, tienen una fascinación irresistible; son los mismos que desprecian las investigaciones latinoamericanas escritas en español. Sé que eres un estudioso de la Historia de la Psiquiatría Argentina, y has visto muchos ejemplos de lo que te hablo.
2) Preguntas Eduardo: ¿Existe el complementario del neurótico? Y mi respuesta es no. Lo que existe es el que TOLERA al neurótico, aguanta los vaivenes de ese YO alternante e inestable. El Neurótico (N) es manipulador y caprichoso, cobarde e inseguro. Siempre está esperando que LA VIDA le solucione los problemas, mientras tanto SE QUEJA, porque está convencido que La VIDA, los otros, le debe algo. El N es el que realmente sufre y hace sufrir por sus deficiencias a los demás, a su entorno, a sus compañeros de trabajo. Usa como arma de manipulación ya el Manual de Síntomas de pseudoenfermedades, ya mostrar sus vulnerabilidades, su discurso y gestualidad de “ayudame que solo no puedo”. Es un ESPERADOR crónico, espera que LA VIDA en algún momento de su futuro lo recompense por todo el sacrificio (que sólo el ve y valora) y el sufrimiento que arrastra en sus días. Por este motivo muchos “SE PORTAN BIEN” y son APLICADOS, primero por cobardes, para evitar un castigo imaginario, y segundo porque creen que portándose bien LA VIDA, en algún momento los va a premiar. Son INGRATOS a perpetuidad, se quejan y demandan y cuando LOS OTROS cubren esas demandas olvidan rápidamente y generan demandas nuevas porque focalizan la lupa en LO QUE LE FALTA y no en lo que tienen. Eternos insatisfechos. Y torturan con sus insatisfacciones porque tienen la certeza de que EL OTRO tiene EL DEBER de solucionar esa demanda, y una vez solucionada no cabe la gratitud ya que EL OTRO solo cumplió con su deber. Tienen un gran CUCO, EL QUÉ DIRÁN, que es como un gran ojo que los persigue y toma nota de sus errores, y es su guía en la existencia, de mayor valor que cualquier canon religioso de tal manera que su accionar está subsumido a este DIOS CUCO que está representado por las personas que el N signa como significativa. Este dios, más cruel que el Dios del Antiguo Testamento, le genera angustia y miedo, dos emociones que atenazan permanentemente su psiquis y son responsables de las variaciones, a veces insólitas, de su conducta.
3) ¿Qué lo diferencia del psicópata? Un abismo. Dependen del otro. El N es empático, conserva su núcleo humano intacto. Cuando su EGOÍSMO EXQUISITO se lo permite pueden ser solidarios, hasta generosos. Cuidan del otro, por lo general, cuando se los necesita en situaciones graves (en situaciones normales demandan ser cuidados ellos por nimiedades). En aras de su Yo, pueden ayudar al otro para conseguir su admiración o su afecto.
El miedo los hace esclavos; la admiración, estrellas.
Cuando el N tiene PODER va de la gama del jefe inseguro hasta el tirano más cruel. En este caso, al poseer empatía, SABE como dañar al otro, se representa el dolor que va a causar al otro y acciona. Hieren con estilete. Y lo disfrutan, pero pagan el precio del remordimiento, y la culpa. Son rencorosos y vengativos, a veces por temas muy menores.
¿Son muchos los neuróticos? Aquí voy a responder con mi experiencia más que con las estadísticas aceptadas. No superan el 10 por ciento (y es una cifra holgada). Estos torturados y torturadores son relativamente pocos. El gran porcentaje de la población es normal, esto es, libre de neurosis, psicopatía, psicosis y adicciones graves pero con una dosis homeopática y muy manejable para ellos de cada una de estas perturbaciones.
Como ves, Eduardo, son pocas las personas con la suficiente paciencia para tolerar a los N y convivir con ellos al menos por un largo tiempo. Pero de ninguna manera estas personas son complementarios, sino tolerantes.
Abrazo, Hugo