Carta
Mi hermana, la siniestra
Estimado Dr. Marietan,
El pasado jueves murió mi padre. He sido víctima de mi hermana de un proceso de acoso familiar atroz. Tenía usted razón, me lo dijo usted por teléfono cuando hablamos hace unos meses. Es mi hermana la psicópata, no mi padre. Buscando en internet información sobre qué me pasaba, porque aunque llevo en tratamiento psicológico 7 meses ni mi terapeuta ni yo hemos sido conscientes de que lo que me ha pasado era un mobbing familiar. Cuando lo he leído en internet me he visto reflejada y he entendido muchísimas cosas. Una de ellas, no entendía porqué el resto de la familia, que conocía a mi hermana y no la hablaban por su crueldad para con ellos, al final se han puesto a su favor y en contra mía. Los artículos que he leído sobre acoso familiar me han hecho entender muchas cosas.
Mi padre, el 14 de enero me llamó para pedirme perdón de lo que sucedió en agosto conmigo. Me dijo que quería verme antes de morir y que me quería. Yo le perdoné y le dije que iría a verlo. En ese momento estaba fuera de Madrid, de vacaciones. Cuando regresé el día 17, llamé a casa de mis padres. Pero estaba allí mi tía, una de las que más me ha acosado psicológicamente. Yo la llamo la ejecutora, porque mi hermana ha permanecido en la sombra y es ella la que me ha amenazado, insultado, perseguido y hecho la vida imposible. Entonces a raíz de esa llamada, comenzaron las llamadas anónimas, gente que llamaba con números ocultos a mi oficina… volví a revivir muchas de las cosas y sobre todo el miedo que hizo que después de meses de acoso yo fuese a una psicóloga.
Sabía que no podía ir sola a despedirme de mi padre. Las circunstancias hicieron que yo fuese el miércoles 20 por la tarde, acompañada por un compañero de mi trabajo, a casa de mis padres. Mi madre me acababa de llamar para decirme que mi padre se estaba muriendo. Ella tiene alzheimer y supongo que ellas la harían marcar el teléfono o yo ya no lo sé. El caso es que fui y cuando llamé nadie me abría la puerta. empecé a ponerme muy nerviosa, otra vez todos los miedos y la ansiedad horrible y mi compañero me aconsejó llamar a la policía.
La policía llamó a la puerta y nadie contestaba. Yo le dije que había alguien seguro porque mi padre estaba moribundo y mi madre enferma. Entonces la policía les gritó que abrieran la puerta porque si no la echarían abajo. Una voz de mujer contestó diciendo que era la dueña de la casa y que ella no había llamado a la policía y que no iba a abrir. Yo reconocí esa voz, era la de la señora que trabaja para mis padres. La policía, cuando yo les dije aquello, volvieron a insistir en que abrieran la puerta. Ya no les quedó más remedio y cuando abrí, eran mi hermana y mi tía que se abalanzaron sobre mí para pegarme con una ira, un odio y una agresividad que todavía se me acelera el corazón al recordarlo. Gracias a Dios estaba la policía, sino me pegan una paliza. Y resumiendo, no me dejaron entrar a despedirme de mi padre, que falleció al día siguiente, aunque no estoy segura tampoco de eso.
Me quedé destrozada. El jueves 21 recibo un mensaje de móvil de una de mis primas diciéndome con una frialdad pasmosa que mi padre se había muerto y que estaban en el tanatorio tal y que era su obligación decírmelo.
Mi hermana ha tejido unos hilos de tal manera que toda la familia está en mi contra y yo, habiéndome portado méjor que bien con mis padres, habiendo estado cuidándolos durante tres años sin que nadie de esa familia fuese a ocuparse de ellos, no he podido saber cuándo ha muerto exactamente mi padre, he tenido que enterarme por la página web del tanatorio cuándo iban a incinerarle, no he podido ir a casa de mis padres para despedirme de él, no he podido ir al tanatorio y no he podido ir a la incineración, me han negado eso. Pero lo peor es que todos piensan que he abandonado a mis padres y que soy tan horrible y tan monstruo qeu ni siquiera he ido a su incineración. Y es que no he ido porque estoy aterrada, porque tengo las manos frías todo el día y otra vez han vuelto las pesadillas. No tengo ni un recuerdo de mi padre, han tirado a la basura todas las pertenencias que yo tenía en esa casa, se me ha insultado y calumniado porque gente conocida de la familia, al no estar yo en la incineración ni en el tanatorio, ellas habrán contado lo que les ha dado la gana y hay gente que llama para insultarme y decirme que soy un demonio. Mi hermana se ha erigido en la víctima y yo soy una loca a la que todo el mundo odia. Como nadie me habla de la familia, yo no sé qué va a ser de mi madre, dónde se ha decidido que la van a llevar, no sé qué hacer. No sé cuál fue la última voluntad de mi padre.
No puedo decirle cómo me siento porque no lo sé. Estoy destrozada. Sabía que mi hermana era mala y conflictiva pero nunca imaginé que llegara tan lejos. Siempre me tuvo envidia, pero nunca pensé que me odiara hasta el punto que casi me destrozan la vida. Y ahora tengo miedo de que encima no haya sido suficiente para ellas y que puedan volver a ejercer acoso o algo peor.
El lunes voy a ir a un bufete de abogados que asesoran gratuitamente. Porque yo no tengo dinero para pagar un abogado. Estoy muy bien económicamente gracias a Dios pero tengo muchos gastos cotidianos y sobre todo porque llevo pagando una psicóloga privada desde hace siete meses y gracias a eso y a mi fortaleza estoy llevándolo.
Le agradecería si puedo volver a llamarlo porque usted conoce casos parecidos y sabe cómo es esta gentuza.
Esta tarde yo no podría llamarle, pero a partir de mañana puedo cualquier día por la tarde, hora española. Suelo llegar a mi casa del trabajo a las 20h, pero si usted no puede a esa hora, yo me adapto a su horario, por supuesto. Y sobre todo mi necesidad de que alguien me de una llave o una palabra de aliento para que yo pueda asimilar todo esto y cómo continuar mi vida intentando ser feliz, que llevo intentándolo años y todavía no lo he conseguido. Y con felicidad me refiero a tener paz y no taquicardias y la boca seca. No puedo más.
Muchísimas gracias otra vez por todo. ML
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