Cartas Comentadas
Mi
familia y nuestro hijo psicópata
Dr. Hugo Marietan
De mi mayor
estima:
Usted presta un
servicio que no tiene precio. Muchas gracias entonces. Mi
intención es aportar algo a su página, que calificarla de
importante, es decir muy poco.
Leí azorado la
carta de la señora Mirna, la que describe, paso por paso,
de manera espeluznante, nuestro caso como familia. Quedé
atónito.
Somos mi esposa y
yo dos profesionales, que en total tenemos tres hijos
varones , de 30, 27 (el psicópata) y 25 años. Pertenecemos
a la clase media, vivimos siempre en Capital, y nuestras
familias de sangre son muy parecidas en muchos aspectos
(cultura, bienestar económico, etc.). Nos casamos luego de
un noviazgo de tres años y soy dos años mayor que mi
esposa. Hemos tenido siempre un pasar relativamente
holgado (vacaciones, automóvil, mucama, etc). Nuestros
hijos se educaron en colegios de tradición y prestigio
(parecido a nuestro antecedente personal en materia de
estudios) y como marido y esposa nos hemos llevado siempre
muy bien, con las inevitables discusiones y encontrados
puntos de vista, pero nada que pasara de algún «levantar
el tono de voz», y nada que al otro día no hayamos
olvidado. Hemos soportado como todo el mundo, momentos
dolorosos en nuestras respectivas familias (pérdidas,
enfrentamientos, etc) pero nada que pase de lo corriente.
Mi suegro era funcionario de un banco oficial, mi suegra
ama de casa, mi padre comerciante, y mi madre docente.
Todo lo que conocemos de nuestros ancestros es normal,
repito, sin nada especial en ningún sentido. Somos
católicos, fe que transmitimos (o intentamos transmitir) a
nuestros hijos, de manera respetuosa y por supuesto sin
violencias, y cada tanto vamos a misa, tal vez una vez
cada dos meses.
Marcos,
de 27 años, creo, es psicópata, pues la descripción que he
leído de la psicopatía en la web y un par de libros,
concuerda casi punto por punto, pero, por favor, no estoy
diagnosticando, y se me comprenderá cuando digo que me vi
obligado a estudiar el caso pues cuando llevé a nuestro
hijo, primero a una psicologa, y luego, años más tarde a
que lo viera el Psiquiatra Jefe de Psiquiatría de un
ilustre hospital, en ambos casos (enfrente a mi hijo), me
recomendaron que tuviera paciencia, que como padre tenía
que darme cuanta que los hijos van «madurando». Fue
madurando, claro, tal como me dijeron, y ahora fuma
marihuana, inhala cocaína, se tatuó el 10% del cuerpo,
miente, nos roba la vajilla, los relojes, el dinero, las
alhajas, y le ha robado a sus amigos, parientes, abuelos,
etc. No trabajó nunca más de dos meses en un lugar, y no
más de ocho meses en la vida. El dinero por supuesto jamás
lo vimos. Sin duda, estos profesionales no se equivocaron
: maduró.
Obtuvo su título
universitario con poco que le faltaba para una medalla de
plata. De contextura atlética, y perseguido por las
mujeres por su apariencia física, simpatía y velocidad
mental, no tardó en acumular medallas deportivas y
académicas( ¡ Ojo ! notar esto : medallas en el colegio
primario, en el secundario y en la universidad. No
felicitaciones, medallas, concretamente). Para algunos es
una especie de pequeño genio. O no tan pequeño.
Pero nosotros, sus
padres, sin que el nos viera, lloramos amargamente cada
una de esas medallas, cada uno de sus «logros».
No nos dimos
cuanta de nada hasta que pasó los 23 años. Como creo que
es de manual que ocurra en estos casos, pensamos que ya
madurará, que la paciencia, que si los hermanos son tan
normales «como él no lo va a ser», que si saca 9 y 10 es
imposible que «esté loco o sea tarado», que si tiene
tantos amigos (que con los años fue perdiendo al ritmo de
sus hurtos, trapisondas y violencias, pero siempre seduce
a alguien, pues es tal cual se dice en la página, un
parásito), que si en casa todos somos «normales», que en
las familias no hay antecedentes de nada, etc. En fin,
quiero decir, que nadie, ni el colegio, ni nuestros
padres, ni la Iglesia nos preparó para esto: UNA LOTERÍA,
Y SI TE TOCÓ, TE TOCÓ.
Tengo un amigo, ex
compañero de colegio, hijo de ricos (por eso puede seguir
manteniendo a su familia) y gran persona él, como amigo,
pero borracho, jugador, infiel, pendenciero y que ha
vivido 8 o 9 meses por año en su casa de casado, con todo
tipo de escándalos y violencias, pero tiene dos hijos que
son una maravilla. O más que eso. LE TOCÓ.
¿Hablo así porque
me siento mal? Si y no, pero de veras que es lamentable a
los grados de degradación de calidad de vida que se llega
con un psicópata en la casa, que para colmo, parece venir
de otro planeta, sin relación con la familia, los
antecedentes, etc. .Es un hijo, un pedazo de uno, es lo
que uno más quiere, y es un infierno, un infierno
insoportable, degradante y peligrosísimo.
Mentiras,
violencia, pendencias, y toda la lista de degradaciones
morales posibles. Mi pequeño aporte tal vez sea este : de
muy niño nos llamaba la atención su simpatía, y a la vez,
que no tenía cosquillas, luego, un poco más grandecito,
que se iba a casa de un amigo, cualquiera, y si era
período de vacaciones, no volvía por tres o cuatro días,
teniendo 13 o 14 años. Aclaro que por lo menos en ese
entonces tenía la habilidad de hacerse de amigos en
situaciones especiales y gente escogida (en el mejor
sentido), por lo que nosotros, nos quedábamos tranquilos,
llamaba la mamá del amigo y nos avisaba que «tu encanto de
hijo se quedará en casa unos días, no solo no me molesta,
sino que es un placer «.
Su habilidad
física es asombrosa, y su fuerza también. De hecho me ha
golpeado en tres oportunidades (una vez una trompada y dos
veces un empujón que me ha tirado al piso, mido 1,81 y
durante muchos años jugué rugby en un club, dicho esto
como para que se comprenda mejor la situación), en todos
los casos como fruto de esas discusiones que inicia con
trasfondo vago, sin un reclamo concreto, pero con una
violencia que hiela el ambiente.
Me parece
importante decir, para terminar el cuadro, que sus dos
hermanos son profesionales, ya casado el menor y a punto
de casarse el otro (en convivencia en este momento, como
se dice ahora), y que la mamá que tuvieron, mi esposa, se
ocupó de sus hijos sin dejarlos un instante, pues al año
de casarnos pudimos acceder a una vivienda adonde ella
podía ejercer su profesión en un local aparte, pero
conectado a la casa por un pasillo, es decir, jamás estuvo
ausento, a más de su vocación de madre y convicciones
religiosas (sus padres la educaron con mucha dedicación y
cariño). Por mi parte, por lo menos hasta que los hijos
tuvieron veinte años, me fue muy bien en mi profesión, lo
que me permitió extensas vacaciones, más todo el fin de
semana en casa, y un horario más que acotado. Me parece
importante esto, pues se habla de padres «abandónicos»,
etc. pero no es el caso. No se si corresponde decir, que
por ejemplo, mi hijo menor terminó su carrera
universitaria en cuatro años y eso pese a que jamás les
pedimos que estudien, aunque estaban obligados a terminar
el secundario y si no seguían una carrera universitaria
debían trabajar (no necesitábamos el aporte, pero si que
tuviesen una disciplina) ¿ Porque diferencias tan grandes
en una familia ?
Añado, para más
abundancia, que tanto mis suegros, como mis padres fueron
muy buenos abuelos, de ocuparse de sus nietos,
malcriarlos, etc.
Espero que esto
sea útil para alguien, como a mi me ha servido todo lo
que leí en esta excelente página, y sería de mi agrado que
usted, distinguido doctor Marietan, agregara algún
comentario que considerara pertinente, ello, sin perjuicio
de que más adelante, pueda yo aportar algo más y/o hacer
alguna pregunta específica., o que alguien me pregunte
sobre algún punto, aclarando que extendí mi relato de lo
familiar no porque considere que es interesante, sino que
más bien me parece importantísimo ayudar a los padres,
que seguramente como me ha pasado a mi, creen (sobre todo
al principio), que algo hicieron mal con la educación, que
son culpables del psicópata. Y peor los que se han
divorciado o han tenido un cónyuge con problemas
psíquicos, etc. que están convencidos que el hijo es
psicópata como reacción a esa anomalía o situación
familiar conflictiva o antecedentes en los abuelos, etc.
Como se ve, en mi caso, no hubo nada de eso, por suerte,
pero igual «me tocó».
Un saludo para
todos.
Alberto M.
Alberto:
En los cursos que
dicto sobre este tema haga, precisamente, hincapié en que
los factores que rodean al psicópata no tienen capacidad
de génesis, es decir no puede crear un psicópata. A los
sumo, si el medio es desfavorable los rasgos psicopáticos
se presentan antes o se intensifican un poco. Pero nada
más. El psicópata germina en cualquier medio y bajo
circunstancias favorables o desfavorables.
Este concepto es
muy difícil de injertar en los colegas, ya que la mayoría
vienen muy condicionados por las teorías psicológicas que
acentúan demasiado la importancia del medio que rodea al
individuo como generador de psicopatologías
(psicoanalistas freudianos, lacanianos y otros).
En la psicopatía
esto no es así.
Su ejemplo cubre
esta posibilidad: en un medio favorable germina un
psicópata. Y está rodeado, para más, de otros integrantes
del sistema que son normales (los dos hermanos).
Le agradezco su
aporte y le envío el cuestionario para que lo conteste.
Saludos cordiales,
Dr. Marietan.
20 de enero de
2007
Estimado Dr. Hugo
Marietan
De mi mayor estima
:
Agradezco desde ya
su fina atención de tomarse la molestia de contestarme, y
por supuesto que no descarto conocerle y hacerle una o más
consultas sobre esta tragedia familiar que muy duramente
nos ha azotado a mi esposa y a mi, sin olvidar a los
hermanos de nuestro querido hijo psicópata.
Quiero puntualizar
que fui educado en la idea (y además tengo la convicción)
que solamente un profesional puede diagnosticar, (y el
arquitecto planificar, el ingeniero calcular, etc) y eso
lo respeto por sobre todo, por lo que pido que me disculpe
y piense que cuando digo psicópata en realidad quiero
decir «supuesto psicópata». Pocas cosas me turban más que
(como profesional que soy) escuchar «el verdulero de la
esquina me dijo» o «la hermana del tapicero opina» y cosas
así.
La televisión ha
convertido a nuestra sociedad, entre otras cosas en una
sociedad de «opinólogos» y «expertos en chantada», adonde
cualquiera se siente con derecho a diagnosticar el SIDA o
pronosticar la tercera guerra mundial. No es mi caso.
Soy lego en la
materia y a esta altura de mi vida, paradójicamente, se
menos que al principio, todas son dudas y oscuridades, y
solamente, en mi caso, me guía la pequeña velita de la Fe.
Pero es verdad si digo, que no se nada de nada. Intento, a
muy duras penas comprender algo de esta tragedia, que se
suma a la vida, ya de por si no exactamente un parque de
diversiones.
Como sea,
agradecidísimo por su cordialidad, y a sus órdenes en lo
que pueda servirle, y servir a otros padres. Considero
además, que su postura respecto de la psicopatía es la que
mejor explica el fenómeno, dicho esto desde mi humilde
posición de «respetuoso opinador». La única ventaja que
tengo sobre otros en este tema, es lo que también tiene
usted, aunque en un grado infinitamente superior al mío, y
que es aquello de Einstein, de «conocimiento es
experiencia, lo demás es información».
Reciba mi más
cordial saludo.
Alberto
Post Scriptum :
A) no me agrada
este anonimato de la web, pero estimo que en estas
delicadas cuestiones es imprescindible, por lo menos en
esta instancia.
B) En archivo
adjunto le envío las respuestas a su cuestionario, y si
desea usted enviarme otro, aún más incisivo, pues lo
responderé también.
C) Con mi esposa
inventamos el término «tapeti» para los que tapan (y mi
esposa admite ser una «tapeti») y todo es bárbaro, regio,
super, uno nunca se equivocó y todo marcha sobre ruedas.
Un optimismo suicida. Estoy seguro de haber cometido
errores, muchos, y en realidad me he sancionado mucho más
que lo que podría sancionarme un tercero, pues en gran
parte he sido un «culpógeno». Pero soy también conciente
que mis errores han sido algo «light», pues viví bastante
bien de niño, adolescente y hasta que esta tragedia
comenzó a desencadenarse. Y es usted la persona indicada
para comprender esto, que dicho a otro parece una locura :
pocas cosas me hubiesen hecho sentir mejor que saber que
fui el culpable, que puedo purgar la condena y rectificar
el rumbo.
Complete estos
datos del presunto psicópata:
Edad:
R: 27 años
Estado civil
R: Soltero
Profesión, estudio
o trabajo que realiza:
R:. Ha trabajado
en tres lugares importantes, y luego despedido a las
pocas semanas, por incumplimiento, llegar tarde, discutir
acaloradamente con alguien y otros detalles que
desconocemos. El cuarto trabajo fue en una compañía de
seguros, en la parte legal.
Es simpático,
convincente y rápido para las replicas, más sus impecables
antecedentes académicos, por eso, consigue trabajo, pero
ahora no lo busca hace meses.
Sexo:
R: Masculino
Otro dato de
interés:
R: Lo que las
generaciones anteriores llamaban «muy buen mozo»,
atlético, y con una fuerza y habilidad física
sorprendente.
En una
oportunidad, a los 14 años, una persona que lo vio jugar
al fútbol, lo llevó a Boca Juniors. Aunque no soy seguidor
de los deportes, los he practicado y aseguro que mi hijo,
de haber seguido esa «profesión» hubiese llegado a los más
altos niveles y de hecho, los que lo conocen afirman que
nadie en la actual selección nacional tiene su calidad.
Nosotros, como padres sentíamos terror del ambiente de
fútbol, y asistimos atónitos a esa experiencia, aunque nos
cuidamos muy bien de no criticar, y lo apoyamos (en ese
momento no sospechábamos que podía ser un psicópata). En
Boca lo recibió una gloria del fútbol boquense, cuyo
nombre he olvidado en este momento, pero que creo era o
había sido el DT de la primera, y era algo así como
director de fútbol de ese club. La cuestión no pasó a
mayores, pero estimamos que porque él no quiso, aunque
nunca quedó en claro. Es muy hábil en tender una nube de
polvo tras sus pasos con sus «ni» (mezcla de si y no), y
como comprenderá, nosotros no insistimos. Para bien o para
mal, considerábamos algo terrible que se dedicara al
fútbol (a cualquier deporte en general, pero al fútbol en
especial). Cuando todo pasó, suspiramos en silencio,
aliviados.
Cuando apenas se
sostenía en pie, le regalamos una bicicleta, y se puede
decir que a la media hora, la dominaba, y sin rueditas.
Sus hermanos demoraron el tiempo usual, pero el aprendió
en la décima parte de tiempo. Así pasó con el aprender a
caminar e ir al baño. Sorprendía su fuerza física, su
tranquilidad (luego comprendimos que era frialdad) y su
actividad. Sus maestras de primario decían : «es un pícaro
adorable» y todas lo mimaron.
Anoto esto: fue el
único que mordía a los otros niños en los areneros y había
que cuidarlo, pero no llegó a convertirse en algo que uno
considerara grave, pero claro, ahora uno recuerda eso, y
«se hace la película». Añado que en general no era
agresivo más que en ese gesto, compartía sus juguetes y
luego más grandecito, le gustaba que los chicos menores
que el lo siguieran, y siempre jugaba con ellos de muy
buena gana y talante. Esto pasaba porque lo veían como a
un «ídolo» deportivo, quedándose con la boca abierta
observándolo jugar.
Un pariente lejano
por parte de mi esposa, lo hizo entrevistar con Adolfo
Pedrera en el club Rivera Platee (creo que era director de
las inferiores) y la cuestión no siguió porque era muy
pequeño y nos opusimos (él no lo supo y tampoco se
interesó mucho). Este episodio fue anterior al de Boca
Junior.
En dos
oportunidades se tomó a las trompadas con chicos de su
edad (entre los 8 y los 12 años) y hasta que pude llegar
al lugar corriendo a separarlos, ya los había derribado y
les pegaba, se diría que casi con tranquilidad – lo que en
ese momento no supe interpretar – y sin una sombra de
enojo o temor, pese a que en un caso la «víctima» era
bastante mayor que él.
Jamás fue
pendenciero, cuando niño o adolescente, y siempre fue un
sujeto popular, buscado, admirado. Todos se disputaban
para que jugase con ellos, pues era partido ganado, pues
el solo parecía valer por medio equipo.
En ningún momento
perdía el control o se apuraba (lo vi jugar por unos 10
años casi)pero era una máquina imparable, una especie de
tanque veloz y certero. Ha recibido patadas más que
ninguno como usted deducirá, y ha tenido muchas lesiones,
pero nunca algo serio, pues es un tipo furtivismo. Jamás
se peleó durante un partido, pese a las agresiones, ni
siquiera devolviendo la patada al agresor. Pensar que
sintió miedo es equivocarse, y supongo que usted me
comprenderá.
Datos del que
contesta el cuestionario (imprescindibles):
Edad:
R: 50 años
Sexo:
R: Masculino
¿Qué relación
tiene o tuvo con él?:
R: Padre
¿Qué es lo que más
le hacía/hace sufrir?
R: Su frialdad, y
la posibilidad de que tenga un terrible futuro, aunque voy
comprendiendo que con su fuerza y demás «dotes», eso no
ocurrirá. No obstante, es lo que siento, y entonces eso
vence mi inteligencia.
Cuestionario
¿Él sigue sus
propias reglas, tiene códigos propios?
R: Exactamente, y
a veces lo dice abiertamente : «vos no conoces mis
necesidades» o «vos no sabes quien soy» o «vos no sabes
nada de mi vida», dicho todo esto con orgullo y desdén
hacia nosotros.
Me ha dicho
también «¿ Y quien te crees que esos en esta casa ?»
Hace sus cosas
cuando lo desea, no cumple con ninguna regla mínima del
hogar, vive a su capricho, pero cuando se concentra en
algo, lo logra (como su carrera). Todo esto para nosotros
fue una locura, pues para colmo, y sobre todo mi esposa,
proveniente de una familia muy formal y ordenada (la mía
también, pero un poco más moderna, suelta o liberal), fue
una lucha infernal, hasta que comenzamos a comprender que
era luchar contra el mar. Su fuerza para resistir
cualquier acoso, supera lo humano.
Creo que sería el
soldado ideal (y probablemente un policía muy eficaz),
implacable, frío, valiente hasta la temeridad, es decir,
un monstruo.
¿Él piensa que no
hay límite para sus acciones, que todo es posible?
R: Eso no lo
puedo afirmar. Más bien me da la impresión de que piensa
que nada lo detendrá si él se preocupa, pero que a la vez,
al usar la inteligencia comprende que algunos límites hay.
¿Vive el hoy sin
importarle el mañana, no planifica?
R: Así es. El
mañana no interesa en lo más mínimo, aunque me da la
impresión de que esto es también generacional, pues mis
otros hijos, aunque no en esa medida, son también de
despreciar el futuro y ni hablemos del pasado. En general
mis amigos con hijos me comentan la misma impresión. Es
una generación que en general parece creer que el mundo
nació con ellos.
Yo he tratado de
mostrarles siempre (con un discurso medianamente
inteligente) que la cultura humana es una montaña y que
nadie nace de un repollo, y que sumar es la consigna, pues
sin nuestros ancestros nada seríamos. Me escuchan con la
misma expresión que pone «un pescado disecado frente a una
carnada».
¿Él hace lo que
quiere sin importarle las consecuencias?
R: Exactamente. ¿
Logró su cometido ? Listo entonces, lo demás no importa.
Si mal no recuerdo esto es como «el lecho de Propuesto» (o
tal vez estoy recordando mal el nombre), si sobra pié,
pues entonces a cortarlo.
Aquí va un ejemplo
emblemático, con mucha carne : Un día, cuando tendría 20
años, entro al baño para ducharme, luego que había
observado que hacía una hora más o menos que él lo había
utilizado y nadie más. Descubro con horror, que la toalla
menor, la que uno usa para secarse las manos, estaba
doblada en forma de U, justamente siguiendo la forma del
asiento del inodoro, arriba del cual la había dejado
obviamente por olvido. Era la toalla que usábamos todos,
secarse las manos, la cara, etc.
Cuando le comenté
a mi esposa, horrorizada, averiguó con los hermanos y
obtuvo esta información : alguna vez había manifestado que
el asiento del inodoro le daba frío.
Desde hace 7 años,
cada uno lleva su toalla personal cuando usa el baño (hay
dos) y en ambos baños hay una toalla en el tohallero, que
se cambia cada tanto, y que queremos creer fue usada por
él únicamente para secarse las manos.
Yo interpreté esto
de esta forma : » me c….en todos» y discúlpeme la
expresión.
¿Ni premios ni
castigos modifican su accionar?
R: No, no existe
forma de dominarlo, aunque puede ser que como en una
lotería uno de justo en el clavo (y puede ser algo tan
imbécil como comerse una torta) entonces adopta la
posición «seria» y teatralmente ofrece ayuda o lo que sea
para obtener su trofeo. Es implacable y a las cosas que
desea las merodea como un tiburón (uno que no come desde
hace quince días).
¿Sólo cuenta él y
lo que él quiere?
R: Nada más que
eso. Los demás son de palo, hermanos, padres, amigos, lo
que fuera.
¿Hace girar a
todos alrededor de él?
R: Más o menos.
Me da la impresión que va más a lo suyo, y nada más. Si le
conviene «irla de callado», pues irá de callado. Si
necesita comparsa, la obtendrá. Es como una máquina, como
Terminator, que puede imitar la voz de una mujer o
destripar un hombre.
¿Él, usa a las
personas, es manipulador?
R: En este caso
lo intenta, pero le falta el «touch» del vendedor de
autos. No obstante lo logra siempre a la larga o a la
corta, pese a que en algunos casos le falta cierto relax
en las relaciones personales. Cuando eran pequeños, a su
hermano menor lo tenía de «mucamo», y nosotros les
hacíamos bromas, pero a la vez nos llamaba la atención, y
en esta situación por lo menos no nos equivocamos, pues no
bien maduraron, su hermano menor fue totalmente
independiente.
Ha tenido dos
convivencias y sus «novias» pasan el trapo adonde el
camina ( en ambos casos hijas únicas de buena posición
económica, lo que no se si es casual o no, pues en casa,
por convicción y sistema, con mi esposa jamás hemos
hablado delante de ellos de cuestiones de dinero o éxito
comercial). Nosotros sentimos terror y uno no sabe si
actuar y «desasnar » a la «víctima». Hasta ahora, como no
llegó al altar, hemos permanecido en un silencio que
internamente sentimos cómplice, y que nos disgusta.
¿Quiere que otros
se acoplen a sus proyectos sin importarle los proyectos de
los demás?
R: En esto lo veo
muy independiente, no recuerdo que tenga o tuviera
proyectos en común con nadie. No puedo afirmar que los
proyectos ajenos le sean indiferentes, aunque puedo
suponerlo considerando la situación «in totum», pero
claro, esto es interpretar, y yo me aplico una frase que
yo mismo acuñé hace muchos años, a saber : «Interpretar es
un vicio, como cualquier otro, pero el más peligroso».
¿El es seductor?
R: Si, pues va
buscando conocer al otro y luego decirle lo que quiere
escuchar. En general las personas caen como chorlitos. Yo
en cambio los eduqué con esta premisa, en la que fui
educado : «escuchá a los que te critican, pues se aprende
mucho más de los enemigos».
¿Es cruel?
R: No, y esto
puedo afirmarlo. Pero a la vez, da la impresión de ser
capaz de poder sobrevolar otra vez Hiroshima y dejar caer
la carga, sesenta años después.
¿Le hace creer que
usted es la mujer ideal?
R: Invirtiendo el
sexo y al situación que estimo se pretende saber, digo que
jamás me chupó las medias, al contrario, pero en la
primera parte de su vida, hasta los 15/17 años, me parecía
como que me quería y apreciaba.
Por supuesto que
es muy doloroso sentir su desamor, pero usted sabe doctor,
que el amor es así, y aunque me duela, si se que está
bien, me basta.
Borges, el
escritor, dijo una vez algo muy profundo : «la única
obligación de los hijos para con los padres es ser
felices».
¿Pocas cosas le
entretienen si no son intensas o de riesgo, se aburre?
R: Cuesta mucho
saber que le entretiene, salvo el deporte. Lee bastante,
cualquier cosa (en casa tenemos una biblioteca muy
nutrida), pero no comenta lo que lee. Es cariñoso con los
animales, pero a la vez, si hay un problema, digamos
veterinario, él no se pone nervioso ni actúa, aunque si
responde si uno lo obliga. Usted comprenderá que decir «si
uno lo obliga» con un psicópata, es simplemente una forma
de decir, pues a él, nadie lo obliga a nada. Sería mejor
decir : si logramos que nuestro deseo concuerde con una
actitud por lo menos neutra de su parte, y que entonces de
la impresión de que nos hace caso.
Ve muy poca
televisión (en casa ni yo ni mi esposa vemos televisión,
jamás lo hicimos, salvo en alguna conmoción mundial, como
las torres gemelas) y esto lo mismo que sus hermanos. En
mi casa nadie miraba televisión, salvo yo, de niño alguna
serie o dibujos animados. Al nacer nuestro primer vástago
compramos un aparato, pues no queríamos que nuestros hijos
se sintieran distintos que los demás y les dejamos libre
acceso. El televisor puede estar sin encenderse dos o tres
meses, y por lo general, solamente porque alquilamos
alguna película. A él le gustan las películas «para
tarados» como yo le digo , es decir Van Dama y esas
producciones para un público que mental y culturalmente no
ha pasado de los doce años (que parece ser el término
medio «adulteren USA).Supongo que tal vez al comprobar que
nosotros no mirábamos TV, ellos tampoco, lo que es una
ventaja que salta a la vista no bien puede ver uno no más
de tres o cuatro minutos de TV (y si es que se aguanta ese
período).
He descubierto,
con infinita tristeza, que por lo menos 3 o 4 veces ha
visitado páginas pornográficas en Internet, ya que eso
queda grabado en la máquina, las páginas que han sido
visitadas.
¿Él tuvo
acusaciones de abuso o violación?
R: No, jamás.
Siempre tuvo admiradoras, y me da la impresión (solamente
impresión) de que el sexo no es exactamente su «veta»,
sino que más bien es del tipo acción y deporte (también
practica pesas, y pesca con un par de amigos). Nunca le
interesó sacar el registro de conductor, aunque en algún
momento lo pensó. Como ocurrió con todo lo que es manual y
coordinar, cuando le enseñé, más o menos a la media hora,
dominaba el auto. Pero su interés no pasó de eso.
¿Tolera
frustrarse?
R: No tolera que
le digan no a un pedido de una medialuna. No tiene el más
ínfimo límite al respecto. Es si, o matar (o morir).
¿Repite los
errores?
R: Me parece que
no mucho, pero debería meditar más sobre esta pregunta.
¿Él culpa a los
otros de sus errores?
R: Por supuesto,
es como una especie de segunda naturaleza. Todo lo que le
pasa de malo, es por culpa de otros, y lo de bueno, porque
es un «capo». La culpa la tiene el siglo, la política, el
Papa, su madre, yo, sus hermanos, la devaluación del yen y
la hermana del ratón Mickey. El se mantiene impoluto, al
margen.
¿Usted es el
soporte económico de esta persona?
R: Si, mal que me
pese a esta altura, aunque el sabe como «rascar», y ni
quiero saber como hace, pero claro, tengo el relativo
control de que no esté robando bancos (si no lo hace
supongo que es porque carece de armas y contactos, otra
cosa no le hace falta, es decir, es ideal para la
política, no tiene escrúpulos y se atreve a cualquier
cosa).
¿Usted se siente
usada por él?
R: Ya a esta
altura no, pero resistir esto es como subir al ring y en
lugar de un minuto entre round y round, hay un segundo.
¿Él es muy creíble
cuando miente?
R: Ahora ya no
para nosotros, pero es para llorar (o reir trágicamente
con el lado malo de la cara) ver como engaña a diestra y
siniestra.
¿Usted le perdona
las mentiras?
R: Le respondo
como una vez le respondí a un cura respecto del tema del
perdón en general: «Padre, yo no puedo condenar, y tampoco
perdonar, eso es lo que hace Dios, y yo soy un pobre
hombre que apenas distingo el mal del bien ( y eso si hay
sol, viento a favor y pude dormir bien). Sus mentiras me
hieren, porque un hombre de honor no miente y eso es lo
único que soñé que mis hijos fueran : hombres de honor.
¿Él usa la
actuación para manipular?
R: Si, y tiene su
costado histriónico y actoral, y lo que es más, lo impulsé
para que siguiera teatro, por la expresión, y porque es un
tipo que tiene un indudable «gancho» y «pinta», y además
para que saliera un poco del deporte y buscara algo más
sutil y que tal vez descargara sus ansias o lo que yo creí
que eran sus ansias. Pero no hubo caso. No le interesó
mínimamente.
¿Ha logrado que
usted haga cosas que nunca hubiese hecho?
R: No, lo que por
supuesto, ha intensificado el sufrimiento a través de los
enfrentamientos. No es que yo sea especialmente duro o
intransigente, pues en mi vida, y desde la infancia mi
lema fue siempre «vivir y dejar vivir», pero como
cualquiera, tengo un límite, y de allí no me muevo. Por
ejemplo, todos fuman y jamás les dije nada, salvo que no
se excedan y no lo consideren algo positivo (por mi parte
fumé 20 años y soy conciente que en ese tema no tengo
autoridad moral).Como padre, creo que tuve mano blanda,
pero sin exagerar, jamás me consideré amigo de mis hijos,
sino padre, un padre sin formalidades y que siempre los
mimó, pero con límites.
¿Usted ha
traicionado sus principios para complacerlo?
R: Jamás, ni una
vez.
¿Le ha pedido que
lo ayude a manipular a terceros?
R: No, nunca,
aunque hace comentarios mordaces de sus hermanos, que sabe
que no le permito, y no por defenderlos, sino por una
cuestión de educación, digamos, de estilo, de actitud
viril, «si tenés algo en contra de tu hermano, pues lo
hablás de frente con él, no conmigo».
¿Uso violencia
física, psíquica, moral o armada para dominarla?
R: Si, todas
(salvo la armada), y a veces juntas, pero sin poder
lograrlo, aunque lo logra con su madre, como es lógico,
mujer, madre y para colmo una persona sensible. Ella es
consciente y sufre, pero no lo puede evitar, aunque claro,
lo evita, digamos en un 50 %. Por supuesto, que como
siempre dice él «Con Papá no se puede tratar», que puede
traducirse en «a papá no lo puedo».
¿Tiene algún signo
o señal que anticipa que hará algo negativo o dañino?
R: No me lo
parece, pero cuando está en silencio es inevitable pensar
en «¿ que estará tramando ?».
¿Tiene tendencias
perversas o raras en las relaciones sexuales?
R: Lo ignoro, y
me remito a lo dicho más arriba respecto de las páginas
pornográficas. Sus novias fueron todas niñas agraciadas,
pero comunes, por supuesto, visto desde afuera
(estudiantes universitarias, en general chicas suaves y
dulces, mucho más tratables que las novias de sus
hermanos, lo que no deja de ser una paradoja, extendiendo
un poco el sentido del término).
¿Se muestra
culpable o responsable de su accionar nocivo sobre los
demás?
R: Con todo
respeto, pero para que me comprenda mejor, le digo que
esta pregunta, en este caso, parece una broma.
Jamás culpable, ni
en sueños.
Va una anécdota
que solamente una persona preparada y docta como usted en
el tema me puede creer (y concebir).
Una noche de un
viernes, más o menos cuando tenía 24 años, una amiga de mi
esposa recién llegada de un largo viaje, estaba invitada
(ella sola) a cenar con mi mujer y conmigo, una ocasión
muy especial en varios sentidos, que no vale la pena
detallar aquí. Mi mujer cocina de maravillas y había
preparado tres porciones muy elaboradas, para cada uno, en
sendos platos, y ello había quedado sobre una de las
mesadas de la cocina, luego de un más de horas de trabajo.
Estabamos los dos solos en la casa, esperándola, y
repentinamente llegó nuestro hijo. Al cabo de un rato,
anuncia que se irá, pero que necesita «cambio», y se
acerca a mi escritorio, adonde luego entra como una tromba
mi esposa unos segundos después, y le espeta un «¡¡te
comiste dos porciones de nuestra cena, como podes hacer
algo así !!ahora no hay tiempo de hacer nada !!»(salvo lo
que hice, llamar a la pizzería, lo que para una cocinera
como mi esposa es una «deshonra»).
¿ Como reaccionó
nuestro hijo ?
«Yo no comí nada,
y déjame de molestar». Se dio media vuelta, salió a la
calle y dio un portazo que por poco raja la pared.
¿Él degrada y
descalifica a los demás?
R: Intenta
hacerlo, pero en la mayoría de los casos, parece actuar
para causar un impacto. Hablará mal de lo que le parece le
conviene para su accionar posterior. Puede vestirse con
una remera con el dibujo de un puño marxista alzado
rompiendo unas cadenas, y con eso puesto, mandarse una
perorata demostrando que Fidel Castro es un monstruo peor
que Atilda porque el marxismo es solamente crimen.
¿Usted se reprime
o inhibe por esta relación con él?
R: Si, me
reprimo, porque confieso que muchas veces he sentido la
apremiante necesidad de pegarle con un fierro,
descendiendo a las zonas más bajas de la bestialidad
humana, y dicho esto con perdón de las bestias.
¿Usted, con él ha
perdido autoestima?
R: Mi respuesta
es no, pero puedo sospechar que tal vez, más exacto sería
decir que no es respuesta, sino expresión de deseos.
Quiero ser absolutamente exacto, y entonces dudo.
¿Usted, sigue o
vuelve con él haga lo que haga?
R: Mi esposa,
pobre, si, yo ya decidí vivir, no inmolarme ( fue mi
primer decisión y luego la deseché). Contacto cero, lo
que considero una genialidad como expresión y lo que ya
tenía pensado y para mi coleto. El o yo.
Por supuesto, que
con responsabilidad, ya que como hijo, será siempre hijo,
así yo tenga 100 y el 70.
¿Usted es temerosa
o se ha vuelto temerosa por esta relación?
R: Si, dos veces,
por viajes, estando solo en la casa con el, puse llave al
dormitorio, temiendo que me matara, una vez, luego de
haber discutido, y la otra, por simple precaución.
Ni hablar que
desde hace años tenemos bajo llave todo lo importante
(costumbre que no podemos sostener por falta de
antecedentes y entonces cada tanto, como está al acecho,
nos da el hachazo) y que hace cuatro, no tiene las llaves
de nuestra casa. Esto último no le impide regresar a casa
a cualquier hora, y por semana por lo menos dos veces
entre las cuatro y las cinco de la mañana, momento en el
cual golpea la puerta con unas trompadas levemente más
suaves que los puñetazos que lo llevaron al éxito a Mike
Tyson.
Nuestra vida,
doctor, solamente una persona la conoce en detalle, y nos
ha dicho esto, no una sola vez : » Si ustedes escribieran
un guión para una película, con todo lo que les ha pasado,
pues no daría resultado, pues nadie creería que puede ser
cierto».
¿Él es insensible?
¿en qué lo demuestra?
R: No tiene
cosquillas (sensibilidad física) y en un par de velorios
de parientes cercanos ha actuado con discreción, pero con
la frialdad de un médico legista. Son solamente dos
ejemplos, y creo que bastan Sus ojos, como una vez dijo mi
esposa, parecen de vidrio, en algunas oportunidades.
Hay ocasiones –
muertes – en las que parece estar actuando, y una persona
muy cercana a nosotros (mi ex maestra de primer grado
inferior) nos dijo, muy compungida, que le ha sorprendido
la «extrema frialdad de tu hijo».
Una vez, casi como
al pasar y como algo colateral a otra cuestión, le dijo a
su madre lo siguiente : » A mi no me importa nada».
¿Desea agregar
algo más?
R: Como dice un
querido amigo español, esto da «para cien folios». Quiero
ser útil al prójimo, doctor, pregunte lo que quiera, lo
que yo, como lego no he sabido explicar, etc. Estoy a su
disposición, y sobre todo a disposición de las «víctimas»,
padres y madres que como nosotros han bebido una de las
más amarga de las bebidas. No quiero abusar ni del tiempo
ni del espacio de nadie, y en lo que desee me explayo, aún
sacando tiempo a mis labores, pues pocas cosas son más
descorazonadoras que no encontrar quien nos asista en
estos horrores, y sobre todo, quien los comprenda. En ese
sentido, su página de Internet le honra a usted.
Como es fácilmente
comprensible por una persona como usted, he reprimido
muchos recuerdos de horrores, para poder sobrevivir.
Siempre le digo a mi esposa que supongo que esto le debe
pasar a un soldado que lleva tiempo en el frente. Llega un
momento en que ve un niño muerto y pasa de largo, porque
es eso, o matarse. Luego, regresará a su casa, hará su
catarsis (o no, y se pegará un tiro más tarde) y
sobrevivirá.
Exagerando, es,
estimo, lo mismo que me ocurre. Hay que vivir con esto,
ese es el punto, o mejor dicho, uno de ellos, y de los más
importantes.
El punto es no
pensar. Pensar es a veces, como tomar un cable pelado que
sale de la pared. Hace décadas vi una película que se
llamaba «Grand Prix». La película la he olvidado, pero
jamás una frase que escuché en la misma, cuando
entrevistan a un corredor de Fórmula Uno y preguntado
respecto de que piensa mientras corre, si acaso es
consciente que puede matarse, el corredor responde » Nada,
pues si pensara, no podría correr».
Tal como el
ejemplo que usted dio de los pilotos militares que
combatieron en Malvinas.
Estimo que tampoco
se puede vivir sin pensar, pero por lo menos hacerlo
cuando uno esté más armado.
Como dijo el
escritor Dumas : » Para todos los males hay solamente dos
remedios : el tiempo y el silencio».