Carta comentada:
Es triste, pero es así
He terminado una relación con un
psicópata hace aproximadamente un año y medio. Terminó
cuando me molió a golpes. Paradójicamente los golpes
permitieron la salida de ese vínculo. Es muy claro, me
siento identificado en casi todo lo que decís. Yo me daba
cuenta que «algo no era normal» en nuestro vinculo, veía
eso peor no podía salir. Nunca pudo con mi carrera y mi
relativo prestigio profesional. Su objetivo final en
nuestro vínculo era económico, tener además un espacio
social. Era enormemente seductor, carismático, «compro a
todo el mundo». Sin embargo, al alcoholizarse salía «el
monstruo», el que yo veía muchas veces en casa. Sin ayuda
psicológica, al descubrir mentiras, empecé a «cortar» su
control. Con mucho dolor, es harto difícil separarse de un
psicópata. Es una relación montaña rusa. Sin embargo, su
violencia se desencadena físicamente cuando «no puede
controlarme más». Ejerció violencia con mis mascotas,
intentando apartarme de amigos. Casualmente a él le caían
muy bien los más ingenuos, los que no podían «avivarme»
Luego bueno, la policía no ayuda, «si
uno es gay…se lo merece»… parece ser el metamensaje de
las instituciones. Ahora ya con bastante tiempo de
separación suele mandar mensajes amenazantes. Pero es
absolutamente cierto no se vuelve a ver la vida igual,
luego de este vinculo. Obviamente hago terapia y necesite
ansiolíticos.
Si te sirvo de guía para algo, siendo
gay, ya que todo lo que escribes habla de relaciones
hombre-mujer, contá conmigo.
Soy científico, y haría cualquier
cosa para que otra gente no pase por lo que yo pase.
¿Dónde estaba el goce?, te preguntarás. Sexual. Nunca
jamás había tenido una relación tan profunda sexualmente.
Atentamente,
Rogelio
Rogelio:
Tu aporte puede
ser muy importante, ya que hay poco publicado sobre
homosexuales. No porque no consulten, sino porque no
quieren, por pudor, que se sepa su historia. Aún muchos
viven clandestinamente su homosexualidad, con vergüenza.
Así que, tu
ejemplo, estimulará a otros para que autoricen a que se
publiquen sus experiencias.
Cambia los
nombres, y los lugares, pero lo que narres debe ser
totalmente real, si no, no sirve: los que pasen
experiencias parecidas, notaran que es ficticio.
Trata de no
interpretar: «Su objetivo final en nuestro vinculo era
económico». Describe en qué se mostraba este objetivo,
cómo.
No saques
conclusiones: «terminó cuando me molió a golpes», esto
«cierra» el concepto. Narra esa violencia.
Describe, da
detalles, ejemplos.
Te envío el
cuestionario, como guía. Tomate tu tiempo.
Dr. Hugo
Marietan, Buenos Aires, marzo 2008