Reflexiones de una complementaria
Querido doctor Marietan:
He tardado en ofrecer mi experiencia como complementaria, debido a que quise reflexionar toda mi vida y actitudes, en la cuál, he tenido la desgracia de alternar profusamente con psicópatas cotidianos, tanto en mi familia como con mi última pareja, que denominaría “estable”.
Es real que yo, (y digo yo por mi experiencia, por dar mi ejemplo, que es el que más conozco) como mujer, he sido y soy exigente en cuánto a la elección de pareja. Por mucho tiempo creí que sólo despertaba mi interés un hombre con cualidades intelectuales que a mí me atrajeran: Que le gustase la música, la literatura, el arte en general y que además estuviera interiorizado de las cuestiones sociales y culturales., pero después de mi larga terapia y el conocimiento que adquirí con el curso sobre psicopatía del
Dr. Hugo Marietan, más mi terrible relación como complementaria, me dí cuenta de que he conocido varios hombres con las características que yo pretendía, pero sólo uno me atrajo más de lo debido: ese que colmó mis inquietudes terminó con el aburrimiento crónico que suele acompañarme, pero a cambio de eso, me tuvo “entretenida” una serie de maltratos sutiles y mezclados con halagos que me desestabilizaron a tal punto, que llegué a desear la muerte, y como no tuve la entereza de suicidarme, desaté una grave enfermedad, que gracias a Dios y a los buenos terapeutas y médicos que me asistieron, se revirtió y hoy estoy sana y en paz… (tal vez algo aburrida, pero lo prefiero, existen muchas cosas para entretenerse sin caer en la autodestrucción).
En mi caso, también es real que he dedicado un amor casi obsesivo por mi hijo, al que amo más que a nadie en este mundo., amor del que me cuidé desde su nacimiento para no sobreprotejerlo y ahogarlo, ya que era una característica mía y según dicen, de mi signo: (Escorpio), para ello, desde que quedé embarazada, hice terapia, porque me pareció sumamente serio la crianza, educación y todo lo que implica dar el amor que necesita un hijo.
También manifiesta certeza en cuánto que las complementarias sufrimos fisuras afectivas desde la infancia: Mi madre era una enferma alcohólica, mi padre muy seductor y tuve hermanas que me maltrataron física y moralmente, de manera atroz y que aún deja sus huellas.
De niña he sufrido vejaciones, burlas, palos y humillaciones, intercalado con cariño esporádico: Esa fue la “forma de amor” que conocí, y después fui por el mundo buscando lo mismo… aunque algo muy firme dentro mío, hizo que jamás me relacionara con un golpeador, ni tampoco fui golpeadora con mi hijo, como suelen decir las revistas de moda y sus psicologismos.
Es real que mi personalidad a veces me muestre como líder, sobre todo en los lugares donde he desarrollado mi trabajo, en el cuál, mis superiores se encuentran muy satisfechos con mi desempeño, pero casi siempre, me he tropezado con verdaderos psicópatas que han hecho todo tipo de trampas, para que no pudiera seguir en mi puesto, en el último caso, dos psicólogas y yo, tuvimos que renunciar a una Comunidad terapéutica adónde trabajábamos por un psicópata que armó toda una estratagema, aliándose con varios integrantes y el dueño del lugar, para socavarnos una a una.
También es una verdad increíble que el psicópata sabe cómo captar el ego de la complementaria, hacerla sentir el amor de su vida, la mujer más especial que conoce! En mi caso, me lo hizo creer hasta el hartazgo, con una máscara de verdad alucinante, y es cierto que todos se daban cuenta de que era un ser despreciable, vil, mentiroso y que no me convenía bajo ningún punto de vista, me lo advertía mi hijo, la familia, mis amigos, los vecinos, sus hijos!!!!!! Pero yo SÍ me daba cuenta, lo que no podía era renunciar a él, en ese sentido creo firmemente en esa especie de sopor, de hipnosis que el psicópata desplaza en la complementaria.
En mi caso, desde los primeros tiempos me dí cuenta de que algo siniestro y muy triste me dejaba esa relación, incluso lloraba y les comentaba a mis allegados y a mi terapeuta que quería cortar con él y no podía. Creo que el desconocimiento que yo tenía con respecto a este tipo de personalidades y las vivencias de mi infancia, lograron que me “enganche” en una relación tan nefasta. Desde el primer mes, o los primeros veinte días con que me relacioné con él, intenté dejarlo infinidad de veces, pero su acoso, sus promesas Y AÚN LA AYUDA QUE CONSEGUÍA DE QUIENES ME ADVERTÍAN SOBRE SUS “RAREZAS”, hacía que el circuito psicopático se rearmara. Sí, porque hasta todos los bien intencionados que me advertían sobre esta dañina relación, terminaban convencidos por él y luego me pedían “que me “amigara”, que él me amaba, que sí, era un poco loco, pero al fin, un buen tipo”.
Cuando mi psicóloga me dijo que era un “perverso”, busqué en todos los libros, todas las páginas de Internet y me puse a estudiar a Marie-France Hirigoyen y otros, hasta que encontré tu bendita página y el famoso “CONTACTO CERO”,ESA ERA LA HERRAMIENTA QUE YO NECESITABA: Estaba ahí escrita, la página de mi vida, el porqué y los cómo!!!
Es real que el psicópata desató mi lado oculto, ese oscuro secreto bestial que anidaba en mí, el cuál me asquea hasta el presente, y que me devastó, me agotó, me sumió en la más desesperada angustia, en la confusión más feroz… que me produjo rabia, dolor y deseos de venganza, Pero según siempre comentando mi caso, encontrar un psiquiatra como vos, estudioso del tema y generoso en los conceptos para salir de la situación , obró en mí toda esa fuerza que yo contra viento y marea deseaba sacar desde el principio, pero no sabía de qué forma emplearla. Parece que dentro de todo este cúmulo de infortunio, algo bueno he recibido en mi vida, ya que mi lado resiliente me ha salvado hasta del cáncer y me ha hecho buscar y encontrar la salida.
¡INFINITAMENTE GRACIAS, DOCTOR!
N
Diciembre 2010
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