Radiografía de una madre psicópata
Mi madre tiene 54 años, divorciada, española; nunca trabajó. Yo tengo 34, también vivo en España, me dedico al comercio.
Mi madre, sin haber conseguido nada por méritos propios, tiene unos aires de grandeza que nada tienen que ver con su realidad, se cree superior. Despreciaba a todo el mundo que siempre ha tenido que luchar por conseguir las cosas. Ella termina consiguiendo que haya alguien que le proporcione lo que necesite, y si no es así, lo roba.
Creo que no tolera los fracasos, pero fracaso para ella no es por ejemplo no haber conservado un empleo en su vida o haber roto sus dos matrimonios, es no conseguir lo que ella desea cuando lo desea, aunque tenga que recurrir a la fuerza, a la mentira o pisotear a quién se le ponga delante.
No respeta la ley, aunque no tenga historia delictiva. Siempre tuvo problemas con los vecinos, quienes se han quejado de ella en muchas ocasiones. Induce a incumplir las normas de convivencia de cualquier comunidad, sólo porque tenga cualquier capricho que desee satisfacer ya y egoístamente, como por ejemplo bañarse en una piscina pública en horarios prohibidos, escuchar la televisión a todo volumen, dejar suelto al perro haciendo sus necesidades en lugares prohibidos también, sin importarle molestar a vecinos con niños pequeños, etc….Son innumerables los ejemplos.
Si sus códigos indican hacer lo que le venga en gana cuando le venga en gana, si. Si le apetece salir a comer fuera y tiene niños a su cargo en ese momento, no importa que éstos tengan fiebre o tareas escolares pendientes, ella sale y olvida las responsabilidades.
No tiene culpas, totalmente. Provoca situaciones desastrosas para familias enteras, las ha provocado desde hace años.
Recientemente ha conseguido como por un goteo de veneno que ha durado años, que mi hermana engañe y termine divorciándose de su marido y padre de sus tres hijos. “Goteo” del que hemos sido testigos varias personas. Produciendo un sufrimiento enorme a todas las personas cercanas, pero en especial a los niños. No contenta con ello, uno de los hijos, comenta que la abuela (mi madre) dice textualmente a mi hermana en presencia de los hijos “tú miéntele a tu marido, gástale bromitas”. “Bromitas” es un intento de camuflar la intención de la expresión en presencia de los niños, como una demostración de respeto hacia los niños, de cara a mi hermana, pero el mensaje es “putéale, hazle sufrir”, a un padre recién separado de sus hijos, que da muestras de un auténtico sufrimiento. El niño también verbaliza: “Mamá y la abuela mienten mucho”.
Pero esto es lo que yo veo desde afuera, desde mi contacto cero desde hace más de dos años ya. Por supuesto he podido ver cómo ha carecido de remordimientos cuando también ha malmetido entre mis hijos y yo, cómo ha pretendido también cargarse mi matrimonio.
Curiosamente, siendo hija me costó mucho quitarme la venda de los ojos y ver a mi madre tal cuál es, pero el mismo día en que pude ver a mi madre en estado puro, me acusó de ser una maltratadora, ella misma se delató. Siempre de pequeña me acusó de tener la culpa de todos sus problemas con su segundo marido, incluso de la separación de ella y mi padre, que se separaron a mis 13 años (me ha costado mucho recordar la edad exacta en su separación, tengo todavía muchas lagunas en lo que se refiere a fechas y determinadas épocas). Me culpaba de no poder trabajar, porque le ocupaba mucho tiempo las tareas de la casa, tareas que por otro lado jamás hacía, era de locos…Siempre terminábamos su marido y yo trabajando fuera de casa y al llegar ocupándonos de las tareas de la casa. Ella se ocupaba de recoger los sueldos y “administrar”.
Bueno, parece que repite errores cuando la miras desde la lógica de una persona que funciona como la mayoría, pero cuando te das cuenta de cómo es, puedes observar que más que repetir errores, perfecciona su técnica, porque termina consiguiendo lo que quiere sin hacer absolutamente nada, engaña a todo el mundo, todos se apiadan de ella, ella es buena para todos pero ha tenido mala suerte en la vida, y un largo etc. que se da durante años.
Realmente mi madre actuar no actúa, ella mueve los hilos y son los demás los que actúan por ella, o actúan por sí mismos previamente manipulados por ella. Lo que si repite es que se presenta como víctima antes de que te dé tiempo de reaccionar.
Antes de hacer algo negativo, desaparece del mapa, rompe el contacto por unos días, y luego aparece como alma cándida y provoca cualquier situación.
En su época las tuvo, se drogaba de joven. También es ludópata, pero o roba para jugar, o se aprovecha de alguien que le invite al juego. Averiguó la combinación de una caja fuerte con dinero familiar y jugaba con él. También me robó dinero de un sobre que le confié para unos pagos que debía hacer y jugárselo. Me enteré de sus jugarretas porque mi abuela me lo contó.
Siempre está dispuesta a salir, al ocio, nunca está sosegada, siempre está en la calle, en los bares, a la hora de las obligaciones le cambia drásticamente el humor.
Nunca ha tenido ningún proyecto de futuro. Siempre ha vivido a costa de los demás, incluida yo. Nunca ha trabajado pero tiene ínsulas de comprarse un chalet, de hacerse reformas pretenciosas en la casa, de comprar muebles y electrodomésticos caros, y termina consiguiéndolo, pero su existencia se basa en el HOY. Hoy me voy a comer a un restaurante, me voy de tiendas, me voy a pasar el día en la playa, es una vividora. Pero nadie sabemos de qué va a vivir cuando sea anciana, no tiene derecho a pensión.
Durante un tiempo abusaba del alcohol, incluso yo llegué a verla beber a diario cuando conoció a su segundo marido, bebían los dos, hasta que la familia empezó a criticar esa conducta y ella culpó a su marido. Dejó de beber y el Sambenito de alcohólico lo lleva él. Fuma muchísimo.
Oí decir a mi padre que “tenía gustos raritos en la cama”, mi padre no me explicó más y yo tampoco pregunté.
El último día, el día en que decidí cortar la relación con ella, hubo un episodio de mucha violencia. Le encaré todas las barbaridades que me había hecho, ella mentía sin inmutarse, me miraba fríamente y negaba todo lo que había visto con mis propios ojos, hasta tonterías sin importancia, pero encaminadas a mi desprestigio. Yo me dí cuenta de esta estrategia tarde, pero ver a su hija sufrir sobremanera, implorándole y recordándole con esfuerzo cómo habían sido las cosas, no la hizo conmoverse ni lo más mínimo.
Para mi, como madre que soy, no hay nada en este mundo que suponga más tensión que ver sufrir así a un hijo.
Es muy egoísta, sólo piensa en ella. Hace poco coincidí con una mujer con la que trabajé hace años. Me preguntó por mi vida, por mi familia y le conté que no tengo relación con mi madre. Ella me dijo: “cada uno recoge lo que siembra, tu madre sólo quería hacerte trabajar” Ella recogía mi sueldo y lo administraba ella.
Ella proviene de una familia que tenia mucho dinero pero que quedó en la ruina. Nunca se adaptó a la nueva situación económica. Recuerdo cómo siempre ha despreciado a unos tíos míos que han tenido una economía modesta pero que han ido prosperando fruto de su trabajo. Ella decía: “ahora no seremos millonarios, pero no hay que olvidar quiénes somos” Yo me quedaba confundida pensando “¿y quienes somos?”
Ella siempre ha tenido problemas para pagar los gastos en su comunidad. Pero siempre ha comentado de éstos que son unos miserables sin educación. Ella no es ni millonaria, ni asalariada.
El ejemplo más claro de cómo giran a su alrededor, puede ser que desde que yo no tengo relación con ella, el resto de familiares tampoco se relacionan conmigo. Otro ejemplo podría ser que cuando me casé e invité a mi hermana, ésta no quiso venir porque mi madre no estaba invitada. Si no está ella o a ella no le gusta, los demás no están.
Ante mi contacto cero, y preservar a mis hijos del contacto con ella, pretendió llevarse por la fuerza a uno de mis hijos, que encontró jugando sólo en la calle. Nos dio un buen susto.
No le importa nada lo que tu sientas. Ella va a lo suyo. No le importa quién sufra a consecuencia de sus actos. Fuera de sus actos, hace teatro como si sintiera algo cuando hay gente delante, cuando no la hay, ni se inmuta.
Repite las cosas tanto que las convierte en verdad. Ensucia la imagen de cualquiera hasta que tú mismo piensas como ella. Me ha manipulado muchas veces y he visto cómo ha manipulado a los demás en mi contra. Suelta frases como quién no quiere la cosa, con un tono de voz especial para cada ocasión, de hace la inocente en sus comentarios, muchos disfraces distintos, demasiados. Ella siempre sale impune y queda de maravilla e inocente. Lo hace muy bien.
Utiliza los lazos familiares para conseguir lo que quiere. Promete dar muchas cosas que luego jamás te da, te seduce. Se presenta como una madre sacrificada y victimizadas hasta el punto en que la gente te mira mal y ella es la víctima.
Lo de las mentiras es exagerado en ella. Si tú has dicho blanco, ella llega y dice que has dicho negro y se queda tan ancha. En una ocasión a mi hija de 15 años que le enfrentó una mentira, que la acorraló encarándole la verdad, terminó diciendo: “y dale con que miento, y ¿quién no miente?”
Actúa y consigue lo que quiere. Desde quince años que se casó con su segundo marido, lo ha echado y recogido de su casa más de 30 veces. Él siempre vuelve, le mantiene económicamente y le compra lo que ella quiera, según el momento, una televisión nueva, algún mueble, etc…Después deja de necesitarlo y lo vuelve a echar.
Veo que detrás de cada paso que da y que disfraza de lo que le venga en gana, como por ejemplo “nosotros tenemos una relación especial” en el caso de su marido, hay una estrategia, pensada o no tan pensada para conseguir lo que quiere.
Me ha llegado a encerrar en casa con llave una vez que me negué a darle mi sueldo íntegro. También me ha pegado, según ella para “hacerme reaccionar”.
Me ha amenazado y chantajeado muchas veces directa e indirectamente haciéndome pasar mucho miedo con contar secretos que le confié. Después descubrí que en ese momento, ya todo el mundo sabía ese secreto. Me veía en la obligación de darle lo que quería, de contar con ella para cuidar de mis hijos en lugar de pagar a una canguro. Aunque ella me costara mucho más caro que una canguro para los niños y terminara haciendo yo misma las tareas de la casa y desatendiera a los niños mientras yo trabajaba además de tener que pagarle. Luego ha negado ante toda la familia que yo le diera dinero alguno.
Siempre ha vivido a costa de los demás. Incluso su casa ha estado limpia si otros la hemos limpiado, ni eso hace. Mi abuela cobra una pensión y una paga semanal. Siempre acude a su casa los días de paga. El resto de días no aparece ni aunque esté enferma y necesite cuidados. Mi abuela siempre se ha quejado de ella: “yo no tengo hija para nada”
Cuando le toca dar la talla, finge enfermedad y se acuesta. Al final nunca está para nada, pero parece que sea el centro de todo y sea súper sacrificada.
Usaba a mis hijos para conseguir mi dinero, haciendo ver a todo el mundo lo sacrificada que es. En lugar de recogerlos en el colegio, se iba a jugar al bingo y me llamaban una hora y media después de la salida del colegio diciéndome que nadie los había recogido todavía. Así en varias ocasiones. Después, enseñó a mis hijos a no “alarmar” a nadie, les enseñó el camino del colegio al bingo, así nadie se enteraba, los obligaba a ocultarme esos detalles y muchos más. Y eran los niños quienes terminaban recogiéndola a ella y no al revés. Mientras, mi madre cobraba un sueldo.
Como hija suya, durante mucho tiempo he hecho cosas en contra de mis principios naturales. Como mantener un novio del que no estaba enamorada y al que quería dejar porque a ella le gustaba, porque tenía dinero. Me decía: “el amor se acaba nena”
Puedo hablar por mí, aunque sé que ha hecho lo mismo con muchas personas, mi hermana por ejemplo, que meses antes de divorciarse decía a su suegra y a mí misma “yo no me divorcio por nada del mundo”, tras pasar mucho tiempo con mi madre a diario, meses después, mi hermana se divorcia sin tener siquiera un trabajo con el que mantener a sus hijos. Mi hermana repite los mismos patrones que mi madre, ni trabaja ni busca trabajo pero sí se esfuerza por sacarle el dinero al padre de sus hijos.
Dice palabras sensibles y que suenan bonitas cuando le interesa manipularte pero no muestra sensibilidad real. Después de hacer un esfuerzo enorme cuando me tocó mantenerla económicamente siendo madre soltera y llegando a tener tres trabajos a la vez, unos familiares se reúnen con nosotras (mi madre y yo) para informarnos de que iba a percibir una pequeña renta que suponía un gran desahogo para mí. Se suponía que era una noticia estupenda. Yo me puse a llorar de la emoción, ella ponía cara de no entender nada, no mostró ninguna emoción. Luego entendí que su falta de emoción era fruto de su estrategia, ya que estaban mis tíos presentes y ellos no sabían nada de que yo la estuviera manteniendo, era ella quién me ayudaba a mí y no al revés. Cómo iba a apoyarme en su presencia? Es fría e insensible.
También lloré de la emoción cuando mi hermana tuvo su primer hijo, ella puso cara de molestarle mi emoción. Esto fue en presencia de los suegros de mi hermana.
Para mi es el ser más cruel que he visto jamás, para otras personas es un trozo de pan.
Hay episodios que tengo grabados que me demostraron su crueldad.
Consiguió que su marido me pegara, ni recuerdo qué problema hubo ese día. Él me cogió del cuello y me estaba ahogando. Vi a mi madre por detrás de él, de brazos cruzados con cara de disfrutar del espectáculo, incluso sonriendo. En ningún momento pidió a su marido que me dejase, ni hizo ningún gesto, se mantuvo de brazos cruzados triunfante. Me soltó él cuando vio que yo no iba a aguantar mucho tiempo más sin asfixiarme. Esto fue en presencia de mi hija mayor, en casa de mi madre, yo tendría unos 23 años, no recuerdo bien la fecha. Mi hija me contó que mi madre obligó a su marido a que “hiciera algo conmigo”.
Siempre me ha comparado a su interés con otras personas. Igual un día esa persona con la que me comparaba era un ser deleznable, y el otro día si le interesaba humillarme, lo ensalzaba, no me podía aclarar. Por ejemplo
Según ella misma me contó, antes de conocer a mi padre tuvo un novio, según ella ese novio era pobre, y lo dejó diciéndole que no era nadie y no tenía futuro para estar con ella. Ese hombre con los años prosperó mucho y un día mi madre me contó que si él era alguien ahora, era gracias a que ella lo había dejado llamándole Don Nadie y él se había motivado. Gracias a ella.
Se hace pasar por víctima de todo y todos. Incluido mi padre, que siempre nos lo pintó como un monstruo, y cuando yo no hacía lo que ella quería me comparaba con él “eres igual que tu padre”. O mi ex pareja, que nunca se ocupó de mis hijos pero rehízo su vida rápido con otra mujer. Yo en cambio tardé cinco años en encontrar a mi pareja actual y además fui la que crió a los niños sola, así que no tenía tiempo de pensar en pareja ni en nada. Pues ella me decía “eres una tía rara, al menos tu ex pareja ha rehecho su vida, no como tú” Cuando esa ex pareja nunca se ocupó de nada y legalmente perdió todo derecho sobre los hijos por su irresponsabilidad. Según le interesa, eres bueno o malo, aunque te compare con el mismo diablo. Tiene el arte de dar la vuelta a las cosas si lo que pretende es desvalorizarte.
En el caso de mis hijos, sus nietos, el resto de familiares me reprochan que no le permita tener relación con mis hijos, cosa que ella misma jamás ha reclamado, ellos me dicen que ella los adora, que los echa de menos. Yo me pregunto cómo se puede echar de menos a alguien y no mover un dedo por verlos.
Todo el mundo, mi padre, mi cuñado, amistades, yo misma, terminamos hastiados de ella, de sus catastróficas desdichas, reventados. Es toda la vida igual. Víctima de la crisis, de mi padre, de mí, de su segundo marido, ahora de mi hermana, y así, durante toda su vida.
En la convivencia diaria se dedica a disfrazar de broma el asedio al que te somete, criticándote veladamente hasta hacerte saltar para seguidamente llamarte loca por saltar, acusarte de tener falta de humor, haciéndote daño con el dedo, esas bromitas que hace para llevarte al límite, así ella parece una tía muy simpática y tu una amargada. Cuando juega con los niños, termina haciéndolos llorar, los enrabia. A mi hermana y a mí de pequeñas también nos hacía esas cosas. Se te echaba encima “jugando” hasta provocarte claustrofobia.
Su marido, mi hermana, yo misma…aunque no quisiera reconocerme dependiente, lo fui. Hasta que a base de mucho esfuerzo me demostré que no la necesito para nada, al contrario, era un lastre muy pesado. Un saco roto, un pozo sin fondo.
Cuando dejé de tener relación con ella, mi mente se fue despejando, empecé a asociar acontecimientos que antes había pasado por alto. Como una amiga que tuvo y que llamó a casa acusándola de haber robado tres mil euros de la casa de su marido. Yo misma la defendí a capa y espada.
Esta persona ya contaba con mala fama. Mi madre se encargaba de darle mala fama sin parecer criticar, diciendo cosas como: “qué raro que esta chica dejara a sus hijos viviendo con su padre, no te parece”, “no entiendo como una madre puede dejar de convivir con sus hijos” Esos hijos tenían más de 20 años el más pequeño.
Cuando iba descubriendo estas cosas, me sentía ridícula de hasta qué punto he estado manipulada por ella cuál marioneta.
Otra vez me encontré con una amiga suya que me confesó encontrar muy rara a mi madre, que no la llamaba, que habían hecho muchas cosas juntas y no entendía la frialdad de la relación actual. Yo le conté que tampoco mantengo relación con ella, que no se portó bien con nosotros pero sin entrar en muchos detalles. En un solo día que estuvo con mi madre, ésta amiga comenzó a mirarme mal, a rehuir encontrarse conmigo cuando éramos vecinas. Siempre destruye. Destruye todas las relaciones significativas y se encarga de que no tengas oportunidad de defensa. Manda ella.
Cuando hospitalizaron a mi abuelo, ella se encargó de decir que él había pedido en su lecho de muerte, que no estuviesen presentes los hijos de otro matrimonio de éste. Matrimonio posterior al de mi abuela. Entonces los hijos de mi abuelo no aparecieron en su entierro ya que no sabían que su padre había muerto.
Ella decía orgullosa “ves? Tanto tiempo separado de tu abuela y antes de morir ha preferido estar sólo con nosotros”
Hizo lo mismo con el hermano de mi abuelo. Tampoco lo avisaron de su muerte. También dejó de tener relación con mi familia.
Ella me hablaba mostrando preocupación por mi hermana. Me decía cosas como: “estoy preocupada por tu hermana, la veo muy nerviosa, tu hermana no está bien” Cuando yo cansada iba a mi hermana y le preguntaba qué le pasaba, que la veía mal. Mi hermana me respondía: “tú sí que estás mal!” Entonces yo llamé a mi madre para contarle cómo me había respondido. Ella estaba junto a mi hermana y me respondió: “Déjanos en paz que nosotras estamos muy bien juntitas, mal estarás tú.” Con varias cosas así, dejé de tener relación con mi hermana.
Miles y miles de episodios así podría contar.
29 de abril 2011
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