El valor del contacto cero
Estimado Doctor Marietan
Leí dos veces ¿Que hace complementaria a la complementaria? (con diferencia de una semana entre una y otra lectura) la nota en la que expone conclusiones de la investigación sobre las complementarias.
En la primera lectura mi atención decaía a medida que leía, y al compararla conmigo poco en común encontraba.
En la segunda lectura, mi atención subía y me asombraba leer la descripción casi perfecta de mi mapa histórico y emocional.
También así funcionan las Vendas en los ojos.
Han pasado seis meses desde que inicié el CONTACTO CERO y sigo creyendo que fue y es la clave para Salir-escapar.
Fue y sigue siendo dificilísimo superar las trampas de la mente para no contactarlo. Trampas que por estos tiempos se disfrazan nuevamente y enarbolan la palabra «Justicia».
Pero también, los plazos a superar hoy, son más fáciles y alargados en el tiempo: al principio se trataba de vencer la necesidad de tomar contacto por cuartos de hora. Hoy, puedo decirle a mi cabeza: «si vas a tomar alguna acción, vas a tener que esperar al menos seis meses» y quedarme en calma y sin ansiedades.
El contacto CERO fue muy doloroso, y lo sigue siendo pero cada vez menos.
El contacto CERO me trajo múltiples beneficios y actúa como si tomara un remedio diario.
El efecto inicial fue:
No tener que ir más a la farmacia para analgésicos, ansiolíticos, antigripales etc.
No tener más pesadillas nocturnas ni diurnas.
No tener más temblores en las manos
No tener más sangrados de nariz
La recuperación de 6 kilos en tres meses luego de 3 años de bajísimo peso.
Estos cambios se produjeron al principio cuando aún era incapaz de ver del todo otros que también empezaban ocurrir.
Imagínese entonces como habrán sido los cambios que advertí cuando la serenidad comenzó a ganar terreno!
El contacto CERO no solo resultó un remedio para el cuerpo sino para el alma: la principal afectada, pero eso se ve después. Cuando las vendas se van cayendo. Y VAYA! si hay vendas en los ojos!
El contacto CERO, luego de traerme el recupero físico me dió la mano y me sacó de paseo:
Por nuevas amistades sanas, por charlas serenas, por la casa y vida de viejos amigos, por la delicadeza de cada estación del año, por las lágrimas de las propias verdades y miserias sobre la mesa, por la emoción de no tener que defenderme, por el cariño que siempre estuvo de las relaciones de las que fui alejada, por el dibujo propio que había quedado tan lejos, por los paisajes nuevos que tiene el camino al trabajo que hago diariamente, por la honra a las luchas personales en las que me embarco, por los errores perdonables y corregibles que cometo, por el respeto a los propios tiempos y las propias alarmas, por el orgullo de estar apto y fuerte para compartir las duras experiencias de quienes quiero, por la vida, por la muerte,por la contemplación, por la propia fortaleza del alma bien encaminada.
Todavía queda mucho trabajo y a veces estoy cansada. Pero es un cansancio distinto porque voy aprendiendo a descansar más que a soportar.
Un cansancio que tiene el atractivo de saber que al despertar mañana voy a escuchar los sonidos propios y ajenos y ya no más el infernal ruido de la desesperación y del miedo.
Al principio doctor, era imposible imaginar este momento, y sin embargo y con mucha tarea por delante le escribo nuevamente para decirle ENTRE SONRISAS!:
GRACIAS por su trabajo, por sus investigaciones, por su entrega y compromiso con la medicina, que creo que no es otra cosa que un ámbito en el que señores con debilidades y defectos que aman la vida, intentan curarla mejorarla y salvarla a otros señores con debilidades y defectos como nosotros.
Gracias Doctor y Señor Hugo Marietan.
Silvina M,
Madrid 3 noviembre 2010
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