El NIMH, el gigante de USA en salud mental rechaza al DSM V (y cualquiera de la seria anterior) por sus desmesuras.
La Escuela Argentina de Psiquiatría, que impartía sus enseñanzas desde los hospitales psiquiátricos, nunca estuvo enteramente de acuerdo con el forzado esquema rígido de la serio DSM. Los psiquiatras argentinos se formaban bajo la tradicional fuente de los pensadores alemanes, franceses y argentinos, de las traducciones de los españoles, pero SIEMPRE mirando a los pacientes como fuente insoslayable de aprendizaje. La riqueza descriptiva de los cuadros psiquiátricos emanados de los libros clásicos, Vallejo Nájera, 1949 por ejemplo, Kraepelin, Bleuler, Kleist, Wernicke, Kretschmer, Karl Jaspers, Kurt Scheneider, Henry Ey. Conrad, Clerambault, Kahlbaum, Reichardt, Cabaleiro Goas, Alonso Fernádez, , Christofredo Jakob, Braulio Moyano, Borda, Juan Carlos Goldar, y tantos otros maestros de describían lo que veían en el paciente y seguían su evolución clínica y no se embanderaban en ideologías teóricas de escritorio. Muchos de ellos tenían su residencia en el propio nosocomio. El conocimiento partía desde el paciente al psiquiatra y no desde el libro al paciente. Eso hace que la descripción de una esquizofrenia realizada en el siglo XIX o principios del XX, tengan la frescura como si fuese descripta ayer. Libros clásicos + pacientes: la formula base de la formación de los psiquiatras de los hospitales argentinos. Es por eso que las teorías de escritorio o basadas en ideologías extrañas a la realidad clínica nunca puedo hacer mella en la formación del psiquiatra de hospital. No quiere decir esto que no fuesen escuchadas, discutidas, analizadas todas las tendencias. Y jamás de dejó de lado a un colega que prefería usar el marco teórico de cualquiera de las múltiples divisiones del psicoanálisis, o de las teorías “de la comunicación”, o sistémicas, o transpersonales, etc.
Pero la clínica siempre fue considerada soberana.
Y llegó en DSM, y se le prestó la atención como a todo material nuevo: se quería uniformar el Diagnóstico Psiquiátrico a través de criterios determinados por “expertos”. A tal punto dábamos importancia a lo nuevo que yo fui el primer docente que hizo un curso en el Hospital Borda para explicar de qué se trataba el DSM, pese a la resistencia de todo el Departamento de Docencia del Hospital Borda. Sin embargo lo dicté durante un cuatrimestre con una excelente repercusión. Pero a más estudiaba el DSM para dar las clases, más débil me parecía en sus conceptos y me di cuenta que iba a significar un error en la formación de los nuevos psiquiatras que iban a encontrar en un solo libro las claves para diagnosticar a un paciente psiquiátrico, despreciando la sabiduría de los libros clásicos. No volví a dictar ese curso. Pero la fiebre del DSM se extendió por la facilidad de su lectura, por la aparente sensación de “saber” psiquiatría en pocas páginas, y por el fuerte impulso de las Obras Sociales que exigían que los diagnósticos estén basados en el DSM.
Hoy este facilismo del DSM comienza a desmoronarse. Y lo celebramos, calurosamente.
Dr. Hugo Marietan, 2 de noviembre de 2013.
El National Institute of Mental Health de EE.UU. abandona la clasificación DSM
El National Institute of Mental Health (NIMH) (Instituto Nacional de Salud Mental) – la agencia de investigación biomédica dependiente del gobierno de EE.UU. y considerada la mayor proveedora de fondos de investigación en salud mental de todo el mundo – ha anunciado que dejará de hacer uso de la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders – DSM).
Esta postura se ha hecho pública tan sólo unos días antes de que se lance al mercado el nuevo manual diagnóstico DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría, cuya elaboración no ha estado exenta de polémica, tal y como hemos ido informando a través de Infocop.
El director del NIMH, Thomas Insel, ha señalado en una nota de prensa que esta decisión ha sido tomada dado que el DSM carece de validez y que “los pacientes con trastornos mentales se merecen algo mejor”.
Como resultado de este posicionamiento, que ha sorprendido al mundo de la investigación y al público en general, el NIMH ha informado que a partir de ahora financiará de manera preferente aquellas investigaciones que no se ajusten a la clasificación DSM:
“En el futuro, vamos a apoyar los proyectos de investigación que consideren más ampliamente las categorías tradicionales – o que subdividan las categorías – para empezar a desarrollar un sistema mejor ¿Qué significa esto para los solicitantes? Los ensayos clínicos deberán tener en cuenta a todos aquellos pacientes con estados de ánimo clínicos, en vez de solamente aquellos que cumplan estrictamente los criterios para el trastorno depresivo mayor”, por ejemplo.
El fin último del NIMH es el desarrollo de un nuevo sistema de clasificación de los trastornos mentales, que no se base en la agrupación de síntomas por consenso de expertos (tal y como se hace en el DSM). Para ello ha puesto en marcha el proyecto Research Domain Criteria (RDoC) que pretende recopilar información procedente de la genética, las pruebas de neuroimagen, las ciencias cognitivas y otros datos fisiológicos, para identificar e integrar los componentes vinculados a los síntomas de enfermedad mental. Si bien este enfoque también ha sido criticado por su carácter reduccionista y por no tener en cuenta otros factores decisivos de tipo ambiental, conductual y social, la ruptura del NIMH con el DSM supone un importante varapalo para la Asociación Americana de Psiquiatría, así como marcará el inicio de una nueva etapa en la comprensión de la naturaleza de los trastornos mentales.
Este posicionamiento reafirma aún más el rechazo de numerosas instituciones vinculadas a la salud mental hacia las categorías diagnósticas del DSM-V. Tal es el caso de la Asociación Americana de Psicología, cuya postura ha sido apoyada por más de 50 organizaciones de salud mental en todo el mundo, incluido el Consejo General de Psicología de España.
El Instituto Nacional de Salud Mental de EEUU anunció que abandona la clasificación del DSM
ADVIERTEN SOBRE LOS RIESGOS DE SEGUIR USANDO EL MANUAL DIAGNOSTICO DSM
Ese catálogo nada inocente
25–07–2013 / El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidosanunció que abandona la clasificación que determina cientos de patologías mentales con criterios externos y siempre muy acordes a las necesidades de la industria farmacéutica.
La última bomba acaba de estallar días antes de que se lance al mercado el nuevo manual diagnóstico DSM V de la Asociación Americana de Psiquiatría, cuya elaboración estuvo plagada de polémicas. El National Institute of Mental Heath de EEUU abandona la clasificación DSM.
El NIMH (Instituto Nacional de Salud Mental), la agencia de investigación biomédica dependiente del gobierno de EEUU yconsiderada la mayor proveedora de fondos de investigación en Salud Mental de todo el mundo ha anunciado que dejará de hacer uso de la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales por considerarlo carente de validez científica.
No se sometió a control externo, introduce el cambio de la concepción categorial a la dimensional, lo que hace que no haya fronteras definidas entre lo normal y lo patológico,reduciendo además el número de indicadores para la evaluación. Esto aumenta el riesgo de sobrediagnosis patologizando la vida.
El manual sigue ampliando la lista de trastornos hechos a la medida de la industria farmacéutica. Ya en 1980 se habían añadido 112 nuevos trastornos mentales a la tercera edición del DSM, en latercera edición revisada (1987) y en la cuarta (1994) aparecieron otros 58 trastornos más.
El “trastorno de ansiedad social“, llamado primero “fobia social“, fue uno de los siete nuevos trastornos de ansiedad creados en 1980. Para la década de 1990 los expertos lo llamaban “el trastorno del decenio” e insistieron que hasta uno de cada cinco estadounidenses lo padecía.
Isaac Marks (renombrado experto en miedos y pánicos, radicado en Londres, fue quien en eldecenio de 1960 reconoció la ansiedad social) opuso gran resistencia a su inclusión en el DSM III como categoría particular de enfermedad por la lista de comportamientos comunes asociados con ese desasosiego.
En 1987 se le añade la aversión a hablar en público lo que lo haceaún más elástico para incluir prácticamente a todo el mundo.
Para 2008 en EEUU casi la mitad de los habitantes se reputan clínicamente enfermos de algún cuadro mental y casi la cuarta parte de la población 67,5 millones ha tomado antidepresivos. Se prescribían ya entonces 200 millones de recetas anuales para tratar la depresión y la ansiedad.
Los diagnósticos correspondientes al trastorno bipolar aumentaron en 4.000 por ciento y lasobremedicación es imposible sin sobrediagnóstico.
Uno de los responsables de la llegada del trastorno bipolar a EEUUes el psiquiatra Joseph Biederman, que lleva años haciendo estudios y conferencias sobre el tema y que recibió 1,6 millones de dólaresentre el año 2000 y el 2007, procedentes de las farmacéuticas que fabricaron los medicamentos para dicho trastorno, al parecer para dedicarlos a seguir investigando la enfermedad.
Hasta los años 90 era una afección desconocida en los niños.Ahora ya es uno de los diagnósticos más frecuentes en psiquiatría infantil, las visitas se han multiplicado por 40 en menos de 10 años, siendo muchos de los “enfermos” niños de dos y tres años.
La escandalosa relación de la “creación” de estas nuevas enfermedades con el negocio de la psiquiatría fue revelada por el estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove quereveló que de los 170 miembros del grupo de trabajo del DSM, es decir los que hacen el manual de psiquiatría de referencia mundial, 95 (el 56 por ciento) tenía una o más relaciones financieras con las empresas de la industria farmacéutica.
Es alarmante cómo han logrado psicopatologizar a la infancia, en el último DSM se incluyen hasta “las rabietas” si son más de tres a la semana durante un año. El gobierno estadounidense dice en base a estos parámetros que uno de cada cinco niños tiene un trastorno de la salud mental.
Estas concepciones también son las que permitieron que se aprobara en Santa Fe recientemente una ley de autismo. El diputado Avelino Lago, a quien se debe el proyecto, manejó cifras que hablan de 32.000 niños con autismo en la provincia.
El T.G.D. o espectro autista (como figura en el DSM V que amplía aún más su cobertura) se diagnostica como el TDAH con cuestionarios (en este caso el CHAT) que habitualmente responden los padres según lo que les parece poco, demasiado, habitualmente. Es decir en ambos casos no son los expertos los que diagnostican.
En este caso es un instrumento que sólo es de utilidad para evaluar situaciones poblacionales a grosso modo, ya que además no permite hacer ningún diagnóstico diferencial respecto a una situación circunstancial que hace que un niño se aísle a una problemática más grave y permanente.
En cambio se está usando para determinar ya en un niño de 18 meses que tiene una enfermedad incurable, que sólo puede ser tratada sintomáticamente lo cual marcará seriamente su vida de ahí en más.
Es por todo esto que consideramos imprescindible pronunciarnos en contra del uso del DSM como posición ética a ser asumida por todas las instituciones que tienen a su cargo las decisiones políticas respecto a la Salud Mental de la población.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-39868-2013-07-25.html