Carta
Maldita madre
Dr. Marietan,
Conforme avanzo en la lectura de su página, vuelven a mi mente recuerdos de cosas que tenía olvidadas. Definitivamente, si no es una psicópata, tiene alguna enfermedad que es su prima hermana. Leí todo lo que pude, en especial cuando hablan de mamás psicópatas. Hay tantas cosas que me retumban en la memoria. ¿Cómo es posible que se repitan las conductas con tanta similitud? ¿Por qué no anuncian en la televisión: «cuidado con los psicópatas, se comportan así, no les creas nada»?
Cuando leí «Estoy en manos de un psicópata, qué hago?» me parecía que iba describiendo la vida de mi padre. Corrí con él a decirle: «¡ya entendí! es una psicópata. Hace tanto sentido. A él que le duele tanto y sigue siendo su dependiente aunque hace veinte años se separaron. Ya entendí porque cuando al fin nos dejó, se llevó todos los muebles de la casa menos el piano, quería que mi papá lo siguiera viendo al entrar a la casa, es una forma de meterse en su cabeza todos los días y él ahí lo tiene, guardado, esperando que «alguien» vaya por él. Espero que vaya con un psiquiatra y sane sus heridas (y que tire el piano), que parece que son más profundas que las mías.
Le decía que conforme avanzaba en la lectura de su página web, volvían a mi mente recuerdos que tenía atorados. Me atormentan muchas cosas, pero una de las peores es que no sé distinguir muy bien entre un psicópata y un ser humano normal. La ví hacer tantas cosas durante toda mi vida que no sabía que estaban tan mal hechas. Claro que algo me hacía ruido, pero no sabía que estaba tan mal. Por ejemplo, sé que es una egoísta al dejar esperando a alguien fuera de su casa durante ocho horas y enojarse porque no están ahí esperándola cuando ella llega, solamente porque alguien más se lo dijo enfrente de mí, yo estoy tan acostumbrado a ver lo que hace, que me parece rutina en vez de egoísmo.
Sus conductas perversas en lo sexual, no me acordaba, pero si que las tenía, vuelven las imágenes, las paso por otro filtro, el del adulto que soy y me doy cuenta que no era normal lo que hacía frente a las personas con que trabajaba. Engañó a mi padre siempre, desde que yo me acuerdo, lo hizo pensar que tenía un amante y muy probablemente tenía varios. Ahora recuerdo, como tocaba a los hombres con que trabajaba, porqué tanto abrazo, porqué tanto contacto físico, porqué contonearse frente a ellos, porque meterse la mano en el pantalón o rascarse los genitales frente a los de su oficina. No me parecía normal, pero siempre lo hizo y finalmente, si engañan a los adultos qué podía pasar conmigo que solo era un niño. A veces si se pasaba de la raya y hasta a un niño le hacía ruido y cuando le comentaba ¿porqué le acariciabas la pierna a ese señor? lo negaba, pero por supuesto que estaba haciendo eso.
Manipuladora, sobre todo con mi padre, pero ahora que veo que a mi también me trataba igual, solo que me daba lo que yo quería, unas cucharadas de cariño de vez en cuando, muy de vez en cuando, como dice la persona que escribe «sos un asco». Me da asco, mucho asco ver que sus sonrisas, eran más propias para una mascota o un robot que para un hijo. Esa sonrisa fingida, apenas dibujada, entrecerrando los ojos. Que asco.
Sabía que fibras tocar, me estiraba lo que me duele, o más bien, me dolía y luego, llegaba con unos regalos, que más que un regalo, parecía aún entonces un soborno, «no digas nada que me cause un problema, que te he traído un regalo para compensar mi ausencia o mi irresponsabilidad o lo que sea». En eso si que le falló su lectura o intuición de los demás, yo tiraba todos los regalos, no me iba a «vender» por unas camisetas o pantuflas.
Mentirosa, siempre, la pobre no sabe que es verdad y que es mentira, tiene tantos años diciendo tantas mentiras, que yo ya no le pongo atención, lo más probable siempre es que sea falso lo que dice o si es verdad, que me importa, no se puede distinguir la verdad del mito. Toda ella es un mito.
Cortar el contacto con ella, no sabía que se podía, francamente no se me había ocurrido, tenía la idea de que un hijo debe ver a su madre, por más nefasta que sea. Además de que no me puedo olvidar que es una psicópata, por lo tanto, me estaba manteniendo cerca con su estrategia esa llena de hipocresía. La verdad, sólo la sigo viendo porque no se me había ocurrido que la podía dejar de ver. Ahora sé que no la tengo que ver jamás. Lo digo con todas sus letras, ella es un MONSTRUO, es un ser perverso que jamás me quiso a mí, que soy su hijo y que soy un ser maravilloso, lleno de ganas de vivir, con una vida envidiable en todos los sentidos. Que me orilló a querer morirme cuando no tenía edad para entender que era lo que pasaba. Ahora que leo lo que en verdad pensaba ella, me da terror pensar que a lo mejor, ella quería que me suicidara, sería perfecto para ella, se quitaría a este niño que le quitaba el tiempo y la posibilidad de hacer aún más lo que le daba la gana hacer y sin que nadie la pudiera culpar. A lo mejor es pura fantasía mía, no digo que no. A lo mejor son mis nervios, pero lo que le puedo jurar que es cierto, es que la creo capaz de eso. No sé si lo pensó ella, pero de que yo la considero capaz, no hay duda.
Que ahora que entiendo cómo funciona su cabeza gracias a lo que leo en su página, veo que ella trata a las personas como una «vending machine», todos somos un objeto al que le salen «dulces», a cambio de unas «monedas». El único problema, es que no somos maquinas dispensadoras de dulces, somos humanos que si sentimos, en vez de sacarnos dulces, lo que piden es que les demos nuestra confianza, nuestro cariño, nuestros logros, en fin, lo que somos y lo que podemos hacer por los demás y lo más triste, es que como entiende que los demás si sentimos, nos arroja migajas de cariño en vez de monedas para que sigamos a su lado.
Maldita mujer, jamás me quiso pero tampoco me abandonó, ahora entiendo que tal vez se quedó para joderme. ¿Para qué se embarazó si se conocía a sí misma? Esos días que si se portó bien conmigo, estaba fingiendo, estaba actuando para asegurarse que no me fuera demasiado lejos, esas son las monedas que en su retorcida cabeza le tiene que meter a las máquinas-hijos para que le sigan dando lo que le da la gana quitarnos. Disculpe, no le puedo llamar hija de como hacen en varios escritos, porque mi abuela sí que es buena persona y no tiene la culpa, simplemente, mi madre es un Monstruo Perverso.
Usted dice muchas veces que no los califiquen de monstruos, pero aceptará usted que un hijo se siente justificado a llamar así a una mujer que lo pare y lo ve como cosa y lo usa solamente como joyita para presumir a sus «amistades». Y lo peor, es que cuando no hay amistades, se convierte en una maquina de sufrimiento, a mi me verá ella como una maquina dispensadora de dulces, pero yo a ella ahora la veo como una maquina dispensadora de maldad.
Alejarme de ella, pues si acaso me falta hacerlo físicamente, porque sentimentalmente, hace muchos, pero muchos años que sabía que si seguía cerca de ella, me iba a lastimar, era su deporte favorito, lastimarnos a mi padre, a mi hermano y a mí. Maldita hipócrita. ¿Por qué no sólo se fue a hacer su vida a otra parte? ¿Por qué tenía que parasitar nuestra casa?
Yo, pues no soy un perrito, ni soy una maquina dispensadora de dulces como ella piensa, por supuesto que me duele la madre que me tocó y me gustaría que un día despertara y me quisiera sinceramente durante un minuto al menos, pero ahora sé gracias al Dr. Marietan que eso jamás pasará y ya lo dejé de esperar. Al mismo tiempo decidí no volver a verla jamás. ¿Qué me puede pasar? ¿De qué sirve tener una relación con un ser que no quiere a nadie? Que voy a ser un mal hijo, no señor, yo siempre he sido el mejor de los hijos, siempre llené a mi padre e incluso puede que a ella de orgullo, los respeto y doy gracias por darme la vida. Pero solo a mi padre le dedico a partir de ahora mi tiempo libre, conviviré con mi familia completa solamente si no está ella. Hay una cosa que deben tener clara los que pasan por este tipo de madre, además de ser buen hijo, tenemos dignidad y a pesar de que la podemos querer a ella aunque no lo merece porque se lo ganó con puras manipulaciones, también hay que quererse mucho a sí mismo. Como no me gusta y no debo permitir que me lastimen, pues que se busque otro hogar que parasitar, las puertas de mi casa están cerradas para ella para siempre.
A lo mejor le hace bien a alguien más leer esto, a mi me hizo bien, hace dos días, estaba muy triste y de pronto, me llené de orgullo de ser yo, me di cuenta que sobreviví a una psicópata que me atacó desde que tengo uso de razón. Veo en las historias a hombres maduros desechos y mujeres de todas las edades lastimadas. Yo era un niño que tenía que quedarse en casa ¿a dónde más me podía ir? Como le comenté en mi otro correo, a los siete años, cuando me di cuenta que algo andaba muy mal, decidí hacerme para el único lugar que me pareció ACEPTABLE, para adelante, me concentré en salir adelante, hacer las cosas bien, estudiar mucho, sacar buenas calificaciones, portarme bien, concentrarme en lo mío, buscar quien si me quisiera y afortunadamente, encontré a tres mujeres maravillosas de la familia de mi madre que me dieron amor de a montón.
Me tengo que alejar, no por mí, yo ya sé cómo es ella y que quiere y como lo consigue. Ya sé que de ella no puedo esperar nada, ni siquiera un momento de honestidad, así es ella, siempre ha sido y ahora, al saber que existen los psicópatas, descanso de saber que no hay nada que yo pueda hacer para arreglarla y no hay nada malo que yo haya podido hacer para convertirla en eso. Simplemente, fue la mamá que me tocó, le agradezco en el alma que me parió y después de eso, nada más. Ahora solo le pido que se quede lejos, muy lejos, no voy a permitir que ese Monstruo dañe a mi hija.
Tengo otra cosa que agradecerle a mi Monstruo-Mamá, cuando tenía veinte años, tuve una novia. Ahora con lo que he aprendido de los psicópatas, pienso que era una del selecto grupo del 3%. Gracias mamá, porque cuando enseñó las uñas ese montruo-novia y me dejó ver quien era en realidad, reconocí el estilo. Sin saber que existían los psicópatas, me di cuenta que era idéntica a ti y salí corriendo de esa relación. Me lastimó, claro que sí, fue intenso, claro que si, la extrañé durante mucho tiempo, evidentemente, así son los psicópatas, pero me escapé de ella en cuanto me di cuenta que era como mi mamá y sabía desde entonces sin que nadie me lo hubiera dicho antes, que el contacto cero era lo único aceptable.
Espero que le sirva a alguien más esto Dr. Marietan. Le autorizó a que use todo el contenido de este correo, pero por favor, no ponga ninguno de mis datos, ni país, ni ciudad ni correo ni nada que me pueda identificar, esto el algo que solo puedo hacer en anónimo, es algo muy personal que quiero compartir para que le sirva a alguien más. Honestamente tengo tres días leyendo su sitio y me he quitado un enorme peso del alma. Ojalá que lo que yo escribo le sirva a alguien.
Hasta pronto, MR, 25 de marzo 2010
Estimado Dr. Marietan,
Gracias por publicar lo que le mandé, es extraño como me puede hacer sentir bien el verla publicada, no lo entiendo, pero me alivia verlo ahí. Seguro que usted sabe que mecanismo está funcionando en mi cabeza que me hace descansar cada vez que vuelvo a leer mis palabras en su página. A lo mejor es arrogancia de mi parte, pero en verdad que quiero que alguien más sienta alivio al leer eso. No sé porqué, pero a mí me alivió ver que no estaba solo y que mis problemas no eran tan inexplicables como creía antes.
Iniciaré a ver a un psiquiatra en los próximos días, no quiero tener ni dolor, ni amargura, ni resentimiento, ni nada, quiero dejar todo esto muy atrás. Me arruinó mis años de niño, me forzó a ser un adulto desde muy pequeño. Tengo 36 años y tengo a lo mejor 25 o 30 años siendo adulto. Tenía que sobrevivir y me forzó a madurar y hacerme fuerte esta situación que me tocó vivir. Era un adultito extraño entre tantos niños y como dice en algún lado de lo que leí, los maestros lo notaban. Afortunadamente salieron bien las cosas o lo que es más, hice que salieran bien las cosas.
Antes pensaba que mi mamá podría explicarme algún día que pasaba en su cabeza. Serán muy listos y muy manipuladores estos psicópatas, pero no son sobrehumanos, uno acaba descubriéndolos más pronto que tarde. Lo que es más, uno acaba conociéndolos a la perfección, pero no los comprendemos porque nuestro cerebro funciona distinto. No concebimos que alguien que se ve tan normal pueda ser tan distinto.
Para los que no nos dedicamos a la mente humana y nos toca vivir con uno de esos, sabemos como son, pero sin saber lo que ahora sé, no podemos explicarnos que alguien puede ser así y peor aún, que sea nuestra madre, es muy confuso. Soy un ser racional a más no poder, tengo mente de «científico». No concebía qué la motivaba a ser así. Ahora lo entiendo y descanso. Descanso mucho. Ya sé que reglas son las que la guían. De hecho, siempre lo supe, sabía que esperar de ella: dolor, mentiras, decepciones, irresponsabilidades y todo lo demás que hacen estas personas, solo que no lo entendía, no comprendía que no sintiera como yo, no sabía que podía estar haciendo «trampa». En el juego de la vida, hay reglas para unos y para otros, no sabía que mi mamá podía jugar haciendo tanta «trampa» o jugando con reglas tan distintas.
¿Cómo distinguir a un psicópata? En casa se notan más temprano que tarde. Lo sé tan bien como todos los que los han sufrido. Pero hay una duda que asalta mi corazón. ¿Quiénes más lo son? ¿Es hereditario? ¿Mis tíos pueden ser psicópatas también? Sospecho que mi abuelo lo era. Mi familia tiene todos los síntomas de haber sufrido uno de esos. No trabajaba, era muy bien parecido, era mujeriego, fumaba todo el día, era muy inteligente, no le creían lo que decía, tomaba mucho, era encantador y carismático, mi abuela le perdonó sus faltas una vez y otra también, hasta que acabaron corriéndolo de la casa y yo, lo adoraba. Así son, los de fuera los quieren mucho, los de casa los sufren. Los que observan desde lejos, juzgan sin poder comprender: «¿Porqué lo dejaron morir abandonado sus hijos sí era tan buena gente?»
Nuevamente gracias, le escribiré para que sepa como me va en la consulta con mi psiquiatra.
Un abrazo muy fuerte, MR 27 de marzo de 2010
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