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«Mamá, siento que tengo tornillos en la cola»
La historia de «Noelía», una niña de 9 años que habría sido abusada por su padre, un poderoso empresario.
Fuente: http://www.24con.com/conurbano/nota/39373-Mam%C3%A1,-siento-que%C2%A0tengo-tornillos-en-la-cola/
por Cecilia Di Lodovico

Un hombre fue denunciado ante la Justicia de San Isidro por abusar sexualmente de su pequeña hija desde que ésta tenía dos años y medio de edad.
Se trata de un poderoso empresario vinculado a una empresa investigada por la Justicia, especialmente por el polémico Gasoducto Patagónico por el que se habría pagado sobreprecios por más de 60 millones de pesos.
El hombre sería el prestatario de monstruosas maquinarias de construcción vial que se habrían utilizado en aquella obra. Incluso, el empresario tendría fuerte influencia en las obras públicas ejecutadas en el Sur, aunque insiste en presentarse como un simple “mecánico vial”.
De hecho, durante un viaje a Neuquén – en 2003- su mujer se enteró que había quedado embarazada. Nueve meses más tarde, en abril, nació su primer y única hija, desde aquí “Noelia” (se oculta el nombre verdadero para proteger la integridad de la menor).
Pero la felicidad del matrimonio duró poco: el acusado justificaba sus largas ausencias con éxodos laborales por todo el territorio argentino y su inexistencia de relaciones maritales con “estrés”. Más tarde, en 2005, el jefe de la casa –ubicada en Martínez- comenzó a tener episodios de violencia que tuvo su punto máximo cuando su esposa rodó por las escaleras junto a su bebé de un año.
Al mismo tiempo, la mujer comenzó a detectar actitudes extrañas de su marido hacia «Noelía». Por ejemplo, según los testimonios que constan en la causa, quería dormir con su hija desnuda. Además, la bañaba hasta 12 veces por día, adquiriendo posiciones sexuales.
La nena comenzó a manifestar reacciones preocupantes, llamadas de atención que su mamá no escuchaba por tratarse del propio padre de la menor. Así, Noelía pedía “agua fría para poner en su colita” y “sus primeras palabras fueron: ´Papá malo, papá sucio´”.
Pero la mujer no pudo cerrar los ojos frente al horror: padre e hija permanecían en la habitación, mientras ella realizaba quehaceres hogareños. De repente, escuchó el grito desgarrador y “fuertísimo” de la nena. Corrió hacia el cuarto pensando que había ocurrido un accidente, pero en cambio, vio a su hija de dos años y ocho meses desnuda en la cama, frente a su marido.
Entonces, le pidió explicaciones. Él dijo que le estaba cambiando los pañales, aunque le resultó más difícil responder por qué había una mancha de sangre en el acolchado. Sólo atinó a manifestar que se le había roto el frenillo del pene (el matrimonio no mantenía relaciones). Rápidamente, el hombre dejó la escena y se dirigió a un nosocomio para ser atendido.
Después de ese incidente, en 2005, el presunto abusador se fue de su casa, pero reclamando el régimen de visitas. Cada vez que Noelía veía a su papá, se transformaba: lloraba desconsoladamente, gritaba, se hacía pis y caca y se escondía debajo de la mesa.
Sin embargo, su madre la dejaba ir, temiendo romper el acuerdo y la relación de su hija con el padre, pese a que no sabía qué ocurría en la casa de su abuela paterna, más que las manifestaciones de Noelía y sus dichos: una vez, la nena volvió con “dolores en la cola” y, en cada regreso, presentaba diarrea. “Tengo tornillos en la cola”, ilustraba.
Asimismo, luego de una visita, la menor regresó con el pelo teñido de color rubio platinado, y otro, de negro. Algo que le ocasionó serios daños en el cuero cabelludo (calvicie). El cabello, se le caía a mechones. Además, le cortaban el cabello con “tijeretazos” y en una oportunidad, también, la ropa”.
La última señal: la nena comenzó a gritar y a intentar esconderse cuando, en un control pediátrico. Preocupada, la madre la llevó a una psicóloga. Noelía reveló que la abuela, le colocaba un perejil en la cola. La profesional detectó el abuso a través de los trastornos y temores que presentaba la menor. Asimismo, se refirió a un juego de cartas que compartía con su padre. La baraja de cartas españolas era de contenido pornográfico: “Un baralho das 1001 posiciones amorosas”.
Punto final: la mamá denunció a su ex a la Justicia por abuso sexual doblemente agravado. El régimen de visitas se interrumpió a finales de 2007 y la causa avanzó de manera lenta, aunque experimentó, en los últimos meses, un envión y la violación está a punto de probarse.
Así, peritos determinaron que “por sus actitudes emocionales y gestuales, se trata de una menor abusada sexualmente”. Además, los especialistas se detuvieron en que Noelía se tapaba con las manitos la parte vaginal en las entrevistas. Se refería al padre con el nombre de pila, algo que puede significar la negación de la figura paterna por considerarlo “objeto dañoso”.
Por otro lado, Noelía ya ha sido sometida a Cámara Gesell donde la nena relató episodios “horrorosos”.
El empresario es investigado por la Unidad Fiscal de Martínez, acusado de abuso sexual doblemente agravado y hechos constitutivos del delito de corrupción de menores. Ésta última figura la comparte con su madre que sería la autora de los cortes de pelo que resultaron traumáticos para la nena.
Abril 2010
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