SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA Y PSICOPATÍA

Psicopatia Dr.Hugo Marietan

P


SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA Y PSICOPATÍA


Sitio del Dr. Hugo Marietan


htpp://
www.marietan.com    marietanweb@gmail.com

 Principal ]
Artículos ] Psicopatía ]
Esquizofrenia ]
Docencia ]
Poesías y cuentos ]
Otros Autores ]
Curso de Psicopatía ]
Semiología Psiquiátrica ]
Enlaces ]
Cartas comentadas ]
Depresión ]

Carta


Bruto, ladrón y fabulador



Complete todos los datos de la persona que se presume como
psicópata
:

Edad: 60 años

Estado civil:
separado

Profesión, estudio
o trabajo que realiza: jubilado

Lugar de
residencia actual, ciudad y  país: Argentina.

Sexo: Masculino

Otro dato de
interés: A partir de la obtención de la jubilación, a los
45 años, se acentuó su conducta.

 

Datos de
quien contesta el cuestionario (imprescindibles)
:

Edad: 53 años

Lugar de
residencia actual, ciudad y país:  Argentina

Profesión, estudio
o trabajo que realiza: Docente universitaria

Sexo: Femenino

¿Qué relación
tiene o tuvo con esta persona?:

Fue mi marido,
actualmente estamos separados, esto desde hace 12 años
aproximadamente.

¿Cuánto duró/dura
la relación?:

El matrimonio duró
17 años, con muchos altibajos

¿Cómo la conoció?:

Cuando entré a
trabajar a una repartición, me lo presentaron como
compañero de trabajo y era famoso por sus relatos de
cuando hacía viajes en camión por la cuesta, etc, etc. Con
el tiempo comprobé – ya casada – que jamás existieron esos
viajes, ni tenía otro trabajo, ni nada…todas fueron
grandes mentiras.

¿Qué le atrajo/
atrae de esta persona?:

Me dio la
impresión que era muy respetuoso, lo veía como atento. Yo
tenía 21 años y no me importaba la diferencia cultural que
existía, pensé en ese momento que el amor podía mover
montañas y que yo lo podía ayudar a crecer
intelectualmente y que era posible armar un proyecto de
vida juntos. Se pasaba horas contando su vida, lo que
hacía, cuánto trabajaba, lo que había sufrido en el
servicio militar…entonces me enternecía pensando que era
bueno y sufrido.

¿Qué es lo que más
le hacía/hace sufrir?

 Dos cosas, las
mentiras que me hacían vivir un mundo irreal y el hecho de
no tener sentimientos, por ejemplo cuando sacaba mi dinero
y lo negaba. También la agresión física, que no fue
permanente, pero existió.


 


A. Satisfacción de
necesidades distintas

 


A1. Uso particular
de la libertad

¿Piensa que todo
es posible?

Si. Por Ejemplo
después de casado lo alentaba a que termine sus estudios
secundarios. Hasta pensé y lo intenté, de inscribirme
junto con él y ayudarlo como compañera a que termine los
estudios. Un año no pudo ser porque en la escuela que
elegí los docentes eran todos conocidos míos. Luego en
otro centro de adultos siguió y me trajo muchas
complicaciones pues andaba en amoríos y al final no
terminó, pero sí cursó hasta el último año. Pero como todo
es posible, un compañero que sí terminó una vez le pidió
que le sacara fotocopias de su título y aprovechó para
guardarse una y cambiar su nombre por el de
él….exitosamente .. y presentarlo en el trabajo para el
cobro de título.

Impedimentos:
¿Tolera las frustraciones y los fracasos?

Me parece que no
le importaba, a lo sumo, terminaba ese proyecto, jamás lo
vi  impactado por nada. 


A2. Creación de
códigos propios

¿Respeta la ley y
las normas comunes?

No, o mejor aún,
cuando le conviene.

¿Sigue su propia
ley y sus propios códigos?

Sí, totalmente. Y
además trataba a todos de dar argumentos válidos para que
entiendan por qué debe ser así.

¿Carece de
remordimientos o de culpa?

Totalmente.
Recuerdo una vez (somos del interior de la Argentina)
cuando fuimos a Bs As y nos hospedamos en casa de una
médica que ofrecía su casa en ocasión de un Congreso
Eucarístico. En un momento noté que había cargado en la
valija, varios elementos de la casa, tonteras.. hasta
había un aparatito para escuchar música. Cuando vi eso
rápido los saqué y no dije nada… cuando él notó que ya no
estaban en su valija me preguntó por ellos y yo le dije
que los había devuelto a su lugar porque es indigno hacer
eso a una familia que nos abrió las puertas de su casa –
sin conocernos – tratándonos  como a reyes. No se habló
más del tema, pero a mí me quedó latiendo esa situación.
En otra ocasión, ya teníamos una casita de campo,
estábamos en época estival y evaluamos la posibilidad de
ir unos días a ella. Él como siempre no tenía dinero, y yo
le mostré esa noche que sólo tenía 300 pesos… y le
dije…tan sólo que vamos hasta cuando nos alcance el
dinero. Así, convinimos en salir durante la mañana del día
siguiente. Para mi sorpresa al día siguiente ya no tenía
ese dinero… y en la casa sólo vivíamos él, yo y una
pequeña hija de más de un año, además no teníamos personal
de servicio ni nadie nos había visitado en el transcurso
de ese tiempo. Cuando le reclamé, no sólo se enojó
ferozmente, sino que se subió al auto para irse solo, y yo
– con la nena en brazos- intenté sentarme en el asiento
del acompañante…. No le importó e hizo marcha atrás, la
punta superior de la puerta se me incrustó en la ceja… me
caía mucha sangre… la nena había pegado con su carita en
el vidrio y  estaba golpeada. Lloraba. Lo mismo se fue,
ocupó la casa, recibió y alojó amigos… y en el grupo
estaba un hermano mío…todo como si nada. No me animé y no
hice denuncia ni exposición policial. Jamás preguntó ni se
habló del tema. Me refugié en la casa de mi prima, y ella
me convenció a los días que fuéramos a la casita de campo.
Fuimos en su auto con sus hijos, mi hijita y yo. Él estaba
con amigos, divirtiéndose como si nada.

Otra vez, yo cobré
sueldo de compañera en el banco, y le pedí que me acercara
hasta el Colegio donde había un acto y vería a mi
compañera. Había puesto la cartera en el auto, su sueldo
estaba hecho un rollito con el recibo del sueldo, antes de
salir vuelvo hasta mi dormitorio a buscar algo, duró no sé
si un minuto mi alejamiento del auto, volví, subí, me
llevó, cuando bajé y quise darle el dinero a mi compañera
ya no estaba. Tuve que reponerlo con mi sueldo. A mi
regreso le pregunté y por supuesto no sabía nada.

En otra
oportunidad, salimos de viaje, siempre por seguridad, al
dinero lo llevaba conmigo. En un hotel, al entrarme a
bañar, dejé olvidado el dinero en una bolsita. Entró él,
se bañó. Cuando salió volví buscando el dinero, ya
faltaban 200 pesos. Nadie fue.

¿Le echa la culpa
a los demás de sus errores?

Generalmente yo
era la culpable de todo.

¿Repite errores?

Los repetía en la
medida que con ellos

 

 


A3. Repetición de
patrones conductuales

¿Repite de la
misma manera las acciones negativas?

Sí. Por ejemplo si
falta algo, dinero por ejemplo, siempre niega ser él, pero
de pronto, sale gastando cuando antes había dicho que no
tenía nada de dinero.

 

¿Tiene algún signo
que anticipe sus conductas negativas?

Generalmente era
de pronto, cuando se le ocurría. Por ejemplo, una vez para
el cumpleaños número 3 de mi hija, yo había alquilado un
club, estuve todos esos días anteriores y ese día
trabajando mucho por el tema del asado, las invitaciones,
los detalles de las mesas, souvenires, animación, etc,
etc. El día de la fiesta, antes de ir al club fui cerca de
casa a una finca de unos alumnos míos a comprar lechuga.
Me demoré lo que tardé en llegar, pues rápido la cortaron
y me regalaron lo que pedí. Cuando regresé, estaba hecho
un loco, y me arruinó toda la tarde, diciendome que vaya a
saber con quien había estado y todo lo que se le ocurría.
A la noche, en casa, había tomado ….y me decía tantas
cosas que decido dormir en otra habitación. Durante la
noche se fue hasta donde estaba y tiró sobre mi cuerpo su
semen. Sentí humillación, desesperación y ganas de morir.
Fingí dormir y no darme cuenta para dar por terminado ese
hecho tremendo.

 


A4. Necesidad de
estímulos intensos

¿Tiene conductas
de riesgo?

Si. Una vez
estábamos en la casa de campo y casi no nos hablábamos. Me
martirizaba con una supuesta conducta infiel que no fue
tal. Era la tarde de un 31 de diciembre, estaba tomando y
me provocaba. Yo estaba muda y amargada. Habíamos quedado
con unos primos pasar esa noche en un restaurante de la
ciudad. En un determinado momento me dice que cerrara la
casa que nos volvíamos. Yo atiné a decirle que no valía la
pena, que no había nada para festejar, que era mejor
quedarnos tranquilos allí. Recuerdo que de un empujón me
subió al auto como estaba, a la nena que tendría como
cuatro años, atrás, y regresó a una velocidad espantosa.
El camino es muy sinuoso y con badenes… cada vez que
bajaba para llegar a la curva siguiente aceleraba más y
más…. Y me decía…”ah…te cagas de miedo…acá nos hacemos aca..”.
Yo le decía que pare, baje a la niña y luego siga conmigo
sin problemas, pero que ella no tenía la culpa de nada. Lo
mismo seguía acelerando más y más…. Yo  en silencio
buscaba desesperada alguna solución en mi cabeza.. y de
pronto se me dio por aprisionar su pierna con fuerza y
levantarla del acelerador…. El auto desaceleró fuerte y
produjo movimientos en nuestros cuerpos, la nena lloraba
desesperada, él luchaba por poner el otro pie en el
acelerador… al rato ya estaba calmado al menos
aparentemente y de pronto viendo que la nena lloraba se
cruzó al asiento trasero a consolarla…con el auto en
movimiento y él manejando… desesperada agarré el volante y
me senté como puede al volante hasta llegar a casa. El se
fue a dormir… yo desesperada hablé con estos primos para
contarle lo pasado y decirles que estaba aterrada. Lloré
desconsoladamente. Igual salimos a comer esa noche. Luego
de la cena, contaba a sus amigos lo que hizo, como si
fuera un juego… todos le recomendaban no volver esa noche
a la casa de campo…igual lo hizo  y llegamos al amanecer.

¿Se aburre con
facilidad?

Se aburría cuando
no era el centro de atención de todo. Generalmente en las
reuniones sociales hablaba y hablaba, hacía chistes,
buscaba ser agradable.

¿Tiene proyectos
de vida a largo plazo?

No, era imposible
proyectar nada con él. No existía el futuro. En lo único
que prácticamente no falló fue en el pago de cuentas,
deudas a crédito que él contraía. En todo lo demás, jamás
terminaba algo. Cuando nos separamos, me amenazó de muerte
a mí y a la nena, me pidió que hasta que termine una
canción tomara el auto y nos fuéramos, sino, nos mataría.
Volé a la casa de mis padres, que asustados, se enteraron
de cosas de las que yo jamás había hablado. Esa misma
noche, en un raid propio de novela, lo sacó al auto y se
lo llevó de vuelta. Intentó ponerlo de taxi pero le duró
poco, al tiempo por algún desperfecto mecánico lo dejó a
la intemperie durante 10 años, recién en estos últimos
meses está tratando de moverlo.

¿Abusa de drogas o
alcohol?

A veces tomaba,
después de la jubilación mucho más. Drogas creo que nunca.

¿Tiene conductas
perversas en lo sexual?

No. En general
ante alguna propuesta que intentó hacer y fue rechazada
por mí, no insistió.

¿Tolera
situaciones de mucha tensión?

 Sí. Por ejemplo
una vez se lastimó intentando poner la tapa a un tanque de
agua, en el techo de la casa. Se le resbaló y le agarró el
dedo índice, sacándole piel y algo de músculo entre la uña
y la última articulación y cuando se bajó, sin importarle
nada y con tijera sin desinfectar se cortó toda ese
desprendimiento.

Otra vez, venía
por la ruta a mucha velocidad, en una curva se encuentra
con un auto que venía rápido, giró para un sentido
frenando un poco y al ver que el otro conductor se
desviaba para el mismo lado giró para el otro lado
frenando un poco y logró sacarlo sin chocar. Entre el
ruido de las frenadas, los volantazos y la tremenda
tensión, él siguió como si nada. Yo temblaba casi sin
aliento.


B.
Cosificación de otras personas

¿Es egoísta?

No lo sé o no lo
recuerdo. Creo que era variable. Con algunas personas y en
algunas oportunidades lo era, y con otras no. Recuerdo que
a un hermano mío que él apreciaba, porque decía que era el
sufrido del medio…,  le dio de garantía nuestra casa por
la compra de un auto, sin consultarme y porque mi papá no
quiso ser garante en función de que mi hermano aún no
tenía trabajo permanente y vivía fuera de la provincia.

¿Se cree superior
a los demás?

Sí siempre.
Hablaba de los demás hasta con desprecio. Era convincente
en los fundamentos. A veces hasta a mí me convencía y me
adhería. Otras veces yo opinaba antes de algo y sin
tapujos esgrimía esos mismos fundamentos como si hubieran
sido elaborados por él mismo.

¿Todos deben
girar a su alrededor según sus deseos?

Sí, era y es el
único que sabe, opina y tiene la verdad. Sé por mi hija
que mueve todos los hilos en la familia. Cuando murió el
padre, él tomó los papeles para tramitar todo. Pasó como
un año y la pensión y seguros no salían, decía a la
familia que no salían porque otro hijo tenía un juicio por
un accidente de tránsito en el que murió una persona y en
el juicio su padre enfrentó los costos. Pero en verdad era
imposible porque el sueldo es inembargable. No le importó
que sufriera necesidades su madre, tampoco quería dar
datos de los papeles, se ofendía si preguntaban porque
decía que desconfiaban de él.

¿Hace lo que
quiere sin importarle las consecuencias?

Empatía: ¿Le
importa los sentimientos del otro?

No. Para nada. El
centro era él, los demás no existíamos. Muchas veces
llegué a la conclusión que no tiene sentimientos.

¿Manipula?

Todo el tiempo.
Lo hacía conmigo, con la familia, con los compañeros. Para
manipularlos primero se hacía el mártir y luego mostraba
las garras. Por ejemplo, en la oficina contó que mientras
hacía los viajes en camión a Tucumán, conoció una chica y
se puso de novio con ella. Y para rematar la historia
contó que la quería mucho pero que murió quemada, al
incendiarse la vivienda donde ella vivía. Por supuesto que
todos consternados, no sabían cómo calmarlo. Con el tiempo
supe que no existían los viajes, ni el camión, ni la novia
que había muerto calcinada.

¿Seduce?

Si. A la gente la
seducía contando historias increíbles de la casa que
tenía, de la finca que poseía, de su época de chofer de
camión, de sus viajes a Tucumán, de su trabajo en una
empresa, de su trabajo en un comercio, de sus andanzas
durante el servicio militar. Yo misma las creí. Pero la
casa que tenía estaba prestada y tanto la arruinaron que
les diría que se la queden, la finca nunca apareció,
averigüé en donde decía trabajar y ni lo conocían, jamás
manejó un camión y tampoco hizo el servicio militar. Fue
exceptuado. Eso lo descubrí al tiempo de casada, hojeando
su documento.

También las
seducía haciendo algo, un arreglo en una casa, encontrando
algo que nadie encontraba, haciendo un acto de arrojo, por
ejemplo subirse al techo y  arreglar un cable, una antena,
devolviendo la pelota a un chico, una vez en esas andanzas
se lastimó la cabeza, le salía mucha sangre, a duras penas
pude llevarlo al hospital, le hicieron puntos…pero cuando
cicatrizó, delante de todos, él mismo se los sacó.

¿Miente?

Muy mucho y bien.
Todos le creían, y si algo manifestaba yo, desviando la
dirección de lo que él manifestaba, nadie me creía. Esto
fue hasta que me dí cuenta y desde entonces la verdad fue
dudosa en su boca. Por regla general cuando hablaba o me
contaba algo, yo hacía oídos sordos, esto luego de un
largo período en que todo le creía, pero la realidad
siempre me superaba, hasta que me dí cuenta que nada podía
hacer, que siguiéndolo no pisaba la tierra, que vivía un
mundo irreal y que lo mejor era hacerme que escucharlo y
sacar mis propias conclusiones.

Por ejemplo en la
oficina siempre contaba sus andadas como soldado, sus
llegadas tarde cuando se debía presentar después de un
franco, los castigos que le daban, lo que les contestaba a
sus superiores, etc. Todos – incluida -, seguíamos con
atención sus relatos. Cuando nos casamos, en el primer
tiempo vivíamos con los padres, pues me dí con la realidad
que no tenía casa, como él sostenía. Fue entonces cuando
escuché a su padre contar las mismas historias.
Conversando con la madre me dijo que no hizo el servicio
militar. Él negaba. Un día, ya en la casa nuestra,
hojeando la libreta de enrolamiento leí que decía
exceptuado y un número de artículo. Le dije y de eso no se
habló más.

¿Actúa para
conseguir lo que quiere?

Si, gesticulaba y
hasta movía las mandíbulas como si estuviera consternado y
tenía el tic de carraspear para terminar de convencer.

Coerción: ¿Usa la
agresión física para conseguir sus objetivos?

Cuando era
necesario sí. No le importaba. Desafiaba y se iba de manos
con padre, compañeros, amigos, conmigo.

¿Usa la agresión
psíquica para conseguir sus objetivos?

Sí. Por ejemplo a
mí me perseguía diciéndome que le había sido infiel.
Cuando le resultaba bien me martirizaba con el tema. Yo me
sentía muy mal y trataba de calmarlo, andaba hasta en
puntas de pie para no importunarlo. Una vez, una prima
mía, con quien habíamos salido a un festival, me dijo que
ese rato antes, mi ex marido le había dicho que le
pregunte sobre esa persona cuando estemos en el festival.

Una vez se
presentó en el trabajo mío, ya él jubilado, o sea tenía
entre 45 y 46 años. Yo estaba atendiendo a docentes del
interior que venía por asesoramiento, había una cola de
directores en la oficina. Jamás iba a mi trabajo por lo
que me sorprendió, al reconocerle la voz que estaba
saludando. Rápido salí porque temía que me  hiciera pasar
vergüenza delante de los docentes. Ahí me dijo si yo había
estado hablando por teléfono. Le dije no, mirá en mi
oficina no hay teléfono, sólo hay en el despacho de la
directora. Miró y vió que le decía la verdad. No obstante
ello, y aprovechando que pasaba por allí la secretaria de
la directora, le dije… por favor… me informa si alguien
hoy me llamó por teléfono…y dijo…no profesora, pero si
alguien lo hace, rápido vengo a llamarla. Entonces,
achicando los ojos, y con el rostro entumecido me
dijo…hablaron a casa y me dijeron escuchá…y era tu voz
haciendo cita con un tipo que te pasaba a buscar a las 12
por esta oficina. Yo le dije…vamos… no ves la cantidad de
gente que tengo para atender…estoy llena de trabajo !!!! 
Y se fue. Al tiempo investigando en casa – tarea que
comencé  a llevar a cabo ante tanto desconcierto -,
encontré un diario que él escribía, y en él cuenta la
historia del teléfono tal como me la había relatado, como
si hubiera sido cierto!!!!

Otra vez, un mes
antes de separarme, decido preguntarle si quería ir al
Uruguay, pues tenemos unos amigos con casa en Carrasco y
en toda la costa. Era en realidad, mi prueba definitiva,
pues ya venía sospechando que no soportaría demasiado esa
vida. Incluso había logrado hablar con mi hermano mayor y
entonces le dije que no me iba de la casa porque tenía la
sensación que llegaba a la esquina de mi casa y me clavaba
una cuchilla por la espalda. Él incluso tuvo la idea de
que vaya sacando cosas, por ejemplo documentación, joyas,
algo de ropa. Sólo pude sacar mis títulos, antecedentes
docentes y algo de joyas y se precipitó el final.

Cuando viajamos
estaba raro, distante, como con la mente en otra cosa. Un
día estando en una de las casas de la costa, nuestro amigo
que es un hombre mayor nos dice que él volvía a Carrasco
porque debía pagar a los obreros y quería que fuéramos así
visitábamos un Shopping recién inaugurado y convinimos en
encontrarnos para el regreso, en un lavadero de autos que
tenía en la zona. Ese negocio era atendido por un hijo
político joven, apuesto, con una nena de tal vez cinco o
seis años. Había muerto su esposa como cinco meses antes,
de cáncer. Nos atendió muy bien y tomamos un refresco
hasta que llegó nuestro amigo en la camioneta. No tardó
demasiado, y mientras ellos estaban conversando, yo leía
una revista, nuestra nena tomaba un helado. Al momento nos
subimos a la camioneta, el yerno cierra mi puerta trasera
y yo tenía en mi regazo a mi hija. Durante el regreso,
nuestro amigo y mi ex marido conversaban animadamente y yo
que iba en el asiento trasero intervenía cuando podía. Nos
paramos en el camino en un negocio en busca de vino y
algunos encargues para el almuerzo. Cuando fue el momento
de pagar yo me adelanté, pero nuestro amigo insistía en
pagar él, así que casi con el cuerpo me pongo primera y
pago. Al llegar a la casa, ya lo veo desencajado y
dirigiéndose a la casa que ocupábamos, al lado de la de
nuestro amigo, que en realidad había sido construida para
su hija recientemente fallecida y que era estrenada por
nosotros. Le pregunté qué le pasaba, y me dijo y me lo
preguntás?  Yo pensé que era por lo del supermercado y me
sale que él había visto cuando el yerno de nuestro amigo
me tocaba los pechos al sentarme yo en la camioneta.
Estaba tan desconcertada que atiné a decirle…de dónde
sacaste eso? Acaso no sos mi marido? Si es verdad lo que
dices no debieras haber intervenido y preguntar por qué
esa actitud????  Yo le daba mil explicaciones, pero no
escuchaba razones. Estaba tan sacado que con una cuchilla
intentaba matarme. Me producía pánico el sólo mirarle los
ojos, cuanto más si miraba la cuchilla en su mano. Me
amenazaba que cuando regresáramos me tiraría en la ruta y
me pasaría con el auto encima. Me encerró con llave y se
fue a nadar en la pileta que estaba en el parque de atrás
de la casa y que se conectaba con la casa de nuestros
amigos. Cuando quedé sola desesperada busqué como salir y
fundamentalmente esconder la cuchilla que la había dejado
sobre la mesa, en la cocina. En algún momento me dí cuenta
que podía escapar por la ventana del dormitorio que daba
al porche pues tenía persiana con elásticos y tirando de
ellos logré levantarla un poco. Así lo hice, vi que la
camioneta estaba con la puerta sin llave y escondí la
cuchilla debajo de la goma que cubre el piso, cerca del
acelerador. Me dirigí al dormitorio de mis amigos y les
conté todo. Ellos no podían dar crédito a lo que
escuchaban, me dijeron que no me dejarían volver a la
Argentina en esas condiciones y me aconsejaron hacerlo ver
en Buenos Aires, para lo cual me ofrecieron hotel y otras
ayudas. A la tarde llegó el yerno a buscar a su hijita y
golpeó nuestra puerta para saludarnos y conversar. Yo lo
ví desde el dormitorio donde estaba la ventana por la que
había escapado hasta esconder la cuchilla. Mi ex marido
había vuelto y me decía cosas, pero yo callada me hacía
que leer un diario, pero no podía concentrarme ni en los
títulos. Cuando ví a este muchacho golpeando, rápidamente
me levanté y me puse a la par de mi ex marido, pues temía
que me diga que me quedé en la cama esperándolo al
joven!!!!  Para mi gran sorpresa no sólo lo atendió y
bien, sino que conversaron un rato. Luego el muchacho me
pidió que lo acompañe hasta la pileta para cuidar las
niñas y para que después la ayude a su hijita para
prepararse pues se la llevaba a la capital. Yo con un
pretexto evité ir a la pileta pero sí le lavé el pelo a la
niña, en la casa de sus abuelos. Mi ex marido andaba 
detrás  de mí y yo temblaba permanentemente. En ese
interín un auto se paró en la casa del frente y tocó
bocina. Al ratito – terminada la tarea-  me fui a mi casa,
al lado. Se puso a decirme que vió cuando el yerno de
nuestro amigo me llamó desde el auto seguramente para
vernos a la vuelta de la casa. Yo terminé vencida y
desesperada. No podía creer que me endilgara tantas cosas
en tan poco tiempo. Al cabo de unos pocos días una mañana
a primera hora, al observarlo, lo ví como calmo, normal.
En ese instante tomé la decisión de regresar a la
Argentina. No estaba nuestro amigo pero sí su esposa,
corrí a decirle que quería aprovechar esa oportunidad que
estaba tranquilo, y nos volvimos. En la ruta, de pronto se
puso a conversar del yerno de nuestro amigo en muy buenos
términos. Yo nuevamente entré en pánico pues pensé… en
cualquier momento se ataca de nuevo y me tira del auto y
cumple lo prometido… llegamos a  nuestra casa y desde
entonces, nunca más subí al auto con él. Al poco tiempo me
fui de la casa junto con mi hija.

Parasitismo:
¿Vive del esfuerzo de otro?

Vivía del
esfuerzo mío. Él era empleado administrativo, por la
mañana. No hacía nada más. Yo trabajaba por la mañana en
la misma oficina que él, a la siesta enseñaba en escuelas,
iba a la universidad y cuando era necesario cumplía horas
extras en la oficina. Algunos días debía pasar de un
trabajo a otro sin almorzar. Cuando yo lo conocí me dijo
que trabajaba en una empresa de transporte con camiones
que se movían de una provincia a otra. Antes de casarme
por algo que me hacía ruido fui a buscar el lugar donde
decía que prestaba servicios (que no era la casa central
que yo bien conocía) y resulta que ese anexo no existía.
Le dije, lo negó. Cuando ya casados y sabiendo yo que no
tenía otro trabajo, lo impulsaba a que busque otro trabajo
para el medio día libre. Una vez me dijo que ya había
conseguido, por ese entonces trabajábamos en turnos
diferentes. Estando ya en el trabajo, regresé a la casa
donde vivíamos, para comprobar si había salido a trabajar
y lo encontré durmiendo.

El primer tiempo
de casados vivíamos con los padres de él. Escuché una vez
que el padre reclamaba que le faltaba dinero, de tanto en
tanto. Optó luego su padre por poner el dinero en una caja
con llave. Después de algunos años me dí cuenta que era mi
ex marido quien sacaba el dinero.

¿Usa a las
personas?

Sí, aunque no a
todas. En general usa a esas personas que lo siguen, que
le creen, a las que convence con su discurso.

¿Logra
distorsionar los valores y principios de los demás?

Sí,
fundamentalmente a las personas que le creen, que logran
quererlo.

¿Es insensible?

Sí. Nada lo
conmueve. Cuando nos separamos, me fui con lo puesto y mi
hija de cuatro años a la casa de mis padres. Estuve con
certificado médico durante algunos meses porque hasta
entonces no lograba entender completamente todo lo que 
pasaba. A esa altura le tenía pánico. Me paralizaba. Se
quedó con la casa, el auto y todas las cosas, hasta
nuestras ropas. No le interesaba – aunque su discurso era
otro -, qué le pasaba a su hija, qué necesitaba, él
cobraba el salario, pero jamás le daba ni me daba un peso.
Tampoco lo hace ahora, que la nena ya tiene 17 años. Se
había hecho quedar el auto, y yo debía pagar transporte
para que la nena pudiera ir a la escuela pues yo
trabajaba. Recuerdo que tenía baúles llenos de juguetes y
muñecas y no hizo por dárselos. Los recuperó muchos años
después, cuando yo por medio del juez logré la restitución
del hogar. Ya era grande para esos juguetes. Había ropita
sin usarse, que ya no le iban. Se llevó un órgano que le
yo le había comprado para la nena. Se llevó pulseras con
su nombre que jamás pudo usarlas, generalmente regalos de
gente amiga para sus cumpleaños.

Ahora veo a mi
hija que se desvive por hacerlo que se interese por su
vida, pero no lo hace. Por ejemplo  si hay una reunión o
un acto en el colegio, le dice que si irá, pero al final
no aparece, pero de pronto un día cualquiera aparece, tal
vez una vez al año. Le promete plata y no le da. Le dice
cuando cobre y cuando cobra busca otro pretexto. Pero de
pronto, un buen día le pide un pantalón y sin chistar le
compra esa misma tarde. Es impredecible.

 

¿Es cruel?

Sí. Hasta es
capaz de lastimar, causar heridas. Al casarnos detectaron
que tenía Mal de Chagas y tuvo que hacer un tratamiento.
Una vez me dijo que se iba, que quería estar solo, éramos
recién casados, como estaba en tratamiento con pastillas
muy fuertes según él, yo vivía en ascuas, sobre todo
porque los sábados salía a jugar la pelota y volvía más
allá de media noche. Yo sufría porque le habían prohibido
ese tipo de deportes.

Ese día, yo le
dije que me dejaba angustiada, que por favor me dejara
acompañarlo…al final nos vamos en el auto del padre y
terminó dándome una buena cantidad de puñetazos.

¿Humilla y
desvaloriza?

Todo el tiempo.
Por ejemplo, cuando trabajábamos juntos, había un jefe que
le daba algún trabajito extra, manejo de expedientes,
pases, elaboración de resoluciones sencillas, con la
intención de ir formándolo para que siga la carrera
administrativa. No sólo que no lo hacía, sino que lo
humillaba con las contestaciones que le daba, diciéndole
que quien era él para darle más trabajo.

¿Extraña, echa de
menos?

No, nunca. La
madre me dijo que cuando era soltero y se enojaba, podía
estar meses sin hablarla, sin ningún problema. La relación
conmigo más o menos se sostenía porque le ponía todas las
pilas del mundo para que funcione algo.

¿Crea tensión y
agotamiento en la relación con otras personas?

Sí, sobre todo
cuando se relacionaba con personas que no se subordinaban
a sus pretensiones. En los trabajos siempre tenía
problemas. Una vez en la oficina en la que nos conocimos,
el jefe harto de intentar llegar a él y que él acepte sus
indicaciones, decide trasladarlo a otra oficina. Allí
también tuvo problemas, y una vez una empleada
categorizada me dijo, perdoname …. Será tu marido pero es
un atrevido..

¿Crea relaciones
adictivas, dependientes?

Lo lograba con la
gente que le creía. Siempre había en el grupo amores y
odios. Gente que no lo toleraba y gente que lo quería
mucho. A veces en la calle discutía y otras veces se
salían de los autos para decirle…chau flaquito!!!!!

¿Desea agregar
algo más?

 Yo
me enteré que era un psicópata luego de separarme y
gracias a un médico psiquiatra al que mi hermano me llevó,
al ver que aún lejos de él, en la casa de mis padres,
estaba presa de pánico a tal punto que hacía que mis
padres cierren ventanas y puertas con llaves, durante todo
el día, pues imaginaba que en cualquier momento entraría y
me llevaría.

Ese médico me
enseñó a enfrentarlo y demostrarle que no le tenía miedo.
Cuando le contaba al doctor que me hablaba por teléfono y
me pedía una cita, o que amenazaba con incendiar la casa
si no regresaba (incluso un día intentó secuestrarme en la
vía pública para llevarme, cuando iba a mi trabajo), me
dijo: “cuando la cite, digale…bueno si, nos reuniremos
pero ahora no, hablame pasado mañana que te digo cuándo
será…. Y verá – me decía -, que luego no la hablará por un
tiempo”… y era tal cual. Me decía, llegará un momento que
efectivamente se reunirán, para entonces, elija un lugar
público y un horario de mucho movimiento de gente. No
acepte su propuesta, usted indique lugar y hora. Así hice
y nada intentó que yo no quiera. Todo estuvo bajo mi
control. Fui progresando paulatinamente hasta que
efectivamente no le tuve más miedo. Entonces, dejé de ser
su objetivo.

Según el
doctor supe potenciar los elementos que estaban a mi
favor: independencia económica, criteriosa, y él no
demasiado estructurado… pues – me aclaró – …con el pánico
que él generaba en usted, con sólo pararse en el auto, en
la esquina de la casa de sus padres… sin hacer nada…la
enloquecía a usted.

Desde aquel
entonces, tengo bien claro que no deseo pasar ni un
segundo de mi vida a la par de él. No lo quiero, no lo
odio, sencillamente no existe para mí.

Han pasado 12
años, no logré pensar después en términos de pareja. Sin
embargo, el sólo hecho de pensar que está lejos mío, que
ahora no me molesta pues tiene otros objetivos, sirve para
sentirme casi feliz, tranquila.

Muchas veces
pienso en mi hija, ya de 17 años, que sigue bajo su
influencia pues ella va todos los domingos a visitarlo,
generalmente en casa de su madre. Lo defiende a muerte. A
veces me enojo pues me digo cómo puede justificar en él lo
injustificable y a mí que me tiene cerca, dedicada a ella,
siempre encuentra defectos… pero luego de leer su nota en
el diario La Nación, refresqué estas cuestiones y la
entiendo más.

Sé también,
que por tener una hija en común, aunque lejos, nunca me
desvincularé del todo de él. Aún no tengo hecho el
divorcio, jamás me pasó ni un peso, he mantenido a mi hija
con el fruto exclusivo de mi trabajo y me avine a eso
pensando que esta tranquilidad no tiene precio y que si le
pido lo que a la nena le corresponde, capaz que se
desestabiliza y vuelve el terror a mi vida.

 

 


Si desea dar su opinión o
aporte
escríbame a

consultashm@gmail.com
o
click AQUI

 



Sobre el autor

Hugo Marietan

Agregar comentario

SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA Y PSICOPATÍA

Hugo Marietan

Nacido en Buenos Aires, en 1951

Médico, Facultad de Medicina, Universidad de Bueno Aires, 1981, MN 62757

Médico Psiquiatra, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, 1986

Formación Docente: Egresado del Curso de Formación Docente Pedagógica en Ciencias de la Salud y Carrera Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

Docente Adscripto a la Carrera Docente Facultad de Medicina. de la Universidad de Buenos Aires desde junio de 1991 a la fecha.

Académico Titular de la Academia Internacional de Psicología de Brasil (2002)

Para ver el curriculum completo: https://marietan.com/curriculum/

Redes Sociales

Puedes seguirme en las redes sociales e interactuar conmigo.