Consultorio Especializado en Asesoramiento de
Personas Afectadas por Psicópatas: familiares,
parejas y allegados
PARA PROFESIONALES: INTERCONSULTAS Y SUPERVISIÓN
|
En Buenos Aires: Zona
Pueyrredon y Santa Fe:Celular:
(05411) 154 447 4980 Exterior:
0054 911 44474980 Teléfono
Fijo: 011 48254697 Exterior:
00 54 11 48254697 o por Vía email: marietanweb@gmail.com |
Nota:
¿Por qué el caso de Coronel Suárez no es un síndrome de Estocolmo?
Algunos opinan que lo que ha sucedido en Coronel Suárez semeja a lo que ocurrió en 1973 en ocasión de un robo seguido de secuestro que se prolongó por seis días en Estocolmo, donde las cuatro personas privadas de su libertad abogaron por sus raptores una vez liberados.
Un psiquiatra, en aquel entonces, concluyó que los rehenes habían creado un vínculo afectivo con los delincuentes debido a que no hubo violencia física de parte de ellos, que fueron “bien tratados” y esto facilitó una suerte de complicidad entre ladrones y secuestrados. Pero estableció que las personas habían sido sometidas por la fuerza a una circunstancia muy alejada de la voluntad de los rehenes, y que la necesidad de sobrevivir generó en ellos la estrategia de seguir las demandas de los agresores sin oponer resistencia a fin de que nadie saliera herido o perdiera la vida. A partir de este trabajo se llamó a esta reacción psicológica del rehén como Síndrome de Estocolmo. Un ejemplo de este síndrome lo experimentamos en Argentina en los años 70 con el rapto de Jorge Born por parte de los Montoneros, uno de ellos, el que cuidaba más cercanamente a Born, era Rodolfo Galimberti. Pagado el secuestro y liberado Jorge Born, años después, lo hizo socio en algunos negocios y hasta fue a la fiesta de casamiento de Galimberti. Otro caso de resonancia Internacional fue el de Patricia Hearst quien una vez liberada de sus secuestradores se quedó con ellos y participó de hechos delictivos como miembro de la banda. Un excelente ejemplo fílmico de este síndrome es la película de Lumet, con Al Pacino, “Tarde de Perros” (Dog Day Afternoon, 1975).
Pero en el caso de la retención de Sonia Medina, en Coronel Suárez, no se cumplen los criterios para ser considerado un Síndrome de Estocolmo. Sonia se unió, por su propia voluntad al matrimonio de Estefanía y Olivera, es más, conocía con anterioridad a Olivera y lo siguió hasta esa localidad. Fue retenida en la casa del matrimonio por tres meses y sometida a violencia física cruel objetivamente comprobada, incluyendo relaciones sexuales filmadas. La presunción de muerte era muy fuerte y posteriormente comprobada por el médico que la trató luego de que ella huyera: su estado de desnutrición y deshidratación eran muy graves. Y después de zafar de su encierro, ya segura en el hospital, Sonia, lejos de abogar por sus raptores, los acusó incisivamente a fin de que fuesen procesados por la justicia.
Como se observa, nada más alejado de comparar este caso con un Síndrome de Estocolmo y sería mejor encararlo como el accionar de dos psicópatas asociados sobre una víctima para saciar sus necesidades especiales y obtener beneficios de ella. La cosificación de Sonia ha sido intensa, la falta de empatía brutal, y la socavación de su persona llegó a los extremos de ser peor alimentada que los perros de la casa. Los psicópatas son desmesurados e impiadosos, y el caso de Coronel Suárez es una muestra de lo que pueden hacer estos depredadores.
Para lograr que una persona trastoque así su identidad es necesario un trabajo artesanal del psicópata sobre la mente de su presa. Debe talar las bases morales, los principios, los proyectos originales de su captada e injertarle una visión de la vida totalmente dependiente del psicópata. Este proceso de captación no es percatado por la complementaria, sino por sus familiares y sus amigos quienes notan cambios en su conducta habitual, aislamiento social, aparición de argumentos inéditos en sus diálogos, conductas extrañas y un apego al psicópata irreductible a toda argumentación. Los allegados la alertan de esta anormalidad, pero ella no escucha a nadie, sólo tiene oídos para la fascinante voz del psicópata. Pero, cuando el sufrimiento a la que la somete el psicópata es muy intenso y desgastante, la complementaria puede hartarse e intentar huir de este complejo vínculo. Es en este momento en que el familiar tiene la oportunidad de ayudarla a separarse del psicópata, con el asesoramiento del profesional adecuado.
Dr. Hugo Marietan, psiquiatra, miembro de Asociación Argentina de Psiquiatras, especialista en psicopatías.
Nota en Clarín, 18 de noviembre de 2012
http://www.clarin.com/zona/vinculo-establece-psicopata-victima_0_812918839.html
Detalles del caso:
http://www.clarin.com/zona/Coronel-Suarez_0_812918835.html
http://www.clarin.com/zona/Fortalecete-palabra-Dios_0_812918836.html
El lugar del secuestro
http://www.clarin.com/zona/lugar-secuestro_CLAFIL20121118_0002.jpg
Los vecinos no se dieron cuenta:
http://www.clarin.com/zona/vecinos-Aca-nadie-cuenta-pasando_0_812918838.html
Pedido de libros Marietan
Editorial Atlante, Junin 827, CABA www.editorialatlante.com.ar .Por Internet pedidos a: geolveira@hotmail.com |
|