[ Reflexiones ] [ Cuentos ] [ Poesía ] [ Otros ]
Reflexiones sobre la
Esquizofrenia
Dr. Hugo R. Marietán, setiembre de 1999
Mientras la mirada común
nos incluye, el esquizofrénico nos mira desde él. Nos concede,
esporádica y parcialmente, algunos canales de su atención.
Todo en él trasunta “otro lado”: su postura, su tono de voz,
sus gestos, el contenido del discurso. Nos observa como a
ajeno. No es él el extraño, sino nosotros. Somos “el que no
comprende”, “el que no vale la pena explicarle nada”, ni
tampoco interesa.
Desde este lado, el
discurso siempre es compartido. Nace con el otro inmerso en
los códigos y vivencias comunes. Desde una “a” hasta la
fórmula matemática más compleja necesitamos de la
“complicidad”, del ajuste comunicacional del otro. Aún en la
reflexión más solitaria, conversamos con otro.
El esquizofrénico perdió
al interlocutor (común). Monologa en el sentido estricto del
término. Es un pensar de uno a uno, reverberante. El
epifenómeno pseudo alucinatorio pseudo auditivo, la apertura a
sus pensamientos paralelos en el campo de la conciencia,
remarca este concepto. No hay un diálogo, sino un monólogo con
sus fracciones. Aquí no hay entrada, no hay un canal de
penetración para el otro.
En la vivencia de lo
temporal la esquizofrenia es un presente constante. El diálogo
siempre conlleva un pasado y un futuro. Se parte de algo y se
va hacia algo. En el monólogo esquizofrénico el presente
enseñoréa la mente, el futuro tiene el ajuste real perfecto:
no existe. De ahí la falta de iniciativa, de proyectos
pragmáticos, elementos que se extienden desde el presente
hacia el futuro. El pasado aparece ruinoso, sin el brillo
emocional, impersonal, como algo que le pasó a otro suyo. Así
puede narrar sus hechos desde lo cognitivo, desfasado de lo
emocional, opacado, como quien cuenta el argumento de una
película insulsa. Los exabruptos afectivos de algunos
hebefrénicos presentan igual desenganche cognitivo .
emocional, son dramatizaciones sin resonancia en el
interlocutor.
El esquizofrénico es visto
como apático, desinteresado, banal. Es sólo presente
monologando.