Semiología Psiquiátrica y Psicopatía

Sitio del Dr. Hugo Marietan

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Teatro:

Fuera de Quicio


En las noches el grito sordino de Noe rebota en todas las paredes, en todos los oídos, pero no es escuchado; ¿por qué?, ¿qué es peor que lo siniestro?


Obra de Hugo Marietan
Adaptación y dirección Inés Baum
Actúan: Silvia Daurat, Milagros Marey, Lorena Idigoras, Gustavo Suarez, Luis Zarza, Horacio Corti

Fragmento de la obra en youtube

http://www.youtube.com/watch?v=zQ7_7NCfarE

 

fquicio

Centro Cultural Borges
Viamonte 525
(C1053ABK)
Bs. As. Argentina
Informes: 5555 5358/9
info@ccborges.org.ar

Funciones:
Miércoles 19 y 26 de mayo a las 20 hs.
junio: Miércoles 2, 9, 23 y 30 a las 20 hs.

Entradas: Directamente en el Borges, llamar al 5555 5358/9 o bien por
venta telefónica a Platea Net al 5236-3000
Platea general $35.-

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La obra original:

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Marietan, Hugo
Fuera de quicio- 1ra. ed. – Buenos Aires: Ananké, 2007
152  páginas; 20x14 cm
ISBN:  978-987-20635-5-9
1.Teatro Argentino. I.Título  CDD A862


¡A veces una mujer debe tomar decisiones! !La vida no es fácil!
Cristina

¡Oh, a qué se atreven los hombres! ¡Lo que pueden llegar a hacer! ¡Lo que hacen a diario, sin saber lo que hacen!
Claudio, en Hamlet - Shakespeare

Yo ya no tengo ningún lugar.
Son las palabras de Noelia ante los tribunales, cuando comprende que el mundo adulto le ha cerrado las puertas, y debe enfrentar, con sus doce años, el lado oscuro de la vida.
¿Qué será de ella ahora?

Cristina Arnedo, Prof. de Literatura

Fuera de Quicio es una obra que hace reflexionar acerca de los límites que señalan dónde empieza y termina la libertad de cada uno, qué es correcto y qué es incorrecto en los vínculos familiares, tal como nos hace pensar Un tranvía llamado deseo de T. Williams acerca de las diferencias raciales y la violencia o como nos puede hacer reflexionar Esperando a Godot sobre el fracaso de los valores de la modernidad y la existencia de la noción de futuro.
Cecilia Propato, Dramaturga

Empecé a hojear la  pieza para enterarme de que se trataba y me atrajo tanto que no pude  despegarme. Tengo la sensación que Marietan es muy buen dramaturgo. La obra  transcurre fluidamente y tiene fuerza dramática. Mis calurosas  felicitaciones por el trabajo que hizo. Espero que pueda ser llevada al  escenario  pronto.

Roberto  Saiz, director de teatro

 

Todos los que te escriben comentando tus libros son indudablemente lectores con más o menos experiencia en literatura, pero lo que me sucedió a mí con tus libros pertenece al campo de los milagros.  Ayer entre las 19.10 y las 20 y pico llegó a mis manos "Fuera de Quicio", comencé a leerlo en el colectivo a pesar de la poca luz que había, llegué al gimnasio y seguí leyéndolo en la bici, después en la máquina de abductores. Volví a casa y entre noche y madrugada lo terminé.  No soy dramaturga ni escritora; no puedo hacer comentarios como los que se pueden leer en tu página; pero quiero darte las gracias por "DESPOJO" y "FUERA DE QUICIO" me llevaron a un lugar del arte que creía vedado para mí.

Quiero más.

De alguien que no leía ni el boleto del colectivo.

Cristina D. Julio 07

Impresiones sobre Fuera de Quicio de Hugo Marietan  por Olga Saíni, agosto 07

Aceptar que la obra me posea redujo mi libertad, mi omnipotencia. Fuera de quicio volteó el hambre, el sueño y me hizo prisionera de su relato, hasta que la reja se abrió con la última frase que nos liberó a las dos, a Noelia y a mí “…hasta desdibujarse en lo oscuro. Hasta ser, ella también, la noche.”

El trance continuó y ya con el sol encima, me dije: ¿cómo es posible tanto decir con lenguaje tan breve, cómo es que centellean las palabras para hablar de muerte sin nombrarla?: “La sombra se apoya en la cama. Y, fláccida, se desliza al piso, con las otras sombras. Y se queda con ellas”. Ahí reside el arte, en esa grieta que nos obliga a estirar la mano hasta la profundidad del misterio.

 

Más comentarios en:

http://www.marietan.com/otros%20escritos/comentarioquicio.htm

http://www.marietan.com/otros%20escritos/quicio.htm

 

Capítulo 1 de la obra novelada:

1.
Ahora la silla es para Noelia un bulto amenazante apenas esbozado por la luz tenue que penetra la ventana de su cuarto. Y donde estaba la mochila del colegio hay un ser oscuro agazapado.
Se mueven los ojos brillantes de la muñeca que cuelga de la pared, y el tictac del reloj le golpea los tímpanos. Los ruidos inciertos de la casa duelen, parecen palabras.
Pero nada de todo esto consigue atemorizarla. Noelia está despierta. Espera. Sus manitos retuercen las sábanas, la mandíbula duele de tanto apretar.
Un ruido leve en el pasillo.
Noelia cierra los ojos, su respiración se acelera. El ruido, más cercano, la encoge bajo las sábanas. Entonces se atreve y mira fijo el picaporte, una parte del metal refleja algo de luz, y lo hace más siniestro aún. Lo ve angularse, lento, silencioso. El corazón le enmudece la garganta.
La hoja de la puerta se separa del quicio.
Desde ese marco de sombras, una sombra quieta la espía.
Noelia escucha ese respirar entrecortado, jadeante. Sabe qué es y lo que pasará. La sombra se mueve, sinuosa, hacia la cama. La ve arrodillarse. Ve la mano que se acerca, que le tapa la boca. Noelia resopla entre esos dedos. Un aire tibio y acre barre su cara. Su cuerpo se contorsiona. No lo puede controlar. Y ahora la sombra es una voz en la noche.
—¡Callate!
El eco se pierde en su cabeza.
—¡Callate, que la vas a despertar!
Noelia se calla.
La mano se separa de su boca y baja por el cuello, despacio. Esa piel seca y tibia va en busca de sus pechos recientes. Se detiene ahí, en su pezón. Se demora en caricias lentas. Baja arremolinándose hasta el pubis, juega con los vellos noveles. Un par de dedos bajan aún más, donde la humedad los recibe. Y tocan y siguen tocando.
Noelia no quiere, pero el cuerpo se afloja, las piernas se separan. Algo la va inundando suavemente. Deja hacer. Cierra los ojos.
La cama se hunde por el nuevo peso. Su bombacha recorre el camino de la rendición. Aprieta las sábanas, muerde la almohada. Sabe que dolerá. Y mucho.
La muñeca cierra los ojos, la mochila se estremece.

La noche tiene estas cosas. Es todo tan extraño, tan nuevo.
Cuando Noelia se queda sola, una ola negra la mece y se pierde en otras brumas hasta que el ruido del despertador le dice que el sol ya está, que puede abrir los ojos tranquila. Que ya pasó.

 

 

 

 

 

 

 

 

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