Carta
Parece pero no es
ADHD adulto más histeria más marihuan
Junio 2011
Julieta: De acuerdo a tu relato, trascripto abajo, lo que tiene tu ex se parece mucho a la secuela que dejan las hipercinesias en los adultos (Sindrome ADHD), que no es hereditario, no lo padecerán tus hijos.
Por otra parte está plagado de rasgos histéricos, es una actor dramatizador, manipulador y mitómano
Y, no menos importante, es adicto a la marihuana, que lo hace chocador de autos, falto de iniciativa, fabulador y utópico.
El psicópata es un ser especial.
CORP: Cuestionario de Orientación sobre Rasgos Psicopáticos
Hugo Marietán, 2003, 2009 © Derechos Internacionales Reservados
www.marietan.com Email: marietanweb@gmail.com
Complete datos de la persona que se presume como psicópata:
Edad: 28
Estado civil: Casado, pero separado hace poco más de un año
Profesión, estudio o trabajo que realiza: En este momento creo que hace changas de construcción. Los trabajos fijos le suelen durar unos meses nada más.
Lugar de residencia actual, ciudad y país: Argentina
Sexo: Masculino
Otro dato de interés:
Datos de quien contesta el cuestionario (imprescindibles):
Edad: 31
Lugar de residencia actual, ciudad y país: Argentina.
Profesión, estudio o trabajo que realiza: En este momento trabajo desde casa como administrativa de una empresa local y haciendo distintos trabajos free-lance con mi computadora. Y cuido a mis hijos de 1 y 3 años full time. También estudio una carrera semi-presencial.
Sexo: Femenino.
¿Qué relación tiene o tuvo con esta persona?: Me casé con él.
¿Cuánto duró/dura la relación?: Lo conocí hace 5 años pero me separé hace poco más de un año.
¿Cómo la conoció?: Lo conocí por la muerte de una amiga en común. Ninguno de los dos estaba del todo bien (después me di cuenta que en realidad él siempre tiene alguna razón para estar mal, pero en el momento no lo sabía). Yo necesitaba que me amen con locura, y hoy siento que eso sucedió literalmente. Hubo muchas cosas raras en su forma de ser desde el principio pero: o las opacaba ese gran avasallador amor o yo suponía que él estaba mal por la muerte de su amiga o por otra razón que me daba, lo comprendía y dejaba pasar las cosas.
¿Qué le atrajo/ atrae de esta persona?: Inicialmente me causó cierto rechazo pero había algo más profundo que me atrajo fuertemente hacia él y no lo pude dominar, me descubrí enamorada aunque no era alguien en quien me fijaría normalmente, especialmente por cómo se comportaba en sociedad (llamando la atención, no teniendo noción del otro, etc.). Él me conquistó, me buscó por el pueblo con la excusa de que había quedado algo de él en mi mochila.
Fue hermoso e intenso el enamoramiento que sentimos (o sentí?).
¿Qué es lo que más le hacía/hace sufrir? Su indiferencia, falta de empatía, y gran descuido hacia mi persona, y su falta de límites y su crueldad al estar enojado. Sus mentiras con cosas importantes.
A. Satisfacción de necesidades distintas
A1. Uso particular de la libertad
¿Cree que todo es posible?
Se cree bastante superpoderoso, y me decía que juntos nada era imposible, que nuestros hijos eran los hijos del poder y que iban a cambiar el mundo. Y sí, básicamente creía que podía lograr lo que quería si eso dependía de él, pero por otro lado siempre había excusas externas de por qué no lograba lo que quería. Aunque, cuando estaba en “deprimido”, su panorama de las cosas y del futuro era bastante negativo.
Y cualquier proyecto grande que yo le proponía, él aceptaba (siempre y cuando yo lo organice, lo gestione, etc). Como mudarnos de ciudad, la forma de atender el embarazo y el parto, etc. Si yo le hubiera presentado la idea de irnos a vivir a Australia, por ejemplo, él hubiera aceptado y no lo consideraría complicado. Por otro lado, la mayoría de planes para días libres que le proponía yo -paseos en los días francos-, me los tiraba abajo, no quería ir; su primer respuesta a algún plan cotidiano que él no esperaba era “no”, y no muy diplomáticamente.
Impedimentos: ¿Tolera las frustraciones y los fracasos?
Con frecuencia pierde el control, y manifiesta odiar al que supuestamente lo hace fracasar (él no reconocería fracasar por su culpa). Pero, por otro lado, esto lo hace al recibir presión o al ser interrogado sobre su fracaso. Por ejemplo: Lo echaban del trabajo. En realidad creo que a él no le afectaba demasiado; al contrario. Pero al yo preguntarle demostraba muchísima ira hacia el jefe que lo había despedido, hasta odio y ganas de golpearlo o asesinarlo. Y si yo con mis preguntas insinuaba que él había tenido algo que ver con el despido, la ira se veía trasladada hacia mí (de forma verbal y gestual, no física), o haciéndome algún planteo de que era una mala mujer, de que no lo comprendía, de que siempre iba a tener algo que decirle a él, etc.
A2. Creación de códigos propios
¿Respeta la ley y las normas comunes?
En parte sí, y le preocupa mucho, por ejemplo, tener una deuda con el banco. No le gusta, con cada llamada del banco se alteraba y me culpaba, enojado.
Pero por otro lado no le afectaba no llegar a pagar el alquiler a tiempo, de hecho ahora separados el arreglo es que él me pague el alquiler, ya que yo cuido a los chicos full time, y siempre me da el dinero tarde. Yo le dije que pagaba el 27 de cada mes, cuando pago del 1 al 5; hice esto para no fallarle a la inmobiliaria arriesgando mi techo y el de mis hijos (y para no discutir con él ni estar tensa hasta último momento por la ausencia del dinero). Hoy (31) me llamó para decirme que tiene la plata pero en un cheque, que lo puede cobrar en dos días, que estuvo todo el día tratando de cambiar ese cheque (supongo que para justificar que estaba cerca y no vino a ver a los chicos, siempre tiene algo como “pasar un presupuesto” que le impide ver a los chicos por días). Y me contó una secuencia con el tipo que supuestamente le tiene que pagar (habla de más, a mi no me interesa), y de pronto dice “y me dijo que mañana vaya a buscar el cheque”. O sea: ¿qué es lo que estuvo tratando de cambiar todo el día? Se pisa con sus mentiras, nadie le pedía explicaciones.
(Agrego que hoy fue jueves 2, y todavía no me dio el dinero, me estuvo diciendo todo el día que le pedía la plata al padre, que me la acercaba después, etc. (yo no le pedí explicaciones de por qué el cheque no, ya no quiero escuchar sus palabras, solo quiero hechos). Se llevó a los chicos un par de horas a lo del padre (ahí recibía el dinero), los trajo enojado porque “se habían portado mal” (tienen 1 y 3 años! Y son divinos), los dejó, se fue medio sacado sin saludarlos, y me dijo “ahora vengo”, no me dio tiempo a nada, además estaba centrada en los chicos que lloraban. Yo esperé toda la tarde y no vino. Le escribí y me puso un mensaje casi ininteligible que decía algo así como que lo habían estafado y que estaba en la policía, que casi mata al tipo. Que tenía 100 pesos menos de lo que necesito para el alquiler y que los conseguía y me los alcanzaba en 10 minutos. Pasaron horas, ya pasó todo el día, y no me alcanzó nada, ni me respondió más mensajes ni llamadas.)
Con respecto a haberle mentido sobre la fecha de pago del alquiler, es algo que nunca hubiera considerado hacer en el pasado. Lo desarrollé hace poco como para no dejarme avasallar por sus egoísmos, ausencias, etc. Justamente odio la mentira y era un tema importante entre nosotros, llegué a decirle en determinado momento que no iba a tolerar ni una sola mentira más de él (“tolerancia cero”, lo llamaba), pero al final le era imposible, y yo me di cuenta que presionando no le hacía bien a nadie, que estaba fuera de su poder, y pensaba que eran mentiras inofensivas como mecanismo de defensa por ser distinto socialmente.
No sé si esto aplica a no respetar la ley pero consume marihuana.
Un ejemplo de falta de código es que cuando trabajaba como conserje insistía en mostrarme algunas habitaciones lujosas cuando sus dueños no estaban. Yo no aceptaba, no me parecía correcto. En un caso (que yo no quise entrar) justo estaba el dueño adentro del departamento.
En los trabajos no respeta las normas que le dan, transgrede, se retira, miente, falla, etc. En realidad empieza siendo el empleado perfecto (y lo adoran, por esa cantidad impresionante de energía que tiene y por su carisma), pero al tiempo falla mucho.
¿Sigue su propia ley y sus propios códigos?
Se cree con un código moral mejor que el resto. Quizás tenga su propio código pero no es que falte a la ley o engañe a la gente (con plata, por ejemplo). Es más, dice odiar el dinero. Pero también dice que la justicia está mal y que se tendría que hacer por mano propia, que si fuera por él iría a matar a algunos. Y a veces me confesaba que había pensado detalladamente cómo asesinar a alguien, cómo esconder el cuerpo, etc.
Y con respecto a la plata, casi siempre sale perdiendo: o le presta a amigos que nunca le devuelven, o accede a todas las condiciones de, por ejemplo, el dueño de la casa que alquila. Para dejar una casa nos pedían dinero de más, no correspondía, y él lo pagó, antes de tener que mantener una discusión exponiendo por qué no íbamos a darles ese dinero (habíamos hablado lo que iba a decir, se encargaba él porque el contrato estaba a su nombre). Es raro porque nunca se acordaba de argumentos que hablaba conmigo (que yo le exponía para que él después transmita, por ejemplo, ya que yo era tímida y él hablaba de lo más bien en público). Como que si no nacían de él los argumentos no podía mantenerlos. Hasta le escribí un papel, una vez, para que se acuerde qué decir. Su memoria es rarísima, quizás tenga que ver con un déficit de atención o falta de noción de los demás. Pero se olvida los cumpleaños, el día de la madre... hasta se olvida su propio cumpleaños. Y después dice, con un tono superado, que no cree que esas fechas sean especiales, que es una ridiculez.
¿Carece de remordimientos o de culpa?
Si, totalmente. Desde que lo conozco nunca demostró sentimientos de culpa, excepto al querer reconciliarse conmigo después de algún exabrupto (y no eran muy creíbles esos arrepentimientos). Pero, por ejemplo, con su familia, amigos, etc., jamás lo hizo (o de vez en cuando decía un “lo siento” –generalmente después de que yo lo instaba a tomar conciencia- pero estaba vacío de sentimientos). Cuando maltrataba a su mamá después seguía como si nada (tampoco es que seguía enojado, dolido, o preocupado; nada). Al yo tratar de hacerle ver que se había excedido y había estado mal, y que quizás su mamá estaba angustiada, no demostraba culpa sino que justificaba sus actos diciendo que su madre se lo merecía por haber sido tan mala madre, que yo no la conozco como él, y que él tuvo hasta que “limpiarle el orto en (su) adolescencia cuando se hacía la enferma o se enfermaba para llamar la atención, postrada por meses”.
¿Le echa la culpa a los demás de sus errores?
Siempre, aunque lo que diga no tiene sentido y sea totalmente obvio que él era el único responsable de lo que sucedió. Un ejemplo es esto de sus padres: todo el tiempo los culpa de sus falencias. Siempre menciona hechos traumáticos infantiles y adolescentes para justificar lo que hace.
Un caso evidente es que cuando trabajaba de remisero tenía un choque o un “casi choque” una vez por semana (en un pueblo!), y siempre tenía una historia de cómo el otro se equivocó. Pero no se daba cuenta (o sí) de que él era el factor común en todos esos choques. Y además yo sé que maneja muy mal, agresiva y descuidadamente. No sé cómo fui tan tonta pero cuando apenas lo conocí, una noche lo acompañé a llevar a una amiga a 10km de distancia, él un poco alcoholizado y no sé si no fumado, y al asustarse de un auto estacionado, volanteó, se comió el cordón y así arruinó 2 ruedas del auto de la madre. Y después escuché cómo contaba que se asustó porque de golpe venía un auto de la calle secundaria de la izquierda. Pero en realidad estaba estacionado!
¿Repite errores? Sí, todo el tiempo. Yo tengo (o tenía, creo que me curé de espanto) una tendencia controladora, así que con él era cosa de repetirle constantemente cosas básicas que ya habíamos establecido que no estaban bien (es como si se resetease). Por ejemplo, ponerle el cinturón de seguridad a nuestro hijo, o no estar bajo la influencia de la marihuana frente a él, o en el trabajo, etc. Pero quizás estos son errores para mí pero no para él. También repite actos que él mismo supuestamente considera errores, como hacerse amigo de gente no muy sana o muy buena, o tener exabruptos de ira con alguien. A veces me decía que no debería hacerlo (aunque siempre con excusas mencionando al otro), pero lo volvía a hacer. En uno de esos exabruptos, el año pasado, amenazó de muerte a uno de los conductores con los que tuvo “casi choques”, y esta persona después fue a la remisería para saber si estaba todo bien (temía por su vida!).
También repetía constantemente un ciclo de estar bien unos días y después estar como deprimido e irritable. Y mentir; frente a mis planteos sobre sus mentiras decía que lo que le pasaba es que quería controlar la mentira pero no podía, porque al contar historias se le borraban partes en su cabeza y las rellenaba automáticamente como podía para no quedar como un tonto. Parece que toda la vida lo hicieron sentir tonto.
Yo a veces le escribía cartas, y me acuerdo de poner bastante que al final volvía a hacer lo mismo.
A3. Repetición de patrones conductuales
¿Repite de la misma manera las acciones negativas? Yo creería que sí. Conmigo era como un ciclo, tenía 3 días en los que era “bueno” y 3 días en los que era “malo” y yo siempre veía cómo empezaba a asomarse el “malo”. Lo mismo con su madre: la ignora, la maltrata, la humilla, y después la trata bien y le pide cosas. O, cada vez que la madre está enferma, la maltrata alevosamente sin importar gravedad de la enfermedad (aunque la operen!). Y tiene como ciclos de un comportamiento bastante repetitivo así que en mi opinión, sí.
No “aprendió” en los años que estuvimos juntos. Por ejemplo, supuestamente charlando entendía que algo hería mis sentimientos, o me descuidaba, pero después hacía lo mismo otra vez. Como descuidarme en los embarazos, irse de la casa en un exabrupto de ira y no volver aunque se entere que de los nervios y angustia me hayan dado contracciones (en realidad mientras más yo tenía alguna dolencia, que sucedía poco y nada, peor me trataba). O hablar mal de mis familiares. No conocía a una tía mía y la llamaba “la gorda de mierda”. Entendía que me hería y que encima ni la conocía (no tenía sentido hablar así), y después lo hacía de nuevo con otro familiar, sin causa aparente. O supuestamente entendía que no debía irse enojado de la casa y no volver a dormir, pero lo hacía de nuevo, hasta estando yo embarazada o con un bebé de 2 meses.
¿Tiene algún signo que anticipe sus conductas negativas? Sí, su cara (yo ya me iba dando cuenta). Una apatía creciente. Falta de paciencia en la convivencia cotidiana (cualquier cosa lo irritaba, o fallaba en sus responsabilidades, quizás para que yo le reclame y generar una pelea). Generalmente pasaba de estar hiperactivo y excesivamente “feliz” a estar muy deprimido, sin energía y sin soportar a nadie, excepto amigos. Por los amigos hacía todo y dejaba todo de lado (hasta a mí y nuestros bebés). A mi me decía que no podía llevarme a comprar en pleno invierno con nuestro niño de dos años y bebé recién nacido, pero en ese mismo momento lo llamaba una amiga y yo escuchaba que decía “sí, ¿tenés una soga? Sí, te remolco, dale, en 15 estoy ahí”. O en otro caso lo mismo, y en la llamada decía “No te preocupes que de alguna manera te ayudo a llevar esas ovejas a X lado, bancame que en la tarde lo hacemos”. No me podía llevar al súper en pleno post parto pero iba a transportar ovejas!
A4. Necesidad de estímulos intensos
¿Tiene conductas de riesgo?
Sí, al segundo día de conocerlo bajó manejando de una montaña “fumado” y de forma totalmente arriesgada. Bajaba rápido y en las curvas, que de un lado tenían un precipicio, hacía “coleadas”. No sé cómo me enamoré de él. Es más, me dí cuenta de que me pasaba algo justo al bajarme de su auto esa vez, porque lo saludé de forma distinta, especial. No me dí cuenta hasta después de hacerlo. Y pensé “qué está pasando acá?”. Jamás me hubiera fijado en él. Pero algo sentía, una atracción que ni ví venir. Él después lo explicaba místicamente, como explica casi todo.
También se sube a árboles muy alto, arriesgándose, salta paredones, amenaza ladrones callejeros, se tira al lago desde rocas muy elevadas, se sube a techos, etc.
¿Se aburre con facilidad? Creo que no, como siempre está haciendo algo... Y si no, si tiene la TV (que cuando lo conocí me dijo que odiaba pero resultó ser muy adicto) o algún juego en la pc ya está contento. Además como en sus períodos activos está a un 100%, después cae rendido y duerme como un tronco. Así que es o dormir o estar de acá para allá. Cuando duerme es prácticamente imposible despertarlo (me contaba que su ex le pegaba dormido para despertarlo). Una vez lo desperté porque había temblores, lo desperté diciéndole que había un terremoto, y lo que hizo fue levantarse casi sonámbulo, hacer pis y volver a la cama. Apatía total (y yo embarazada y asustada). Dormía tan pesadamente que yo no dejaba mucho que duerma con alguno de nuestros bebés porque me daba miedo de que los aplaste (a veces los saqué de abajo de él, yo siempre estaba atenta, y si yo dormía entonces él no podía estar durmiendo con los niños).
Quizás si en alguna reunión no era el centro, se aburría, sí. O se dormía o se iba a ver TV.
¿Tiene proyectos de vida a largo plazo?
Sólo proyectos del tipo “vamos a criar niños distintos, vamos a cambiar el mundo”. Y según él estar conmigo toda la vida. Y añoranzas de vivir una vida rural. Pero por otro lado no le interesaba estudiar, por ejemplo, o generarse una carrera. Para que termine lo que estudiaba lo tuve que “arriar” yo. Es más, yo le encontré esa carrera que parecía perfecta para él (y yo le encontré varios trabajos, le hice el CV). Después me dí cuenta que siendo así yo tampoco le hacía bien a ninguno de los dos y dejé de presionarlo a que haga cosas (o buscarle cosas), pero al no “guiarlo” más yo, se terminó desbocando y rompiendo todo (para seguir con la metáfora ganadera).
¿Abusa de drogas o alcohol?
Consume marihuana (dice que lo hace funcionar mejor) y no sé si otra cosa pero el verano anterior, que yo estaba o a punto de parir o con un recién nacido, me llegaron de distintos lados versiones de que se había “tomado una pepa” (ácido) en el trabajo con un compañero (lo dijo el compañero mismo, además de otras dos personas). Él lo niega. Ese compañero también consume cocaína, y justo en casa faltó plata (me echó la culpa, obviamente, sin ver que yo hace semanas estaba casi sin salir y sin mucha comida). Aunque no lo sé. Alcohol, toma de forma social pero una vez que empieza lo hace en cantidades muy grandes.
¿Tiene conductas raras o perversas en lo sexual?
En el acto en sí no, para nada. Es más, tiene bastantes tabúes con el sexo, es bastante conservativo. Lo único, es que charlando me contaba cosas un poco extrañas, como que por ejemplo prácticamente todos lo deseaban. Supuestamente hasta su media hermana y su madre habían hecho avances sexuales hacia él (aunque sea con abrazos que él sentía que estaban cargados de esa energía). Y en todos sus trabajos siempre tenía alguna anécdota de alguna persona que lo había avanzado descaradamente (como cuando era conserje, que dice que una mujer le pidió que le arregle el microondas y lo atendió en ropa interior sexy, o que una inquilina le dijo que cuando quiera sus favores sexuales sólo suba a su habitación). De remisero, había muchas historias de avances, hasta de manoteos. En una me contó que frenó el auto y se bajó para ubicar a la mujer, que lo intentaba tocar. En cierta medida le creí, es capaz de hacer esas cosas (y, al ser tan seductor, a veces confunde a la gente). Lo de la madre no se lo creí. También me contaba historias de conductas que él consideraba raras de parte de sus ex, como que su novia anterior una vez invitó a una amiga a dormir y le tiraban indirectas de hacer un trío (lo dudo, probablemente era su propia película eso).
Supuestamente desde que nos separamos no estuvo con nadie todavía.
¿Tolera situaciones de mucha tensión?
Depende. En el tema laboral, no las tolera, entra en crisis. Se estresa muchísimo y si encima se le suma algo en la vida personal, es como que explota la olla a presión y se descarga todo (en mí, cuando estábamos juntos). Cuando lo llamaba el banco por el tema de la deuda, lo mismo. Y eso que sólo debíamos 2000 pesos. Pero a mí ya me daba miedo si llamaba el banco. Y nunca, frente a algún problema, me cuidó él a mí. Lo cuidaba y consolaba yo a él, ya sea por amor o por miedo a sus exabruptos. Cuando trabajaba de remisero, por ejemplo, era tremendo su estres, y yo en chiste le decía “ni que estuvieras en Wall Street”, y ahí me decía ser una mala mujer y no comprenderlo, etc. O en un momento hizo el mismo trabajo de atención al público que hice yo embarazada de 7 meses, y cuando lo hizo él, lo hacía sonar como algo tremendo y re difícil de sobrellevar.
Ahora que lo pienso, en realidad me asombraba que a veces tenía entrevistas de trabajo, o trabajaba con famosos, y no se ponía nervioso. Y lo del stress es algo que decía en casa, o a la gente. Así que quizás eso era una mentira. No lo sé.
Por otro lado, situaciones sociales que a mí me dan ansiedad (hablar en público, o la coreografía de baile que hicimos la noche de nuestro casamiento), él las maneja sin problemas (yo siento que siempre haciendo una especie de “show” para sentirse en control de la situación, no percibiendo a los demás. Cuando se ponía así yo lo llamaba “el show de (su nombre)”. Pensé que era una herramienta frente a su inseguridad, a lo que yo le decía que no hacía falta que haga “el show de (su nombre)”, que era lindo como era. Lo que nunca se me ocurrió es que también era un show el que me mostraba a mí. Hoy no lo sé.
Hace unos años mi familia sufrió una pérdida importante (una muerte), y él fue el que tomó el rol de contenedor de todos. Ayudaba, sostenía a los que sufrían. Ponía humor, apoyo, acompañaba. Esto desde lo práctico, con su presencia. Pero no desde lo emocional. Yo, aunque valoré y agradecí mucho el rol que tuvo, siempre tenía miedo de que diga algo inapropiado (creo que esto se debe a que era un acto –que sirvió mucho-, pero no es que él sentía dolor o compasión). A mi no me cuidó en absoluto, es más, en privado me criticaba y me trataba de depresiva. O con aires superiores relativizaba la muerte, hasta llegó a decir que el ser humano no merecía vivir en este mundo, al día siguiente de esta muerte. Nunca me contuvo a mí (ni con un abrazo), pero yo estaba agradecida porque su forma de ser ayudó a mi familia. Pero él no sintió dolor.
B. Cosificación de otras personas
¿Es egoísta?
Sí. Yo siento que es descaradamente egoísta. Hoy en día, prioriza sus planes y su realidad frente a la de los chicos. Los ve cuando le queda bien a él, no aparece cuando los chicos lo necesitan (si lo extrañan o están enfermos), y plantea salidas no aptas para niños (como un asado afuera –con el frío que hace- a las 10 u 11 de la noche donde además todos van a estar tomando y probablemente fumando). Siempre se prioriza a él o a su rol de amigo.
Con el tema de la plata no era egoísta (bueno, hasta los últimos meses de la relación, en los que me negó acceso a ella y a las decisiones de lo que se hacía con el dinero, y yo estaba imposibilitada físicamente (por el embarazo en las últimas semanas y el parto y postparto) para generarme mis propios ingresos), con el tema de compartir cosas en la convivencia no era egoísta (como comida, la mejor silla de la casa, etc). Pero con sus actos sí y mucho (por ejemplo, con su presencia o ausencia. Estaba o no estaba de acuerdo a lo que él quería hacer; a veces yo quería estar sola y él me invadía, o a veces yo lo necesitaba, o teníamos algún evento o algo, y él ni figuraba). No pensaba en -o consideraba a- los demás.
¿Se cree superior a los demás?
Sí, se cree mejor, más puro. Suele hablar despectivamente de los demás, sean quienes sean (los conozca o no). Por otro lado se nota que también se siente menos. Es raro. Por ejemplo, de cada miembro de su familia, según él, tiene alguna patología asignada, o alguna crítica profunda. Y él es cómo es por cómo son ellos. O es “a pesar” de ellos, o sea que es mejor. Casi todos son peores que él, excepto algunas personas a las que idealiza, generalmente mujeres.
¿Todos deben girar a su alrededor según sus deseos?
En mi experiencia, en términos de deseos o en las decisiones al planear algo o elegir una comida, un paseo, etc., él era muy flexible, abierto y cedía mucho. Lo mismo con los nombres de nuestros dos hijos (los elegí yo). Yo también planeé que nos mudemos a otra ciudad y aceptó (después me lo recriminó y decía que estar en la ciudad era lo que lo hacía “malo”). Sospecho que eso tiene un poco que ver con que realmente le da lo mismo, por cierta apatía (pero igual después lo usa para manipular o inculcar culpas). Por otro lado, siempre logra ser el centro de atención, hasta en el cumpleaños de nuestros hijos. A la mayoría le cae simpático esto pero a unos pocos los irrita. Podría sumar que él gira en torno a los deseos y necesidades de amigos, quizás sería al revés en ese caso. Aunque tal vez de esa forma se hace importante y necesario, en realidad (después recurren a él).
¿Hace lo que quiere sin importarle las consecuencias?
Sí. Es extremadamente impulsivo. No considera las consecuencias pero después, a veces, trata de arreglar todo con mentiras, excusas, o pidiendo muchas disculpas (no muy creíbles). O quiere dejar pasar el tema y si se lo mencionás te trata de rencorosa, quema-cabezas, estructurada, etc. Si tiene un compromiso, es capaz de salir por la calle hacia ese compromiso, que surja algo en el camino, y dejar todo de lado aunque el compromiso sea muy importante. Una vez, por ejemplo, teníamos que limpiar una casa para mudarnos ya que nos había salido el trabajo de cuidadores (que nos venía bien al haber vuelto recién de vivir en otra ciudad ya que conseguíamos casa e ingreso al mismo tiempo y sin pagar depósito por alquilar). Y como estábamos un poco peleados él no quiso que vaya, decía que el ambiente no iba a ser grato. Yo le decía que no importa, que limpiemos sin hablarnos si prefería. Pero no. Entonces fue él, yo me quedé con el bebé en lo de mi mamá, no sin antes pedirle que me asegure que iba a ir a limpiar la casa porque si no nos mudábamos ese fin de semana quedábamos mal con nuestro futuro jefe que vivía al lado. Lo llamo una o dos horas después y primero era elusivo “estoy en tal calle, todavía no llegué” (en un pueblo no se tarda mucho en llegar, no tenía sentido lo que decía), pero después me dice “no, no fui todavía, estoy con M. (un amigo), me llamó y me pidió que lo ayude a mudarse así que estoy con eso”. Al manifestarle mi descontento, desilusión, y bronca de que ni siquiera me había dejado ir a limpiar a mí, se sacó totalmente, me dijo de todo mientras el amigo escuchaba, y hasta me hizo un grito totalmente fuera de control y agresivo, un alarido, aullido, no sé, para después cortarme el teléfono. Y yo angustiada, ahí con el bebé y con el miedo a que nos quedemos sin casa y sin trabajo.
Un ejemplo “tonto” es que al principio de la relación le presté mi mp3 y le pedí insistentemente que sólo escuche música, que no toque los “settings” ni grabe, y después escuché una grabación que hizo “Hola, soy J., estoy en el subte”, fue gracioso, aunque me indicó que hacía lo que quería (y que no era muy cuidadoso de no dejar señales de eso). Otro ejemplo es que le pedí que al menos no fume marihuana en el último período de mi embarazo porque mis partos son muy rápidos y no quería que él esté en ese estado en ese momento tan importante, y no sólo fumó todos los días sino que además lo hacía en el trabajo. Después trabajó de remisero y también manejaba fumado, arriesgando gente.
Una anécdota graciosa que demuestra su percepción diferente (que es un desubicado) es que en una entrevista de trabajo para empleado de seguridad, el entrevistador, un supuesto capo de las fuerzas armadas o algo así -en sus 50 o por ahí-, le propuso simular una situación: éste hombre era un ladrón que tenía un arma apuntando a su padre y le pedía 10.000 pesos YA. Mi ex me contó que trató de persuadir al “ladrón”, pero que el futuro jefe le dijo “bum, ya está muerto tu papá”. Y me contó que él ya se había sacado los zapatos y estaba planeando cómo tirársele por encima del escritorio para inmovilizarlo. De solo imaginarme la situación me da risa. Por suerte el entrevistador cambio de tema y pasó el momento.
Cuando lo conocí, noté que su mamá lo llamaba insistentemente rastreándolo, recordándole que tenía que llevarle el auto en 10 minutos, por ejemplo. Y hasta empezó a llamarme a mí rastreándolo. Yo pensaba “pero... qué hincha esta mamá”, pero en seguida me di cuenta que no, era él el que fallaba constantemente y había que recordarle las cosas que tenía que hacer y las responsabilidades, por más simples que sean. Si salía a la calle ya no se sabía qué podía pasar. Él me dijo a veces que se sentía una constante falla, y odiaba eso. Si estaba “bien” me decía que era feo sentirse así y que no sabía cómo hacer para no fallar, que su cabeza no andaba bien. Si estaba “mal” me decía que lo hacíamos sentir fallado (yo y toda la gente que le marcaba cosas), que era una amarga, corta-mambo, mala onda, cosas así.
Empatía: ¿Le importa los sentimientos del otro?
No, en absoluto. Él mismo manifestó varias veces la imposibilidad de hacerlo, pobre. Jamás lo enterneció cuando yo sentía dolor, es más, me “patologizaba” en seguida. Una vez yo estaba mal porque había fallecido mi tía el día anterior y no sólo no me cuidó en absoluto sino que me dijo de todo y me acusó de depresiva por seguir en la cama al mediodía. Dice que se olvidó lo de mi tía. Y hay mil así.
¿Manipula?
Puff... un montón!!! Es muy hábil. No sé si esto es un ejemplo de manipular, pero a veces, ya separados, por teléfono hacía sonar las cosas como para que el que estaba con él interprete una cosa que nada que ver. Por ejemplo:
Yo decía: “sí, pero ahora va a dormir la siesta, vení después”;
Él: “quiero ver a mis hijos”;
Yo: “sí, te estoy diciendo que vengas después, ahora que va al jardín se levanta más tem...”;
Él: “¡tengo derecho a ver a mis hijos! No podés impedírmelo”;
Yo: “te estoy diciendo que vengas”;
Y me cortaba.
Y es un seductor extremadamente habilidoso, se adapta a lo que el otro espera de él.
Cuando nos separamos le dijo a todo el mundo cosas horribles de mí. Una de ellas, que yo no lo dejaba ver a los chicos (cuando era él el que no venía, no me daba plata y yo sin un peso ni posibilidad de ganar, con los dos niños, sin comida, sin su ayuda...). También hizo públicas cosas ciertas, errores que tuve, o cosas que habíamos hablado y superado, pero tergiversándolas y agregando mentiras, generando una mala imagen de mí. Yo noté un cambio de actitud hacia mí en mucha gente, fue doloroso. Y por actitudes de él me di cuenta de todo esto. Me di cuenta de que tenía algunos discursos armados (como el de no ver a los chicos, o que era un hombre golpeado; Yo le pegué algunas veces, quizás 10 o 15, y le revoleé bastantes cosas. Supongo que tengo esa tendencia y afloró con él, hasta a veces parecía que él lo buscaba, por ejemplo hablándome como una fiera a dos centímetros de mi cara. Ya el último año de la relación logré superar eso y no lo hice más) Después él mismo me lo contó (que había estado diciendo mentiras para arruinar mi imagen, que estaba muy perdido, y que ahora estaba tratando de recomponer mi imagen, que le decía a tal y tal y tal y tal que no era como les había dicho).
Tanto decía que no le dejaba ver a los chicos, que la gente le dijo que vaya al juzgado. Y él FUE! Fue al juzgado y todo! Supongo que para mantener la mentira, no sé. El tema es que él mismo me contó todo esto una vez que hablamos bien, la primera vez que fue “civilizado” más de ocho meses después de separarnos. Esa vez duró un par de meses bien. Pero creo que es porque me quería “reconquistar”. Es más, cuando le conté a la hermana que él me había pedido disculpas, lo primero que me preguntó ella fue “¿y él quería intentar algo?”.
Y durante los peores meses después de la separación me enteré (y sentí) que estaban aliados con el padre, en mi contra. Su hermano, mi ex cuñado, me dijo que a él le parecía que era el padre el que lo influenciaba y se cebaba en mi contra. Y eso retroalimentado con las mentiras que le decía mi ex de mí, resulta en que tenían a su enemiga pública número 1. Y lo noté en su comportamiento hacia mí. Era su enemiga. No estuvieron bien conmigo, y yo estaba saliendo adelante como podía con los dos bebés, durmiendo muy poco, comiendo gracias a mis padres, y trabajando como podía.
Y la familia de él dice que él es totalmente manipulable. Y puede ser; ese lado controlador mío lograba al principio convencerlo de algunas cosas. Al ser tan “raro” socialmente, yo a veces le decía cómo se tenía que comportar. Y me parecía que se esforzaba por hacerlo. Por eso siento confuso todo: siento, especialmente ahora que veo todo a la distancia, que es un AS de la manipulación (aunque a veces no sea muy brillante y se contradiga, pero llega a un nivel más profundo que lo verbal o lo lógico en su manipulación; hasta quizás causa ternura por esa falta de brillantez), pero por otro lado se supone que él es manipulable. No sé. Hasta, supuestamente, la hermana lo convenció de que la madre les había hecho brujería vudú (y cortó relación con su madre por meses por eso). Lo convencen de cualquier cosa! Y, como decía recién, es manipulador pero también es un poco tonto con eso... se contradice, deja pruebas de las mentiras que dice, no es atento en ese aspecto; todo el mundo sabe que es mentiroso. Pero manipula de otra forma, dentro de ese disfraz de tontito buenazo inocente.
Al principio lo traté como a alguien normal, por ejemplo haciéndole una mirada si decía algo inapropiado en público o haciéndole un golpecito abajo de la mesa en una reunión familiar para llamarle la atención sobre algo. Pero él lo hacía explícito, me preguntaba adelante de todos por qué le hacía la cara o por qué le había hecho un golpecito. Entonces decidí que era mejor ni meterme en lo que decía, o arreglar o alivianar el tema enfrente de todos.
Desde el principio de la relación, él en privado era muy distinto a su versión en público. Y me hacía quedar como una bruja a mí. A veces lo traté mal en público, porque además tengo (bah, tenía) cierta facilidad para enojarme, y él se aprovechaba de eso, apretaba los botones que necesitaba apretar para quedar como el regañado, el inocente y yo la bruja. Y, sinceramente, por esto y porque a mi siempre me importó mucho lo que los demás opinan de mí, me costaba pensar en separarme; por lo que iban a pensar (además estaba totalmente avergonzada de haberle pegado y sabía que eso iba a salir a la luz, pasaría a su lista de historias complicadas que cuenta respecto a sus ex-novias -la anterior a mí le pegó también, y es una chica inteligente, sana y buena). Por suerte lo superé y la forma en la que estuvo ensuciando mi imagen los últimos meses me hicieron superar esa cosa de que me importe tanto el afuera. ¡Me sirvió! Y además el ser madre relativiza todo.
Una vez fue un sacado, me maltrató, justo antes de ver una serie de TV que yo esperaba toda la semana para ver con mi hermana como invitada. Y también, de casualidad, venía su mamá. Y él, una vez que estaban ellas (yo luchando para mantenerme entera con toda la angustia que sentía), se puso en seductor, cocinaba, estaba simpático. Se probó un pullover y me dijo “¿me queda bien?” haciéndose el lindo, y yo no le contesté nada; la madre me dijo “te preguntó si le queda bien”. Quedaba mal yo. Pero no podía “ganarle” en su propio juego (contestándole, etc.), siempre fui muy transparente. Otra vez lo mismo, estábamos muy mal, veníamos de uno de sus exabruptos dañinos, y enfrente del padre me dice “te quiero mucho, ¿sabés?” y yo no le contesté nada, y el padre me dijo “te dijo que te quiere”. Cuando se iba el padre volvía a estar agresivo y dañino.
Hay muchas anécdotas de comportamientos raros de su parte. Una de ellas es que durante una discusión yo me fui a la habitación y escuché que agarraba el teléfono y marcaba y decía, como para que yo escuche: “hola, sí, llamo para averiguar cómo hago para divorciarme”. O sea: eso no es de un hábil manipulador. Eso es de un pobre tipo intentando manipular, pero muy patéticamente!
Al conocerlo, me mostraba cuadernos suyos de meses atrás, en los que ponía notas que decían cosas como “tengo que ser mejor para mi amorcito, no estoy siendo buen novio, tengo que alejar a la oscuridad y darle todo lo que se merece”, y yo le dije que no tenía ganas de leer esas cosas, a lo que él me decía que no las sentía, que las escribía a propósito porque ella le revisaba las cosas, para que le revise y encuentre eso. Y cuando le pregunté por qué me contaba eso me dijo que quería abrirse totalmente a mí. A veces pasaba horas hablando sin parar de sus historias del pasado, de sus historias con sus ex novias, y yo terminaba agobiada, hasta le dije que yo era una persona que necesitaba el silencio, para que pare un poco de hablar y no herirlo. Necesitaba que él se calle un poco! Porque además contaba cosas muy densas...
Él me mostró todos sus cuadernos con escritos personales, pero cuando yo le quise mostrar una agenda mía de recuerdos, no me dio bolilla! Eso me hirió.
¿Seduce?
Sí, es muy seductor. Intenta seducir a todos, no importa edad, género, lugar o momento. Siempre encuentra alguna zona para “entrarle” a la mayoría de la gente. Y los que no caen presas de sus encantos pasan a su “lista negra”. Por ejemplo, mi hermana. Nunca cayó en sus truquitos y le irritaba tremendamente cómo él mentía sin parar (sin decirle nada, pero tampoco dándole atención a él). Y él pasó a despreciarla bastante. Un día, casi sin conocerla, me llamó la atención cómo cuando ella dijo “¿les gusta?”, al mostrarnos un collar que había hecho, él dijo “no” de mala forma. Fue raro, maleducado, innecesario, insensible, y no lo esperaba de él; me sorprendió. Después le dije y al día siguiente le pidió disculpas a mi hermana enfrente de todos. No le importaba exponerse o “humillarse”.
¿Miente?
Es impresionante cómo miente. Miente en cosas pequeñas y en cosas grandes. Creo que casi no puede abrir la boca sin mentir. Por ejemplo: al contar anécdotas, siempre, pero siempre, exagera algo. Si nuestro hijo caminó a los 11 meses, él va a decir que caminó a los 9. Si nuestro hijo dice “quelo banana” él va a contar que dijo “papá, ¿me das una banana por favor?”.
Una vez le empezó a contar una historia tipo conspiración a un conocido extranjero. Hay un monasterio de alguna religión que desconozco, en la montaña. Este conocido le preguntó qué onda y él le explicó que usan zapatos tipo borcegos y reciben cargamentos de armas, que en realidad son todos jóvenes que entrenan todos los días, que es algún tipo de base militar de otro país (y estuvo hablando mucho del tema). A todo esto, no tenía ningún fundamento, básicamente inventó todo excepto lo de los borcegos. Después el conocido me vino a decir que se había asustado, pero que estuvo averiguando y no era así para nada.
De su pasado me cuenta anécdotas que siempre envuelve en enfermedades de los demás, o en cosas místicas, y hasta en brujería. Una vez me dijo que cuando su primer novia le cortó, la mejor amiga de ésta le quiso hacer tomar un té que tenía sangre de su menstruación, y eso era para llevárselo a la cama. No recuerdo pero creo que me dijo que no se acostó con ella. Pero el otro día me dijo una amiga en común que sí, que al cortar con su primer novia después se acostó con la mejor amiga de ésta. Lo que me llama la atención es eso: que cuando hace cosas “cuestionables” lo explica desde la mística o la brujería para desligarse de toda responsabilidad.
Esto es gracioso, una vez le pregunté “¿Donde está el papel que había escrito? ¿Vos lo tiraste?” y me dice “no”. Le digo “¿Y dónde está?”; me dice “apoyado en la basura”.
Esto es importante porque pudo haber tenido consecuencias en mi salud y de por vida. Al enamorarnos, le dije que nos hagamos tests de enfermedades venéreas, para empezar a cuidarnos solamente con la pastilla anticonceptiva. Le conté que justo me había hecho todos los análisis pertinentes unos meses atrás para un trabajo (e iba a la ginecóloga regularmente) y que no había tenido situaciones de riesgo (igual si quería íbamos juntos a hacer los nuevos análisis). Él me dijo que se había hecho todo también tres meses atrás en el ingreso de la facultad (tuvo un intento fallido de estudiar) y que estaba todo bien, y tampoco había tenido situaciones de riesgo. Tiempo después no sé cómo salió el tema y me enteré que no se había hecho ningún análisis para ingresar a la facultad. No entiendo esa mentira. Me arriesgó, y ¿todo por no pincharse una vez? Cuando le planteaba estas cosas se hacía el confundido o tapaba mentiras con más mentiras.
Cuando lo conocí me dijo que justo unos días atrás se había separado definitivamente de la novia, pero después me enteré que no, que terminó esa relación al conocerme.
De la remisería lo echaron, y él me dijo que era porque hacía demasiados viajes personales. Me dijo que era por mi culpa, cuando a lo sumo me llevaba 2 veces por semana a algún lado cerquita (y me hacía esperar un montón o se olvidaba de ir a casa a buscarme y yo con los nenes vestiditos esperando, era tremendo). Y me dijo que cuando el jefe empezó a hablar mal de mí ahí no pudo tolerarlo más y “casi lo emboca”, y que se tuvo que bajar del auto (en el que iba con su jefe al volante) casi en movimiento. El hecho es que lo echaron por demasiadas quejas de clientes y sí, probablemente por usar demasiado el auto en viajes personales (favores a amigos). Pero él quería manipularme y echarme la culpa (que es lo que seguro le dijo al resto). Y bastante ridículo: no sólo quería que yo sienta que lo despedían por mi culpa, sino que además lo despedían por “defender mi honor”! Lo que me duele es que yo no le creía estas cosas, pero al resto de la gente también se lo decía y muchos le creían. Me difamó mucho.
Lo mismo con el trabajo de cuidadores que mencioné antes. Yo me fui un mes a Buenos Aires embarazada y con el bebé, a rendir materias. Él se quedó en la casa y trabajando en lo del jefe que vivía al lado. A las dos semanas me llama y me dice que no da para más, que lo están volviendo loco, que la jefa está loca y que tiene que presentar la renuncia. Y hace eso. Yo volvía y a los 10 días nos teníamos que mudar y buscar otro trabajo. Y después me echó la culpa a mí. Cuando los conocimos, ellos nos contaron que buscaban a una pareja, que el hombre haga mantenimiento de chacra y que la chica les limpie la casa. A mi no me gustó para nada la idea pero no quería ser “nariz parada”. Lo hablé con él, le pregunté si le molestaba que diga que no, y me dijo que no había problema. Decidimos que no, que era complicado por el bebé y que podía ver de hacer otro tipo de trabajos (que es lo que hice). Y ellos nos aceptaron igual y estuvimos ahí 9 meses. Pero después le dijo a todo el mundo que nos habían echado porque no les servía que yo no “les haga las camas” (no era solo eso, sino limpiarles el baño, etc.), y que cuando me dijeron de hacerlo, yo dije “no, yo empleada doméstica no!”. Patrañas. Aunque me da un poco de cosa que él haya trabajado con sus manos y yo haber preferido tener un trabajo que no sea limpiar... lo habíamos hablado como pareja, era un tema terminado. Ellos nos habían aceptado con esas condiciones, y estuvimos 9 meses ahí hasta que lo echaron -y justo cuando estaba solo. Nunca supe lo que pasó ahí. (Agrego un dato: que a veces él me contaba que estaba trabajando con un hacha o con una pala y que la jefa estaba al lado diciéndole algo, o agachada desyuyando, y él fantaseaba con partirle la cabeza con la pala o el hacha).
Cuando nos conocimos le conté que había estado enamorada de otro hombre antes, y él me contó que él había sentido exactamente lo mismo con su amiga L. y que ella era todo lo que quería en una mujer. Al pasar los días y ver que ellos eran amigos y se veían solos, etc., yo le empecé a cuestionar que así no podía seguir siendo amigo tan íntimo de ella; a él no le gustaría que yo siga siendo tan amiga del hombre del que me había enamorado antes. Me puse celosa. Pero después me dijo que me había dicho eso para no sentirse menos, ya que quería tener una historia sentimental igual a la mía y nombró a su amiga por nombrar a cualquiera. Eso se lo creo, no tenía sentido lo que contaba de su relación con la chica. Al ver que su mentira le había complicado todo, se develó a sí mismo.
Una vez separados, a veces lo develaba en alguna mentira (quizás solo haciendo una pregunta que si él me la respondía se develaba), y me cortaba el teléfono. Se manejó mucho en la separación cortando el teléfono. Yo al principio, o estando juntos, insistía llamándolo (especialmente si dependía de él por algún tema de plata o de los chicos), pero ahora no lo hago más, y él al día siguiente o al otro, o cuando aparece, está como si nada.
¿Actúa para conseguir lo que quiere?
Sí, cuando quería tener un encuentro romántico conmigo después de separarnos estaba muy atento y dulce, me daba plata, etc., pero si veía que al final no resultaba, se daba vuelta completa e instantáneamente. Antes de separarnos, en las charlas largas que teníamos se ponía mal, lloraba y prometía cambiar, y después en alguna pelea posterior cercana me decía que era todo una farsa para no perderme.
Y depende con quién esté compartiendo sus días actúa como “súper papá” cuando en realidad no lo es.
Altera su forma de ser dependiendo de lo que quiere.
Coerción: ¿Usa la agresión física para conseguir sus objetivos?
No directamente hacia mí, pero a veces pateaba cosas, golpeaba puertas, rompía cosas, a veces cosas que yo quería mucho, y me empujó (hasta embarazada), o se paraba amenazante frente a mí, a veces me gritaba muy de cerca. Hasta en la luna de miel, recién bajados del colectivo en la costa, se enojó por algo y pateó con mucha fuerza una de mis valijas, a las que yo cuidaba mucho. En la luna de miel también me empujó, estando yo de espaldas, y caí al piso (no estaba yo “atacándolo”, como a veces decía). Y la mitad de los días de luna de miel estaba “mala onda”, no le gustaban los planes, etc. El resto estuvo divino. O durmiendo.
Ha tenido muchas peleas callejeras (especialmente de adolescente) y “casi peleas” con compañeros de trabajo por doquier.
Tiene conocimientos de artes marciales y eso, sumado a su fuerza increíble, intimida bastante. Yo sentía que nadie podía vencerlo en una pelea cuerpo a cuerpo. Por otro lado, yo sabía que si algún día nos asaltaban, estábamos en tremendo riesgo porque él iba a querer hacerse el héroe y quitarle el arma al ladrón con alguna maniobra de lucha. Lo discutí bastante con él, diciéndole que si nos asaltaban con un arma por favor no haga nada raro. Pero no hubo caso, él me decía que no iba a dejar que su vida y la de su familia estén a merced de un chorro y que con esos tipos era mejor sacarles el arma lo antes posible, que con sus conocimientos y habilidad él lo haría de una forma que no nos arriesgaría al bebé y a mí.
Una vez, ya separados, yo tenía una entrevista de trabajo en mi casa, mi mamá cuidaba al mayor y el bebé dormía. Yo estaba barriendo antes de que venga esta gente. De golpe cae él a ver a los chicos (sin aviso y después de muchos días), y le debe haber molestado ver que me arreglaba bien sin él, que mi mamá cuidaba a nuestro hijo, no sé. De golpe al yo decirle que no podía hablar en ese momento, que tenía una entrevista, me dice “loca de mierda!!”, ahí le dije que se vaya de mi casa, que no podía decirme eso, y que además se vaya que tenía que limpiar porque venía esa gente; iba a seguir barriendo y me escupió en la cara.
¿Usa la agresión psíquica para conseguir sus objetivos?
Mucho. Si veía su libertad cercenada yo me convertía en su enemiga, de ahí en más se encargaba de sabotearme, buscarme pelea, hacerme caer en peleas, para luego desatar su ira inmensa y manifestarme su enojo frente a algo, cosa que no hacía civilizadamente antes. Por ejemplo... si yo lo “hinchaba” para que se quede más en casa o le pedía que no fume faso. Así que yo quizás no sabía qué estaba haciendo mal, en qué me estaba equivocando -según él-, pero fui aprendiendo que no me lo iba a decir directamente, no me iba a ayudar a ser mejor, sino que se iba a alienar de mí e iba a “castigarme” los días posteriores (nunca me ayudó a ser mejor persona o mejor pareja comunicándome lo que sentía con respecto a mis actos y actitudes. Tuve que ir adivinando sola). También saboteaba mis actividades (si no lo incluían, o si lo incluían pero no le interesaban) buscando peleas. No es que yo era consciente, pero de golpe me daba cuenta al perder la actividad (por ejemplo al estar llorando minutos antes de tener que salir para el cumpleaños de mi sobrino, que se me corra el maquillaje, etc. Yo trataba de no llorar, pero él buscaba hasta lograrlo. Muchas veces me quedé en casa por tener los ojos hinchados, me sucede aunque llore poquito). Esto es algo que pasaba bastante: él diciéndome cosas horribles sin parar, y yo diciéndole que pare. Que pare porque me tenía que ir, que pare por el bebé, que pare por mi panza, que pare. Que no lo quería escuchar más. Y él seguía hablando y hablando, gritándome desde otra habítación, diciendo cosas que después en frío le recordaba y me decía que era cualquier cosa, que no sabía qué se apoderaba de él (o por qué yo generaba eso en él). A veces me fui a la calle con lo puesto porque no paraba. Otras veces se me complicaba (vergüenza por llanto, o por el bebé).
Parasitismo: ¿Vive del esfuerzo de otro?
En la convivencia, a un nivel organizativo, sí; jamás iba a pensar que había que cocinar, limpiar, comprar, ordenar, pagar las cuentas, etc. Pero si se lo pedía (y estaba en los días “buenos”), era muy colaborador. Si estaba en los días “malos” no sólo no ayudaba sino que me hacía sentir culpable si la casa no estaba limpia, etc. O ayudaba de mala gana. Una vez conté sus suspiros!!! Era increíble cómo suspiraba al hacer cosas de la casa. Por suerte me lo tomé con humor lo de sus suspiros, pero él no. Con respecto a lo laboral tiene muchísima energía y si hay que trabajar trabaja (una vez que va al trabajo). El tema es que le duren los trabajos (se auto-sabotea) y que cobre, ya que muchas veces trabaja prácticamente gratis, le cuesta valorarse en ese aspecto.
Ahora que nos separamos le cuesta hacerse su lugar, pero se queja de no tener donde vivir más que con sus padres. Tiene un terreno y podría construirse (más dado que sabe del tema) pero no se dispone a hacerlo. Y en la casa de la madre también: tiene un departamento al lado al que hay que hacerle el baño y quizás él podría arreglar algo con la madre y hacer eso, pero no lo hizo nunca.
¿Usa a las personas?
Creo que sí, pero también es muy usado por la gente. Se deja usar mucho, creo que buscando validación o amor o qué se yo. Él usa a la gente pero no sé hasta que nivel. Empezando por su madre, a la que sólo trata bien cuando necesita algo. Y me dijo muchas veces que a tal quería entrarle por este lado así le hacía tal favor, etc.
¿Logra distorsionar los valores y principios de los demás?
No sé hasta que medida, yo creo que la mayoría de la gente lo escucha por educación pero no le lleva demasiado el apunte. Lo único que se me viene a la cabeza es cómo le daba un discurso anti-cigarrillo a mi hermanito, quien después se desilusionó mucho al verlo fumando (cuando ya estaba muy mal, en los últimos meses de mi embarazo, comenzó a fumar y me lo ocultaba. Le encontraba paquetes de cigarrillos y me inventaba las historias mas rebuscadas. Lo mismo cuando le encontraba marihuana. Esto porque a veces me tenía que dar algo y como siempre llegaba y dormía (no le podía pedir) yo me fijaba en su mochila. Después empezó a dormir abrazado a la mochila. No me daba plata, la escondía y dormía así también por miedo a que le saque, creo. Yo no tenía ni para pañales o frutas para el bebé...).
¿Es insensible?
Sí. Lo comprobé en lo cotidiano, ya que siempre sentí que carecía de empatía. Y dice que la humanidad no merece vivir en la tierra y que no le provoca compasión ningún ser humano, pero sí los animales. A veces me decía, preocupado, que miraba a nuestro hijo y no sentía amor.
No sé si será de insensible yo, pero cuando lloraba emocionado por algo yo no le creía mucho. Por ejemplo, estaba sentado con nuestro hijo en brazos y de golpe derramaba lágrimas, y me decía “tenemos un hijo!”. Yo no le creía esas lágrimas y me sentía una guacha por eso. Además, yo quizás no me daba cuenta que estaba así y él se encargaba de que lo mire.
Y a nivel cotidiano, recuerdo haberle dicho bastantes veces “sos un insensible”, o ponérselo en las cartas que le hacía.
Una noche, la noche de año nuevo anterior, estábamos en la casa de su madre con muchos primos suyos que habían venido de viaje. Me insistieron y acepté salir a algún bar o boliche (estaba embarazada y no tenía muchas ganas). Dejamos al mayor en lo de la abuela paterna y salimos. Yo fui sola con él en el auto de la madre. Manejaba muy mal y le pedí que se modere, cosa que no le cayó muy bien. Ya en la cuadra de los bares, se puso a agredir verbalmente a algún adolescente al volante. Estacionó bruscamente, y quería salir a enfrentar al otro conductor (que no había hecho nada que no haga el resto de los adolescentes en esa cuadra). Yo, después de pedirle bien desde un principio que no sea agresivo al volante, y después de que me conteste muy mal, le dije que no salga del auto, y que me lleve a casa. Fuimos a buscar al bebé, y me llevó a la casa de mi tía, donde nos quedábamos hasta el día siguiente (esto fue después de dejar el trabajo de cuidadores, vivimos un mes en lo de mi tía hasta que conseguimos alquiler). Cuando me bajé en lo de mi tía no me ayudó, yo estaba embarazada de 6 meses y cargando al bebé dormido, y me tiró mi saco en la cara. Dormí ahí muy triste. No fue un lindo empezar del año. Al día siguiente él estuvo todo el día con sus primos. Yo fui con mi hermana al departamentito que habíamos alquilado con mi marido, y estuve acomodando muebles con ella. Armé la cama y dormí ahí sola con los niños esa noche. A la tarde, pasando por el centro del pueblo, lo ví muy contento en la estación de servicio, haciendo su “show” a pleno (me doy cuenta por cómo camina, ya), con sus primos, a los que llevó a recorrer la zona (él no me vio). Y luego no fue a dormir a casa ni me llamó. Eso es lo peor: ni me contactaba. Yo decidí dormir sola en la casa para ir acomodándola, y para “continuar con la vida”, el plan era empezar a vivir ahí el 1ro. Pero lo hice sola y angustiada. Lo más doloroso era que él estaba muy feliz y divertido (lo ví, igual ni hacía falta: lo sé).
Ah, y no tiene nada de tacto, he pasado varias situaciones incómodas por esto.
Una de las pocas veces que lo vi angustiado y le creí fue al ver una película, “Mi nombre es Sam”. Lloró desconsoladamente, mucho. Algo le tocó. Él se siente (o lo hicieron sentir) un poco discapacitado mental. También se emocionó con Rain Man y con alguna otra de temática similar. Ah, cuando ve películas, gesticula como si fuera los personajes. Si el personaje inclina la cabeza, él lo hace. Y así. Se re identifica, creería. Pero no es así en la interacción con la gente, tiene una postura actuada siempre y no percibe al otro.
También lloró desconsoladamente la primer vez que me contó de su pasado, de su niñez, de las cosas que sufrió. Y yo creo que era sincero. Desde ahí quería cuidarlo y sanarlo, me enamoró aún más su vulnerabilidad y me halagó ser la primer persona en su vida a la que se abría así.
¿Es cruel?
Sí, no conoce límites y cuando tiene un objetivo o está alterado es capaz de cualquier cosa. Me ha dicho cada cosa... Sentí mucha crueldad de su parte. No sólo indiferencia y apatía sino también crueldad, lastimarme a propósito. Hoy en día sabe que el punto débil y donde tiene poder sobre mí son nuestros hijos. Cuando puede lastimarme en ese aspecto lo hace (se los lleva y se incomunica, por ej).
Muchas veces me “pegaba donde dolía” con las cosas que decía.
Una vez, al mes de conocerlo, discutimos a la noche y se fue a dormir a lo de su madre (bueno, creo), a dos cuadras. A la mañana temprano tenía que ir a que me saquen una muela, era la primera vez que me iba a hacer ese procedimiento y estaba un poco asustada. Pero tuve que ir así, triste. Creo que me olvidé el carnet de la obra social y lo fui a buscar a la casa de una corrida, y ahí me crucé con él que había ido a buscar a nuestra casa CDs para escuchar con un amigo, mientras tomaban cervezas. En la calle me gritó (de un lado al otro de la calle), y al yo decirle algo decepcionada y medio llorosa hizo un grito como animal, poniéndose en cuclillas, cerrando los puños y mirándome con odio. Y se fue, seguramente a reirse un rato con su amigo, mientras a mi me sacaban la muela y después estaba en la casa donde vivíamos dolorida, triste y sola.
Ah, él puede estar totalmente divertido con amigos después de una pelea.
¿Humilla y desvaloriza?
Sí. Así como admira y supuestamente ama desmedidamente, también desvaloriza y humilla cuando está “cruzado”. Tiene definiciones desvalorizadoras para cada persona cercana a él (excepto sus amigos). Dice “Mi mamá es una enferma, un “vampiro emocional”, “mi hermana es una pervertida que trabajó demasiado en un banco y la plata le hizo mal a la cabeza”, “mi viejo es un abandónico egoísta hijo de pu.., pero igual lo quiero”, etc. Pero no lo hace en la cara de ellos, creo, o en público. Yo sólo fui testigo de desvalorizaciones directas y en persona hacia mí y hacia su madre. Sólo a nosotras nos humillaba y nos decía cosas feas a la cara. A la madre de una forma muy notable, es muy feo e incómodo ver eso.
¿Extraña, echa de menos?
Nunca me dijo extrañar a nadie, excepto a sus amigos, pero por otro lado no los llamaba ni les escribía, y si venían a la zona donde estábamos o se olvidaba de verlos o no se esforzaba demasiado. Sí extrañaba mucho nuestro pueblo, cuando vivimos en la ciudad. Y ahora me dice que extraña a los chicos pero por sus actos realmente no parece para nada. Los ve muy esporádicamente y prioriza muchas cosas antes que a ellos. Cuando le conté de una herida que se hizo nuestro hijo estando con los abuelos, y que tenía 3 puntos, me dijo que no venía a verlo porque tenía otros planes (sociales).
La primera vez que no dormimos juntos desde que nos enamoramos fue porque mi tía me invitó a Uruguay unos días. Yo lo llamaba, lo extrañaba muchísimo! Pero él estaba frío, y me quería cortar con la excusa de “no gastes”. Yo le decía que no importaba, que eso lo decidía yo, y me decía otra excusa. Sentí que quería estar solo, que mis llamados lo molestaban, en vez de hacerle bien (que es lo que tenía sentido si me guiaba por lo que siempre me decía de su amor hacia mí y lo importante que era para él). Fue muy triste sentir eso.
La primera vez que viajé sin él al pueblo donde viven nuestros padres (nosotros vivíamos en Buenos Aires) después de tener al primer bebé, también lo extrañaba mucho. El bebé tenía 6 meses y fue la primera vez que se enfermó. Él no me contuvo para nada desde Buenos Aires, ni siquiera llamaba. Yo, madre primeriza y lejos de nuestro pediatra de cabecera, estaba bastante asustada. Hasta me trató mal, me hacía sentir que le exigía mucho y le demandaba mucho por pedirle contención, o que le interese al menos. No le interesaba, el bebé tenía fiebre, yo no dormí cuidándolo, y él ni preguntaba al día siguiente como seguía. Y más de un año después, ya en nuestro pueblo y embarazada del segundo bebé, chusmeando su antiguo celular (que me lo regaló, ya era mío), encontré una grabación de ese momento, en la que tenía una voz horrible, totalmente deprimido pero malo (no deprimido triste). La voz en sí ya era impresionante, se la mostré a una amiga y no la podía creer. Y decía cosas horribles, como que yo había enfermado al bebé.
Nunca sentí que me extrañaba en los viajes; es más, se potenciaba su parte que me lastimaba.
¿Crea tensión y agotamiento en la relación con otras personas?
Tiene tanta energía, es tan invasivo, y habla tanto, que sí, a veces crea tensión. Otras veces su carisma sirve para alivianar tensión, también. Si va manejando, hay tensión en el auto porque es descuidado, demasiado veloz, y va charlando con los pasajeros al mismo tiempo que le va gritando y tocando bocinazos a demás conductores y peatones. Yo, en tono jocoso, le pedía que no vaya por las calles dando “lecciones viales” a todos los que se le cruzaban.
Ah, y cuando pongo “charlando” no es charlando. Porque la verdad que prácticamente no escucha lo que tiene el otro para decirle, y tampoco le deja mucho lugar para hablar.
¿Crea relaciones adictivas, dependientes?
A veces se hace amigo de la gente socialmente marginal (no intento ser despectiva), que siempre termina pidiéndole de todo. Sus amigos suelen ser los “personajes oscuros” del pueblo.
Por otro lado, uno de sus amigos tiene artrosis o artritis avanzada y él le hacía masajes (no es masajista), y si no iba a verlo una vez por semana a hacerle los masajes sentía que estaba fallándole (y el otro lo llamaba y lo buscaba). Aunque a mi me habían recomendado reposo por una semana en el segundo embarazo y teníamos al bebé de 1 año y medio, priorizaba irse a ayudar a su amigo, dejarme con todo y además sin la comida hecha, obvio. En ese embarazo no me hizo masajes ni una vez a mí. También, como ayuda tanto a todos, constantemente lo llamaban. “Se me quedó el auto en tal esquina, ¿podés ayudarme?”, “mi nene tiene fiebre, no sé qué hacer”, “me robaron el DVD y sé donde está, me podés acompañar a ir a buscarlo?”. Todos estos casos reales. A él le encantaba sentirse el salvador pero para mí la gente se abusaba.
¿Desea agregar algo más?
Sí. Tengo algunas dudas. Si él fuera psicópata, que creo que es así... ¿es conveniente que yo me asesore profesionalmente sobre cómo tratar con él? Ya sé que lo mejor es no tratar más con él, pero tenemos hijos juntos. Y de ahí nace mi principal preocupación: se menciona que la ex mujer corte relación, que si hay hijos la “entrega” de los niños sea breve y hasta a través de otra persona. Pero hasta ahora (me falta leer mucho) no encontré en ningún lado la consideración de que no sea sano para los hijos relacionarse con el padre. Si lo mejor es cortar toda relación con un psicópata. ¿Qué pasa con los hijos? No digo que me parezca bien cortar la relación, especialmente por ellos; necesitan a su papá. Pero tengo miedo de que les haga daño (psicológico y emocional, y también daño físico indirecto por su comportamiento arriesgado, su falta de código, su déficit de atención, su descuido y su egoísmo). ¿Qué hacer? Yo les doy amor sano, y estabilidad de mi parte. Con respecto a él voy lidiando con el día a día... cuando viene con un plan estrambótico (no muy apto para niños), trato de que no vayan, le propongo que planee algo –si quiere, otro día- más pensado para ellos (y no acepta, nunca aparece); o trato de que no vaya por la ruta con ellos en el auto... pero se me va dificultando. No sé qué hacer, porque no respeta (o no mantiene, después de un tiempito) pautas que supuestamente aceptó que son lo mejor (como que usen el cinturón de seguridad). Y miente, entonces no sé, me siento muy desamparada, arriesgando a mis niños. Tienen 1 y 3 años nada más, ni siquiera pueden comunicarme verbalmente mucho lo que sienten o lo que les pasa o pasó estando con su padre.
A veces se los lleva y pasan frío y/o hambre. No confío en él, y no quiero que los lastime. Además: leí que es común que si el padre es psicópata, lo sea el hijo (es más, creo que es el caso de mi ex y su padre). Eso me despierta bastantes fantasmas a futuro, aunque mis hijos son dos soles sanísimos y amorosos. ¿Hay algo que yo pueda hacer para ayudar a que mis hijos no sigan ese camino, además de ser una buena madre?
Y también, estoy muy confundida: ¿cuando se “abría” a mí al principio de la relación, me estaría manipulando? ¿Todo el tiempo actúa? ¿Por qué me parecía tan genuinamente tierno? ¿No puede ser que tenga algún otro tema psicológico menos grave pero que se haya armado de herramientas aprendidas de su padre? Porque era muy tierno e inocente, pero también tenía este lado cruel, sádico y oscuro (yo pensaba que eran corazas). Y por cómo miente parecería también –según leí- un mentiroso grotesco.
Al principio, después de nuestra primer pelea, le dije que se fuera de mi casa porque estaba muy alterado, y volvió a las horas, lleno de tierra y con una carta de amor (firmada con sangre! Ahora me acuerdo). Me dijo que había peleado con su sombra, y que había ganado. Que ahora iba a ser bueno y puro. Yo pensé que algo le patinaba (no le creí nada, y me lo imaginaba peleando sólo en la calle y hasta me daba vergüenza ajena), pero pensé que sería porque estaba mal (supuestamente lo había defraudado su gran maestro de artes marciales), y porque me amaba tanto que sentía que tenía que hacer eso. Él siempre me dijo que había algo oscuro en él, que era muy, muy feo. Que de chico había vivido cosas que ningún chico tiene que vivir. Que el oscuro era un sádico, pero que él le estaba ganando. También me mostraba fotos y me decía “mirá esta cara, ahí estaba el sádico”. Eso no entiendo: era sincero a veces conmigo (como cuando me decía, preocupado y con dolor, que a veces lo miraba a nuestro hijo y no sentía nada). Por eso dudo si es psicópata o no. Quizás sea algo tratable.
Ah, y en los momentos sinceros, también, me decía que no quería ir al psicólogo porque lo iban a derivar y medicar (y está en contra de eso, y de los psiquiatras y psicólogos).
Otra cosa a mencionar es que siempre estuvo peleado a muerte con algún familiar cercano suyo. Cuando nos conocimos eran la madre y la hermana (la hermana está peleada con la madre de él, también). A su hermana, no la invitó a nuestro casamiento! Y la mitad de las razones para tener ese odio eran infundadas. Es más, me contó historias que después las comenté con la hermana y eran mentira.
A veces después de días en los que estaba “malo” charlábamos por horas y yo le contaba la secuencia de lo que había pasado los últimos días, contándole lo que yo había vivido (le pedía que se ponga en mi lugar y lo hacía recorrer esos días que me habían resultado “infernales”), y es como que algo le hacía “clic”, y entendía todo, hasta se quería matar (en sentido figurado), parecía tan dolido y lleno de culpa, y me decía “pobrecita, lo que te hice pasar, recién ahora lo veo”, lleno de ternura. Pero al día siguiente estaba como si nada y sin ningún cuidado especial, sin especial tolerancia hacia mí, y no muy cariñoso (cosa que yo sí, ya que nos habíamos “reencontrado” supuestamente, habíamos mejorado y “ganaba el amor”; pero no). Las veces que sentí que más entendió que algo andaba mal con él (yo sentía que realmente miraba hacia su interior), él se ponía a llorar, gritar y retorcer, a veces, y se quedaba calmo acostado o sentado hasta que se acordaba y de nuevo como que se retorcía o le salía un alarido bien de adentro y angustiado. Y yo después de esto, de que él se sienta así, me preguntaba si yo lo estaba manipulando a que se sienta así, si él no sería normal, con errores como todos, y yo le hacía cargar culpas que no eran de él. Pero después recordaba los días anteriores y me decía “no, está bien todo lo que le dijiste, fue de corazón, no manipulaste”. Tenía esos debates internos, me daba culpa, estaba confundida sobre mi propia sanidad.
Sobre su perfil tengo dudas: miente, pero mal. En las discusiones siempre “ganaba” yo desde el lado de la lógica y la verdad, a veces hasta por cansancio (por eso a veces a la larga me daba culpas de si yo lo estaría manipulando). Digamos que yo era “La inteligente” de la relación. Por eso no me suena su perfil como el de otros manipuladores, aunque creo que él manipula a la gente desde otro lado, no desde la lógica o el “chamuyo”. A la larga, cada vez menos gente le cree mucho sus chamuyos.
Como él me volvía loca negando cosas que había dicho y/o hecho, comencé a guardar sus mensajes de texto en mi celular, por cualquier cosa (que me diga “hace una hora te mandé el mensaje” y yo había estado esperándolo 3 horas sin señales, por ejemplo), y en las discusiones feas anotaba algunas cosas que decía, acto que parecía desconcertarlo y me sirvió para que se calme, a veces. Y a mi me parecía, aunque manipulador y carismático, muy frágil e inseguro, y por eso a veces se las dejaba pasar, porque pensaba que lo hacía para no sentirse menos, o tonto. Yo veía un trasfondo de inseguridad y anhelos de amor, que lo movían a hacer las cosas que hacía (además de problemas de ira). Pero no sé.
Hace un par de meses me desperté después de soñar una pesadilla. En ella, estaba parado él a los pies de mi cama y nos quería prender fuego a los chicos y a mí. Yo le empezaba a decir algo (siempre pensaba, en las películas por ejemplo, que diciéndole algo al asesino, aunque sea un falso “te amo” llegado el caso, se puede evitar que haga algo horrible), pero él nos prendía fuego igual, a los chicos y a mí. Me quedé bastante asustada, yo en el fondo siento que es capaz de cualquier cosa.
Y hoy me tiene mal el tema de los chicos. Me confunde sentir que él es así. No con respecto a nuestra relación porque ya sé que no es amor lo que él tenía hacia mí (no en sus actos, como yo siempre le decía), y no volvería con él ni me siento más enamorada o atraída, pero me confunde con respecto a si él será o no psicópata, y qué hacer frente a todo esto. Quiero tomar la actitud que sea la mejor para mis hijos.
De hecho, no inicié el trámite de divorcio porque tengo miedo de que:
- al alguien nombrarle el tema de la tenencia él se de cuenta de que puede herirme por ese lado, o para quedar como mejor padre pediría la mitad de los días (aunque no le interese y no piense en los chicos), y eso cambie para peor la realidad de mis hijos y los arriesgue. Si él fuera “normal” a mí me aliviaría mucho en mi vida laboral y académica que él los tenga algún/os día/s fijo/s. Pero decidí no presionar y sólo responder y reaccionar (preparando los bolsos de los chicos si me avisa que se los lleva) a lo que él va buscando de los chicos, que es poco y nada. Son muy chiquitos...
- Se arme lío por alguna razón, y haga algo con consecuencias graves (como no tiene límites ni parámetros normales, es capaz de cualquier cosa; si estamos en un proceso legal, o de juicio, y alguien de su entorno le llena la cabeza, o está en postura de que soy su enemiga, es capaz de hacer cualquier cosa, con mentiras, etc. Y no sé cómo hace: es un genio en eso, siempre me hace quedar mal a mi! Aunque un comentario mío, por ejemplo, sea totalmente inocente, él contesta de una forma que queda re feo lo que dije).
- Por último, si llega a pasar esto de que se desate alguna “guerra legal” por sus ganas de hacer daño, mi temor es que aunque sé que tengo razón y tengo hechos, testigos para demostrar algunas cosas, él igual se terminaría comprando y manipularía a todos (hasta a un psicólogo si yo lograse se gestione tal encuentro), y haría lo que quisiera con el tema de los chicos. No quiero arriesgarlos a eso.
Y él también me da pena, pero ya estoy lejos de la instancia de querer exponerme para ayudarlo.
Muchísimas gracias por leer esto, yo sé que me explayé mucho. Julieta, 31 mayo 11
|