Sólo para estudiantes y
profesionales de la salud
CURSO SOBRE ESQUIZOFRENIA
Director Hugo Marietan
marietanweb@gmail.com
Derechos Internacionales Reservados
Doxografía sobre
esquizofrenia
Parte séptima
Hugo Marietán
Alcmeon
37, julio 2001
El defecto
a) Suponemos la
existencia de una alteración neurobiológica, que produce
esta falla en los ‘filtros’, encargados de hacer pasar
sólo la información ‘clasificada’, trabajada. Si
recibiésemos toda la información del medio, no nos
alcanzaría todo el trabajo cerebral para poder procesarla
y quedaríamos paralizados (no podríamos pensar,
reflexionar, poner una ‘distancia’, entre la recepción de
la realidad y la planificación de la acción, para ejecutar
la acción). El filtro, por ahora, es ubicado en algunas
regiones cerebrales como el tálamo, por ejemplo.
b) Otro elemento
a tener en cuenta, es una capacidad del psiquismo,
compartida por todos, que es la capacidad de aprender, el
de fijar, de tener hábitos.
O sea, que al
elemento anterior, la alteración nuerobiológica, se le
agrega el aprender y generar hábitos. El esquizofrénico se
‘habitúa’ a ser esquizofrénico. Tiene hábitos,
memorizaciones, almacenamientos de procesos
esquizofrénicos. ‘Aprende’ la esquizofrenia. Estos dos
factores dan el estado clínico llamado defecto.
Pienso que con
cada ‘brote’ se produce una nueva alteración en estos
sistemas encefálicos que llamamos metafóricamente
‘filtros’, lo que produce la sintomatología ‘florida’, la
estabilidad del cuadro conlleva un menor nivel de
capacidad, dado la profusión mayor de información anómala
en el campo de la conciencia.
Un caso:
A veces el diagnóstico diferencial
entre un defecto y una oligofrenia no es tan sencillo,
sobre todo si no se tiene la información de los familiares
que conocen la evolución. Como en el ejemplo que sigue,
en ocasiones los familiares ‘compensan’ los déficit del
paciente, en su ‘negación’ del problema.
Recuerdo el caso de un paciente de
unos 35 años, casado, que se ocupaba en el barrio de la
jardinería, arreglos en las casas, y trabajaba también
como servidor de café en un hospital. Concurrió la esposa
a consultarme porque decía que estaba insoportable.
La primera impresión sobre este
paciente era de una deficiencia mental, de una
oligofrenia. Un paciente que hacía tareas menores, no
leía, no estudiaba, no era sociable, y tenía de vez en
cuando reacciones agresivas, como tratar de golpear a la
esposa, romper algunas cosas.
Lo que le llamaba la atención a la
esposa era que no se quería bañar: “cuando le insisto
mucho, se mete en el baño, abre la ducha, pero lo espío
por la cerradura y veo que está sin bañarse, y hace que se
baña, y es medio insoportable el olor que tiene, y esta
agresivo, etcétera ”.
Entonces, le pregunto a ella como era
antes. Dice “yo los conocí a los 28 años”.
- Entonces algún familiar...
- “No, el hermano está en tal lado,
la madre murió...”
- ¿Y usted qué sabe de él cuando era
joven?
- Nada, porque yo lo conocí de
grande.
Él a su vez se estaba atendiendo con
psiquiatras del hospital, desde hacía dos años
aproximadamente, porque ella le había insistido por esos
períodos que tenía de agresividad.
Me dice: “lo que no puede olvidar es
a la madre, que falleció hace unos años, y a veces le
habla, y esas cosas”.
- ¿cómo es eso de que le habla a la
madre fallecida?
- “A veces está en el baño o en
alguna habitación, y es como que le habla: debe ser que la
extraña”.
Pido un informe al psiquiatra con el
que se estaba atendiendo, quien envía una nota con el
diagnóstico de deficiencia mental con rasgos psicopáticos.
En un momento dado ella me dice que
él la amenazó con un cuchillo, creía que ella era la
madre, y le hablaba como si fuera la madre.
Carlos era una persona de poco
hablar, conversaba lo mínimo, monosílabos, largos
silencios. En un momento dado le digo:
- ¿Usted que estudios tiene?.
- Yo soy seminarista.
- ¿Cómo seminarista?
- Si, tengo tres años de seminarista.
- ¿Usted sabe latín?.
- Por supuesto
Entonces voy diccionario Larousse,
donde hay frases latinas y le digo ¿qué quiere decir Elea
iacta est?.
Contestó: “La suerte está echada, eso
lo dijo Julio Cesar cuando cruza el Rubicón, en la Guerra
de las Galias. Yo traduje para el Seminario a Virgilio y
Horacio”.
No era una oligofrenia sino una
esquizofrenia con un defecto grave. La persona que había
sido un estudiante brillante, se había transformado en un
ser tosco, incapacitado y agresivo.
Le hago llegar inmediatamente una
comunicación al médico psiquiatra del hospital diciéndole
que el paciente tenía un defecto esquizofrénico grave,
etcétera. El médico que lo había atendido dos años,
rechazó absolutamente el diagnóstico, entonces lo envía
para que lo estudien a una Clínica de prestigio donde le
confirman que se trataba de esquizofrenia con defecto, lo
que produce un gran desconcierto en este psiquiatra, con
muchos años en la especialidad.
Con esto quiero mostrarles lo que
pasa por falta de información de lo que era antes el
paciente. Yo tuve la suerte de que Carlos habló, porque
muchas veces le habrán hecho la misma pregunta.
Estimo que este paciente, de acuerdo
al defecto que tenía, estaba en al menos, en un cuarto
brote. Y desde ese tiempo permanece internado. Ya no podía
ni hacer las tareas menores que realizaba.
A mayor cantidad de brotes, el
defecto es mayor.
Los síntomas
A) El humor en la esquizofrenia
Humor delirante
(Schneider) Trema (Conrad) (8)
Clima afectivo característico de la
etapa inicial de la esquizofrenia y reactivo a sus
vivencias.
Se distinguen
2 momentos:
1.
Perplejidad
Incluye:
vivencia de extrañeza, incertidumbre, inseguridad,
sensación de peligro, perjuicio, estado especial de
tensión, persistencia de incógnitas, autorreferencia ( una
señal, un mensaje, lo implica), reverberación mental sobre
la incógnita, manifestaciones conductuales inhabituales
(retracción, introversión, disminución de la actividad,
aislamiento, rumiación, interés en lo filosófico, o
religioso)
2.
Resolución:
Interpretación
anómala de lo percibido ( IAP )
Hipótesis anómala: “un pensamiento
anormal para algo anormal” (Delirio)
Interpretación Anómala de lo Percibido (IAP)
En este parágrafo daremos nuestro
concepto sobre la mal llamada ‘percepción delirante’, que
es uno de los ‘síntomas’ con más persistencia que se
encuentra en la esquizofrenia; tal es así que en un
seguimiento que hizo Cabaleiro Goás (12) de
unos quinientos pacientes a lo largo de quince o veinte
años... la mayoría seguía presentando percepciones
delirantes.
Las
características son:
1. el paciente
‘percibe algo’ - gesto, movimiento, actitud,
circunstancia - esta percepción es normal, lo que la
persona percibe es consensuado, puede ser objetivado por
otros: “...si, yo también estoy percibiendo esto”;
2. ‘hay un
plus’ que se agrega a lo percibido;
3. realiza una
‘interpretación anómala de lo percibido’; (IAP)
4. siempre es
‘autorreferencial’;
5. ‘conlleva
un mensaje o señal’;
Dado que la
‘percepción es normal’, vamos a borrar rápidamente el
error de llamar a esto ‘percepción delirante’, la
percepción no delira, y vamos a cambiarlo por
‘interpretación anómala de lo percibido’ (IAP).
En el concepto
‘interpretación anómala’, lo “anómalo” siempre implica la
interpretación de un tercero. Para éste es anómalo, es
distinto, en sentido estadístico. Teniendo en cuenta las
posibles interpretaciones lo que dice el paciente sale de
lo estándar, en ese sentido es anómalo.
Vamos a
discriminar este viejo síntoma, y a analizar en qué
consiste ese “plus”.
Un ejemplo:
“íbamos con mi padre, alguien se rascó la cabeza, eso
significa que me van a matar”.
a) “alguien se
rascó la cabeza”, lo percibido
b) “eso
significa”, la relación
c) “me van a
matar”, la autorreferencia, la IAP
Él iba con el
padre quien refiere sin darle importancia “sí, la persona
iba delante nuestro y se rascó la cabeza, me acuerdo, al
pasar, porque estaba delante nuestro, sino no hubiese
prestado atención al detalle, ¿cuánta gente se rasca la
cabeza?”, o sea, tanto el paciente como el testigo
confirmaban esto, lo que referían fue exactamente lo que
pasó.
La
sensopercepción (S+R=P) es normal, la percepción es un
partícipe necesario - como dicen en la justicia - pero no
involucrada en relación a lo anómalo, a lo distinto. No
podemos hablar entonces de ‘percepción delirante’.
¿Por qué no
tiene ‘completud’ esta percepción en sí? ¿por qué no hace
como el padre “como iba delante nuestro vi que se rascaba,
pero no le di importancia”?, con lo cual, al tener una
completud y estar cerrada, se la encasilla, la archiva, y
produce tranquilidad, no genera tensión, es un elemento
neutro.
En el
esquizofrénico P tiene algo más, no existe completud, no
le satisface ese simple hecho percibido, no es algo común,
habitual, hay un ‘plus’, hay ‘algo detrás de lo
evidente’. Es justamente ese plus el que hace a este
síntoma, el percepto llega completo pero se le agrega algo
más - estamos de nuevo en campo de la conciencia - este
plus, del cual el paciente no tiene noción de qué se trata
pero sabe que está, y hace que el PSC dispare una
hipótesis: “me van a matar”. Lo que se percibe
habitualmente es una ‘síntesis’ de toda la información que
llega de un objeto externo, esa imagen se nos aparece en
el campo de la conciencia ya pulida de los ‘excesos’ de
información que no nos es útil para esa ocasión, ya viene
recortada (desde el SP), minimizada. En el esquizofrénico
por falla en los ‘filtros’, esa imagen está sobrecargada
de detalles, con exceso de información, en ‘bruto’, por lo
que no logra terminar de procesarla para identificarla (de
nuevo la incógnita), así el PSC dispara, entonces una
hipótesis anómala.
Visto de esta
manera la IAP sería el reverso de una ilusión. En la
ilusión las señales de la sensación son bajas o llegan
bajas (s) y daría una falla en la identificación (P’) por
sobre complementación de la representación (R); sería s+R=P’.
En la IAP tendríamos una sobre carga de señales de S donde
las representaciones (r) no son suficientes para
complementarlas y entrarían al campo de conciencia como un
‘plus’, algo más idenfinido. Sería S+r=P+*.
Podrán darse
cuenta, si seguimos siendo atomistas, que esto no está en
el terreno de lo que se percibe, sino ya directamente en
el campo cognitivo, esto no es un fenómeno de la
percepción o de la sensopercepción, sino que lo cognitivo
ya está implicado y sigue las normativas de lo que
veníamos hablando hasta ahora. Esto es algo que se nota en
el campo de la conciencia, y que está, si ustedes quieren,
imbricado al sistema perceptivo. Es algo que en el
esquizofrénico se arma en el SP y se agrega a lo que
percibe. Es el mismo mecanismo que se repite una y otra
vez con diferentes nombres.
A veces la IAP
es autorreferencial en el sentido de ‘Yo se que significa’
ese mensaje, aunque implique a otro. Por ejemplo: “Vi caer
una carpeta, eso significa que van quemar la casa de mi
tío”.
Alucinación:
A la identificación de la imagen( P)
se llega a través de una construcción (S+R=P). A lo que
proviene del exterior (S), captada por los receptores, se
lo complementa con lo memorizado (R) y da el percepto (P)
Sí o sí, en el proceso
sensoperceptivo debe estar el objeto.
En la alucinación el objeto no está,
en consecuencia no puede haber sensación (S). Ya en este
punto sabemos, entonces, que la alucinación no es un hecho
perceptivo.
Sin embargo el esquizofrénico insiste
en existencia real de “P”. ¿Qué ha tomado como real, sino
tiene una S? Ha jerarquizado, como objeto real, una
representación (R). (....[+] R= “P”) Entonces:
La alucinación es la jerarquización
de una representación como percepto.
La vieja definición de alucinación
“Percepción sin objeto” se anula a través de estos
conceptos; si no hay objeto, no se percibe.
Las ‘voces’:
Por falla en los ‘filtros’ (ver más
arriba) ingresa al campo de la conciencia un PPC (para
mayor detalle sobre este concepto consultar:
Pensamientos Paralelos Concientes (PPC). Alcmeon, 25,
1998 ó
www.marietan.com.ar).
Un
paso posterior es la verbalización de este pensamiento
paralelo. Es decir, el esquizofrénico vivencia que el PPC
adquiere independencia y lenguaje, le es absolutamente
extraño a la propia persona. El sujeto desconoce que
genera estos pensamientos. Cuando el PPC se verbaliza y se
presentan concatenaciones lógicas, el paciente lo trasmite
en su discurso como que le “hablan”. Sin embargo, al menos
al principio, ningún esquizofrénico puede decir que esas
“voces” que siente dentro de su cabeza son iguales a las
voces con que le hablan las otras personas de su entorno
ambiental. Puede distinguirlas.
“P:
¿Alcanza a oír a Dios?.
R: Exacto yo fui presentado a Dios
en este hospital. Él me elegía soldado custodio y él me
eligió con un señor que le voy a dar una idea, que era mi
parte legal.
P: ¿Cómo le habla a Dios?.
R: Con voz de hombre, claro.
P: ¿Usted lo ve a Dios?.
R: Exacto, no exactamente cuando
lo quiero ver sino cuando me da información a imaginación
muda.
Cuando me da información a
imaginación muda sale una voz que da información, pero
cuando le da información con imagen viva, se hace con
fleje, le da propio, con latido propio. Yo tomo y él me
contesta.” Paciente de 42 años, 20 años de
internación.

Voces que dialogan entre sí
La
presencia de varios PPC determina las “voces que dialogan
entre sí”. Y a veces el paciente, con su pensamiento en
serie (PSC), que nunca deja de reconocer como suyo,
interviene y ‘dialoga’ con las “voces”, que identifica
como de otros.
Sonorización del pensamiento o “eco” del pensamiento
El Eco es una vivencia en la que el
propio pensamiento (normalmente subvocal), es sentido en
alto volumen. En este caso el paciente reconoce que es su
pensamiento, no el de otro. Luego hará una interpretación
anómala de este hecho: ‘Si mi pensamiento está en alto
volumen, puede ser escuchado por otros’, de ahí el síntoma
Difusión del pensamiento.
Siete pasos en la vivencia de
influencia
a) Diseño
paralelo de la acción
Construcción
mental de la acción: pensamiento, conducta: hablar,
moverse, etcétera.
b)
Ejecución de la acción paralela
La ejecución de
la acción sigue, por lo general, las “vías” de ejecución
de las acciones “normales” (las asimiladas por el Yo), de
lo que se infiere que la “orden” proviene de un nivel
“superior” a los elementos anatómicos y fisiológicos del
movimiento en sí. El nivel es el de las decisiones.
c)
Simultaneidad entre la acción del Yo y la acción paralela
La ejecución de
la acción paralela se realiza postergando a otra acción
del Yo. Pueden producirse fluctuaciones, ejecuciones
consecutivas del yo, y paralelas, que se expresan en el
síntoma llamado ambitendencia.
Si la acción
paralela es “débil”, el Yo puede controlarla, frenarla;
discurso: “me querían obligar a hacer”; “La voz
me decía ‘agarrá el cuchillo y matala’ y mi mano se iba
hacía el cuchillo, pero pude pararla”
d) Hay
conciencia de este fenómeno
Llega al campo
de la conciencia. Hay toma de conocimiento de la acción
paralela, no es un tics (movimiento automatizado no
conciente).
e)
Sorpresa
El yo se ve
sorprendido. Se topa con “algo” no previsto ni organizado
por él. Perplejidad.
f) Pérdida
del control del Yo sobre la acción paralela
La acción
paralela se descarga, ejecuta, y el Yo permanece como
“espectador”.
g) El Yo
interpreta, discurso: “me hacen hacer”
Aveces hay un
“plus” en lo ejecutado por la acción paralela que el Yo
reconoce como que “supera” o es “cualitativamente
distinta” a la que hubiera pensado o hecho por sí mismo.
No es una desinhibición de contenidos reprimidos, de
simples evocaciones. El armado tiene todas las
características de un pensamiento o movimiento completo
que el Yo reconoce como “inéditas” para él.
Disgregación e Incoherencia
En la
disgregación el discurso del paciente no se entiende,
porque la frase A no está relacionada con la frase B, ni
con la C, ni con la D. El paciente va hablando A, B, C,
D... y una oración no tiene nada que ver con la siguiente.
Nosotros interpretamos el mensaje en serie, A se continúa
en B, éste en C, y en el caso de la disgregación esto no
ocurre, en consecuencia concluimos:“no se le entiende”.
Pero si ustedes se toman el trabajo de grabar al paciente
disgregado y luego transcriben lo que dice, se van a dar
cuenta de dos cosas:
1. la frase A
esta relacionada con la frase D, la D con la L, etcétera,
entre estas relaciones pasó toda una secuencia de
oraciones donde cada una no tiene que ver con la otra, por
eso no se entiende. Pero si se realiza el trabajo de unir
diferentes frases (A, D, L, R, T, etcétera), se van a dar
cuenta que el paciente sí quería decir algo, y puede
obtenerse el mensaje.
2. El paciente
se expresa con oraciones, palabras sueltas intercaladas,
neologismos, interjecciones, pero de alguna manera respeta
la sintaxis (sujeto/ predicado), respeta la sintaxis de la
frase A, pero no respeta el encadenamiento, lo que implica
que se trata de una alteración del razonamiento, de la
forma de encadenar la frase, pero con respeto de la
sintaxis, que es lo que lo diferencia de la incoherencia.
En la ‘incoherencia’
no se respeta la sintaxis, no se conserva la estructura
gramatical sujeto, verbo, predicado, en consecuencia no
llega el mensaje. A veces ni siquiera podemos aislar una
oración. Entonces, si el otro no se expresa en un código
que yo pueda decodificar, es inentendible. La incoherencia
se manifiesta en el signo ‘ensalada de palabras’
Estos dos signos
se dan en pacientes muy defectuados.
Interceptación del curso del pensamiento
Es una
discontinuidad en el curso del PSC por absorción del mismo
ante los PPC. La irrupción de material anómalo al campo de
la conciencia hace que el PSC deba realizar una
concentración súbita sobre el PPC, esto es vivenciado por
el paciente como un parate en el hilo de “su” pensamiento,
esto le produce asombro, de ahí la gestualidad, y generará
la hipótesis de “robo o vacío de pensamiento”.
El paciente está
realizando un discurso, está siguiendo una idea directriz:
un inicio, un curso, una finalidad, un mensaje, y, de
pronto, discontinua su discurso con las siguientes
características:
1. corta el
discurso;
2. es
conciente de ese corte;
3. es actor;
(hay una actitud motora: gesto, movimiento del cuerpo)
4. hace una
interpretación anómala del fenómeno (“...me robaron
el pensamiento...”)
Debemos
diferenciarlo:
a) con
una ausencia epiléptica
b) con
discontinuidad por hipoergia en el depresivo mayor
c) con la
reticencia, por suspicacia
d) con el
“bloqueo” emocional del neurótico
a) En la
‘ausencia’ se corta el discurso, pero como no es conciente
de lo que pasó, no puede ser actor del fenómeno, y menos
que menos hacer una interpretación del mismo. Él está
hablando, de pronto discontinua el discurso, tiene una
actitud de parate breve, y sigue con el discurso, entonces
si le preguntan qué le pasó, les va a responder “¿que me
pasó qué?”, no sabe.
En la
‘interceptación del curso del pensamiento’, se corta el
discurso, él mismo se asombra de lo que está pasando, es
actor, y él mismo suele comentar “¿vio lo que pasó?”, y
ahí hace una hipótesis: “me robaron el pensamiento”
b) El paciente
con depresión mayor, el melancólico, por hipoergia (la
depresión es una cuestión de energía), está hablando con
nosotros y de pronto deja de hablar, corta el discurso por
falta de energía, pero, además está todo el cortejo
semiológico de la depresión, la gestualidad, el llanto,
etcétera, no está la interpretación anómala: me robaron el
pensamiento o similar.
c) A veces el
paciente, por reticencia, corta el discurso cuando se da
cuenta que lo que va a decir puede ser usado en su contra
o es una información que no quiere dar. Lo hace por propia
voluntad. Aquí hay signos de tensión y no existe la
interpretación anómala. En la esquizofrenia suele darse
que el paciente corte el discurso y diga : ‘¿para qué me
lo pregunta si usted sabe?’; esto está relacionado con la
vivencia de ‘difusión del pensamiento’
d) Los
neuróticos cuando se está por ‘tocar’ su área de
conflicto, suelen parar su discurso y negarse a continuar
o manifestar que están bloqueados
Caso
Clínico
Esta es la consulta de un familiar
llegada por e-mail. Lo enriquecedor es la visión sin
tecnicismos del familiar acerca de las distintas conductas
y etapas del paciente. De tal manera que en breves
párrafos se plasman casi todos los síntomas importantes.
Excepto algunos acentos, se ha conservado la redacción y
los modismos que indican un origen no argentino
“sun,
8 jul 2001 23:19:37
Mi nombre es XX y me gustaría hablar
sobre el caso de mi hermano que le diagnosticaron
esquizofrenia. El desde que estaba chico leía revistas
acerca de la telepatía y mas adelante el era muy callado
casi nunca hablaba. Era muy limpio iba a la escuela pero
era callado. Más adelante se enfermo no quería salir nunca
de un cuarto que teníamos atrás de la casa. Iban sus
amigos a animarlo a que saliera con ellos como antes y no
quería así quedo por mucho tiempo encerrado en el cuartito
el caso es que yo ya no lo mire por unos dos años y cuando
lo volví a ver otra vez no era el mismo se miraba
desarreglado un poco sucio con una gorra fea y sucia me
dio mucha tristeza. Se quedo con nosotros a vivir por
vario tiempo y en las noches hacia quejidos muy extraños a
mi me daba mucho miedo eran quejidos como de espantos y
en el día la mirada era como no sé decir no era su mirada
era la mirada de un endemoniado, no platicaba estaba ido ,
decía que el era Dios Jesucristo y muchas veces estaba
bien otras estaba mal se reía a veces solo. A veces
lloraba era muy triste verlo así hablaba cosas que no eran
varias veces lo llevamos a internar a un hospital para
enfermos mentales. Salía mejor de ahí , cuando se sentía
bien ya que pasaba el tiempo dejaba de tomarse las
medicinas y volvía a recaer a veces no quería levantarse
de la cama . Estaba enojado y cosas por el estilo duró
varios años así recallendo. Sintiéndose mejor duro quizás
diez años así. Después cuando se sentía bien me contaba
todo lo que alucinaba, cosas diabólicas terribles que el
creía que eran reales voces que escuchaba y creía que
alguien le quería hacer daño me dijo que no quien sea
puede aguantar todo eso. Después duró como medio año lejos
de nosotros en las calles vagabundeando sucio y buscando
comidas en los basureros. Hasta que mi madre lo recogió ,
viajo lejos para ir por él y lo trajo de vuelta con
nosotros lo llevó donde lo curaran y estando acá con
nosotros y las medicinas esta mejor, se regreso otra vez a
donde estaba antes pero ya con diez años de estar enfermo
de esquizofrenia él se interna solo cuando comienza a
sentirse mal. Él ya tiene ahorita treinta y siete años y
gracias a Dios con las medicinas que le están dando está
bien piensa bien hace todo bien y no alucina ya lo único
que no quiere trabajar. Me gustaría saber si esta
enfermedad tiene cura después de tantos años de haberla
tenido. Se los agradeceré muchísimos si me contestan esta
pregunta. Muchísimas gracias. y que Dios los Bendiga.”