Sólo para estudiantes y
profesionales de la salud
CURSO SOBRE ESQUIZOFRENIA
Director Hugo Marietan
marietanweb@gmail.com
Derechos Internacionales Reservados
Décima Lección
El tema que vamos a abordar hoy y el
de la siguiente clase, son de lo más polémicos que tiene
la doxografía. en las clases en que han sido expuestos
motivaron largas y encendidas discusiones. El profesional
tiene tan arraigado el concepto de “juicio desviado” que
le cuesta desestructurar el concepto para poder verlo
desde otra perspectiva. sin embargo las ideas madres de
este artículo provienen exclusivamente de la observación
de pacientes y de la práctica clínica. Ser produce
entonces un conflicto entre el conocimiento teórico
arraigado de “juicio desviado” y esta nueva idea tomada de
la realidad clínica. Si siguen, con mentalidad abierta,
los razonamientos verán que tienen su fundamentación en lo
que ustedes mismos verán, ahora con mayor nitidez, en sus
propios pacientes esquizofrénicos. Tampoco se me escapa la
implicancia en medicina forense de este cambio de
perspectiva. Muchos médicos legistas que asisten a mis
cursos, luego de comprendido y aceptado el concepto,
presentaron la cuestión de que si bien ellos podían
entenderlo, llevaría mucho tiempo modificar la idea para
aquellos que actúan en lo legal y no son médicos o
psicólogos. Y sí, tomará su tiempo.
Espero que continúen enviándome sus
reflexiones a mi email
marietanweb@gmail.com Hasta la próxima.
Doxografía sobre
esquizofrenia
Parte tres
Hugo Marietán
Alcmeon 37, julio 2001
El juicio no desviado
El juicio es una conclusión sobre
algo, “esto es una tiza”, “Juan es bueno”; y, en tanto
conclusiones, pueden ser verdaderos o falsos. El
razonamiento es un conjunto de juicios que siguen una
temática, puede ser correcto o incorrecto.
El esquizofrénico hace toda una serie
de juicios y razonamientos acerca de la cosa incógnita. El
juicio, el mecanismo por el cual llega a conclusiones, es
normal. Aquí llegamos a un choque conceptual con lo
clásico: el mecanismo por el cual el esquizofrénico
realiza los juicios no está ni desviado, ni alterado, ni
disminuido; el juicio del esquizofrénico es normal, y el
razonamiento, lo compartamos o no, es correcto, entonces,
tiene juicios claros y razona bien. El problema
está en la materia prima con que elabora ese
juicio, esto que es tan raro, extraño, distinto, le
hace crear juicios raros y distintos, hipótesis raras, “es
la voz de Satanás”. Ahora, desde el esquizofrénico,
escuchar una voz que le dice “andá a matar a tu padre y a
tu madre”, algo tan terrible, no puede sino provenir de
“Satanás”, o de alguien muy malo - ¿cuál es la imagen del
mal por excelencia que tenemos?, Satanás. Entonces, si se
sigue el razonamiento del esquizofrénico, los juicios que
elabora, tenemos que decir que el juicio está bien, y que
la maquinaria, podríamos decir, con que realiza todo ese
procesamiento cognitivo, también está bien. Pero , ¿desde
dónde es correcto?, desde el lado del esquizofrénico. Es
al ponerse del lado del terapeuta cuando viene el choque,
y esto porque él no puede decodificar con los mismos
códigos, por lo tanto no puede elaborar los mismos
juicios, hacer los mismos razonamientos, sacar las mismas
conclusiones, en consecuencia, para él, el mensaje del
esquizofrénico es incomprensible empáticamente e
inentendible cognitivamente, entonces aquí hay un vacío
de mensaje, porque no lo puede decodificar.
Varios núcleos delirantes
El esquizofrénico elabora una
hipótesis: “es Satanás”, pero con esto no genera una
respuesta estable para la incógnita. Entonces esta primer
hipótesis que elabora le sirve por un tiempo, durante una
etapa, después, como la incógnita persiste, o se agregan
otras sensaciones nuevas, entonces su PSC, su ‘yo pienso’,
elabora otra hipótesis y emite otra conclusión.
El terapeuta piensa: “primero me dijo
que era Satanás, ahora me dice que es tal otra cosa, por
lo tanto este individuo no tiene un núcleo delirante, como
el paranoico, tiene varios núcleos. Además el contenido no
me pareció algo consistente, cerrado, sólido, como que
elabora algo pobre, tiene escaso vigor psíquico, (a
diferencia del gran vigor psíquico del paranoico)”.
Pero esto no es más que una interpretación “ajustada a los
libros” del terapeuta. Simplemente el paranoico tiene otro
mecanismo.
Paranoia y esquizofrenia
El esquizofrénico no tiene un delirio
consistente, sino que va variando a través del tiempo;
esto se debe al hecho de que esta incógnita sigue
permaneciendo, o se agregan vivencias nuevas, en el campo
de la conciencia; esto no es algo que se resuelve en una
primera hipótesis, genera una segunda hipótesis, una
tercera hipótesis, de ahí que el terapeuta saque la
conclusión de que este tipo de discurso va variando en su
temática, y por lo tanto hable de polimorfismo, delirio de
varios núcleos, mal sistematizado o asistemático. Esto
sucede porque usa como patrón de referencia al delirio del
paranoico que tiene un solo núcleo y se va nutriendo,
desarrollando, a través de sus experiencias de vida. Es el
caso del delirio celotípico, del delirio hipocondríaco,
del delirio de persecución, del querellante, del delirio
de ser amado, el delirio pasional de Clérambault. Todos
estos delirios se desarrollan alrededor de un solo tema.
Sistematizado significa que la novela que construye el
delirante es buena, tiene su lógica interna, y se conserva
a través del tiempo, o sea, siempre dice lo mismo, de la
misma manera.
Hay una enorme diferencia entre el
paranoico y el esquizofrénico; la diferencia radical
consiste en que para el esquizofrénico ese algo que se
presenta en su campo de conciencia, del que es sabedor, es
distinto a su pensamiento, el esquizofrénico siempre dice
“alguien o algo me dice tal cosa... me hacen decir tal
otra”, su yo se presenta como mirando, observando, a esa
otra cosa que aparece en su campo de conciencia, ajeno a
su yo y que de pronto lo invade. Hace una diferencia neta
entre su yo y este fenómeno que entra a su campo de
conciencia y lo perturba, por eso van a escuchar las
conocidas frases: “ellos” “ellos me hacen decir, ellos me
dicen, ellos me hacen sentir”. ‘Ellos’ no ‘yo’.
En el paranoico la temática delirante
y su ‘yo’ están totalmente consustanciados: “Yo sé -
porque el paranoico tiene esa certeza – que...”. Y en
función de eso proyecta hacia el exterior y ‘compra’ del
exterior lo que el mismo proyectó. De esta manera, podemos
decir que el paranoico es un loco, es el que tiene una
radical variación de la realidad y está totalmente
consustanciado con esa variación.
El esquizofrénico conserva su ‘yo’, y
en el campo de la conciencia se siente invadido por estos
fenómenos y estas sensaciones nuevas a las que su ‘yo’
trata de explicar, entonces decimos que el esquizofrénico
es un enloquecido, por esta profusión que llega a su campo
de conciencia y no puede procesar adecuadamente.
Habíamos dicho que el mecanismo que
elabora los juicios del esquizofrénico estaba conservado y
obviamente el razonamiento. El mecanismo de juicio del
paranoico no está conservado, en él sí hay una forma de
elaborar juicios absolutamente anómala, su yo está
totalmente consustanciado con esa producción y con esas
conclusiones, y además tiene la certeza absoluta - la
certeza absoluta es el ‘yo sé’ que hace que la producción
psíquica tenga la repercusión afectiva que es le certeza,
se siente seguro (la seguridad es una cuestión de
afectividad) de lo que está haciendo, pensando, y creando.
El esquizofrénico, en definitiva, duda de sus hipótesis, y
produce una, luego otra, y ahí vemos que endebles son
estas construcciones que él hace.
Resumiendo podemos puntualizar:
1) El paranoico tiene plena certeza
de la temática en que basa el delirio y la mantiene: “esta
mujer me es infiel”; “me persiguen”, “me quieren
perjudicar”, “soy amado”.
2) La temática del paranoico está
totalmente consustanciada con su Yo
“Yo sé que me persiguen”, “Yo
sé que me es infiel”
3) El ve al mundo desde la
perspectiva de su yo ‘alterado’
4) No tiene ningún conflicto entre su
Yo y otra cosa que aparezca en el campo de la conciencia
(como es el caso del esquizofrénico), al contrario
5) La temática es elaboración de su
propio Yo ( su PSC), intrínseca de su yo
Por eso el paranoico es el loco,
y el esquizofrénico un enloquecido, un torturado
psíquico, por la entrada a su campo de la conciencia de
elementos que no puede terminar de procesar.