Sólo para estudiantes y profesionales de la salud
CURSO SOBRE ESQUIZOFRENIA
Director Hugo Marietan
marietanweb@gmail.com
Derechos Internacionales Reservados
Palabras
previas
Agradezco desde ya a todos los que
participen de este curso por Internet. Quisiera que la
modalidad sea participativa, es decir que sea amplio el
intercambio de inquietudes así, entre todos, iremos
conformando, dinámicamente, el desarrollo de este curso,
para ello les dejo mi dirección de e mail
marietanweb@gmail.com .
Todo el material que les será
presentado, proviene de clases dictadas en distintas
oportunidades para los cursos del Post grado de los
hospitales Borda y Moyano, de Buenos Aires. Por lo que
muchas veces serán clases transcriptas directamente de
cintas grabadas. Tal vez ello marque la distancia entre el
lenguaje coloquial y el escrito, pero ganaremos en
frescura, ya que se mostraran las participaciones de los
alumnos en esas oportunidades.
Comenzaremos con la Historia del
concepto a través de los distintos pensamientos sobre el
tema. Esto llevará varias lecciones para completarlo.
Luego vendrán las clases. La primera
es de 1998, donde se da un panorama general y clásico del
tema.
La segunda es de 1999, se continua el
tratamiento clásico, pero se agregan nuevas ideas sobre
las alucinaciones y otros síntomas.
La tercera y cuarta son consecutivas
y del años 2000, aquí cerramos una etapa que podemos
llamar tradicional. Es esta etapa van a encontrar, con
respecto a lo que sigue, muchos errores y contradicciones.
Pero esa es la manera de avanzar en la ciencia. El paso no
es un paso marcial e impecable, sino que la marcha incluye
caídas, retrocesos, tomar caminos errados, retomar nuevas
sendas, equivocarse, y volver a intentarlo. En algún
momento aparece algo de luz, y de eso se trata.
La quinta entrega es un artículo de
1998: “Pensamientos Paralelos Concientes”, que inicia una
nueva concepción sobre el tema esquizofrenia.
Y luego siguen distintas clases
basadas en el último artículo, 2001, “Doxografía sobre
esquizofrenia”, donde se termina de completar no solo un
enfoque distinto sobre la esquizofrenia, sino que se
propone un modelo de funcionamiento de la mente que da un
marco teórico a la mayoría de los síntomas psiquiátricos.
CURSO DE CLÍNICA PSIQUIATRICA
Parte I: Esquizofrenia
El escrito que sigue pertenece,
actualizado, a “La historia clínica en psiquiatría”, 1990,
de mi autoría, y aún inédito, y correspondía al apoyo
bibliográfico al curso homónimo dictado en el Departamento
de Docencia del Hospital José T. Borda, de Buenos Aires.
Esquizofrenia
Historia
del concepto
“La
historia de la esquizofrenia no es
una
historia de descubrimientos sino una historia de los
modelos de pensar”
Janzerik, W., 1980
La etiología de la esquizofrenia, al
igual que su patogenia, es desconocida.
No tiene síntoma patognomónico.
No hay un conjunto de signos y
síntomas universalmente válidos para realizar su
diagnóstico.
No tiene tratamiento específico.
No se puede prevenir ni su inicio ni
la aparición de un siguiente brote.
No tiene una evolución que pueda ser
previsible y, en consecuencia, su pronóstico, es
sólo una especulación.
Esta enfermedad de los ‘no
sabemos’, como lo fueron en su momento la viruela, la
lepra, la tuberculosis, tiene, para balancear, un punto en
común: los leprosos, los tuberculosos y los
esquizofrénicos existen. Los vemos en las salas de
los hospicios, en los consultorios externos, están.
O sea que, por un lado existe esa
persona con ese trastorno que por ahora llamamos
esquizofrenia, y por otro lado, están esas personas
insatisfechas, que no toleran la ignorancia, conformando,
ambos grupos (enfermos y estudiosos), un poderoso
generador de investigaciones, teorías, modelos,
convenciones, escuelas, etcétera, que no han conseguido
aún resultados contundentes.
Aquel que propague, imprudentemente,
que ‘sabe’ la etiología, o ‘el’ síntoma axial de la
esquizofrenia, sólo está difundiendo sus creencias, su fe.
En consecuencia, a la fecha, sólo
podemos hablar de modelos teóricos sobre la etiología o la
patogenia, sobre convenciones acerca de la sintomatología,
sobre prácticas terapéuticas que, estadísticamente, dan
resultados aceptables, y nada más.
Por otra parte el médico frente a su
enfermo no puede paralizarse con el pensamiento: “nada
sabemos, nada hacemos”, debe actuar, generar acciones para
aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del
paciente. Para ello necesita de modelos teóricos
consensuados que le den marco a su accionar asistencial.
También el investigador sigue una
franja de pensamientos que le de coherencia a su trabajo y
a sus hipótesis.
Ambos son artificios intelectuales
provisorios hasta que la etiología de la esquizofrenia sea
despejada de la maraña de posibilidades con que “la
naturaleza gusta de ocultarse”, como enseñaba Heráclito.
De estos modelos de pensar la
Esquizofrenia, que conforman a su vea su historia, nos
ocuparemos a continuación.
Si bien ‘esquizofrénicos’ existieron
siempre y a su sintomatología la encontramos desperdigas
en múltiples referencias desde el comienzo de la
escritura, y en cualquier región del mundo, y si bien
Kahlbaum, en 1868 describió la catatonía y Hecker la
Hebefrenia en 1870, es Kraepelin el primero en darle una
‘identidad’ a esta patología.
Emil Kraepelin
(1858 – 1926)

Fue alumno de Wilhem Wundt, a
instancias de quien en 1883 aparece su Compendio de
Psiquiatría de 380 páginas, ayudante de Von Gudden por
cuatro años y trabajó en Leipzig con Flechsig. En 1903 se
hace cargo de la cátedra de Psiquiatría de Munich y
dirigió la Königlische Psychiatrische Klinik. Se lo ha
descripto a Kraepelin como persona reservada, meticulosa,
respetuosa del orden y la autoridad. Apasionado de la
botánica, aficionado a la música, a la literatura y autor
de poemas publicados después de su muerte.
Aisló la DEMENCIA PRECOZ de la
constelación de trastornos psiquiátricos de su época,
utilizando la metodología médica (etiología - patogenia -
evolución, pronóstico). Especuló sobre una etiología
endotóxica que produciría una LESIÓN en el cerebro.
Distinguió los SÍNTOMAS
FUNDAMENTALES: repliegue afectivo, indiferencia, falta de
voluntad, perturbación del curso del pensamiento y del
razonamiento, “pérdida de la unidad interior”; de los
SÍNTOMAS ACCESORIOS alucinaciones, ideas delirantes,
automatismos gestuales, accesos depresivos o exitatorios,
impulsiones. (Bleuler, después, hablará de síntomas
primarios y secundarios).
La DEMENCIA como la entiende
Kraepelin, se refiere a la afectación de la afectividad,
la voluntad y el razonamiento (y en consecuencia la
personalidad; en cambio no están afectadas la
inteligencia, la memoria ni la orientación).
El grupo de la demencia precoz
incluía la hebefrenia (Hecker, 1871), la catatonía (Kahlbaum,
1874), la demencia paranoide (Kraepelin) y la forma simple
(descripta por Diem en 1903 y agregada en la 7ª. edición
en 1904).
Puso el acento en el pronóstico de
este grupo: terminación defectual, que la diferenciaban
del grupo de la Manía y Melancolía.
En la 8ª. edición de su tratado (4
tomos, 2500 páginas), que aparece de 1909 a 1913,
sustituye el grupo de la demencia precoz por el de
Demencias endógenas: “La desintegración de la personalidad
en la demencia precoz se cumple en general por desórdenes
de la afectividad y de la voluntad”.
Escrito de Kraepelin:
“INTRODUCCIÓN A LA CLÍNICA PSIQUIÁTRICA”
Emil Kraepelin, 1905
DEMENCIA
PRECOZ
Empieza a
veces la dementia proecox con un estado de
depresión que al principio podría confundirse con algunos
de los estados ya descritos. Como ejemplo de ello os
presentaré un jornalero de veintidós años que entró por
primera vez en este hospital hace tres. Pertenece, según
él dice, a familia acomodada y ha recibido la instrucción
primaria. Pocas semanas después de su ingreso sufrió
algunos ataques de temor, y entonces se trastornó, se
desequilibró, afectándose de la mente; quedábase con la
mirada fija, hablaba confusamente, y manifestaba vagas
ideas de culpabilidad y de persecución. Cuando entró en
este hospital respondía vacilante y confuso: sabía contar,
y cumplía cuanto se le ordenaba. Apenas hablaba por su
propia cuenta, o, a lo más, musitaba palabras
incomprensibles: había guerra, no podía comer, vivía con
permiso de Dios, había una liebre en la ventana que quería
morder en sus carnes, etcétera. Aunque entendía
perfectamente bien cuanto se le decía, y aun podía
dirigirse fácilmente su atención, no hacía caso alguno de
cuanto le rodeaba ni mostraba deseos de aclarar su
situación, por lo cual no sentía ni tristezas ni
esperanzas. Por lo común permanecía en cama rígido y sin
expresión, levantándose a menudo para arrodillarse o
pasear despaciosamente. En todos sus movimientos se
descubría cierta cohibición y falta de libertad. Si le
colocabais las piernas en una posición, en ella quedaban;
si levantabais los brazos ante él o hacíais ademán de
aplaudir, imitaba vuestros movimientos. Estos fenómenos,
llamados flexibilitas cerea o catalepsia y
echoprasix, respectivamente, nos son familiares en los
experimentos de hipnotismo. Existen siempre síntomas de
un peculiar trastorno de volición, cuyas varias
manifestaciones comprendemos bajo la calificación de
obediencia automática. También se observa en nuestro
paciente desigualdad peculiar, y debe mencionarse la
presentación de un ataque de inconsciencia con
sacudimientos en los brazos.
En el
curso de los nueve últimos meses ha mejorado el enfermo;
se ha hecho más consciente, es más natural su manera de
comportarse y experimenta una pronunciada sensación de
enfermedad, aunque persisten su estolidez, su apatía, su
falta de ideas. A pesar de esto le salió trabajo fuera y
no ha vuelto al hospital hasta hace un año. Se tiró de un
tren, perdiendo el pie derecho y fracturándose el brazo
izquierdo. Esta vez se daba cuenta y conservaba memoria
de cuanto le rodea; poseía bastantes conocimientos de
Aritmética y Geografía, aunque sin hacer nada motu
proprio; en la cama quedaba insensible, la mirada
vaga, sin preocuparse de sí mismo ni de cuanto pasaba a su
alrededor. Como motivo de su intento de suicidio alegaba
que estaba enfermo y que su cerebro había estallado un año
antes. Desde entonces no podía pensar por sí mismo:
“otros” conocían sus pensamientos, hablaban sobre ellos y
le atisbaban cuando leía el periódico.
Todavía
encuéntrase hoy el enfermo en el mismo estado; pasea
alrededor su mirada indiferente, sin que nada nuevo le
sorprenda ni pueda pararse su atención cuando se le dirige
la palabra; sin embargo, se logra obtener alguna respuesta
si se le apremia intensamente. Sabe dónde está, quién es,
el año y el mes y los nombres de los médicos; hace sumas
sencillas, y repite los nombres de algunas ciudades y
ríos; pero al mismo tiempo cree que es Guillermo Rex, el
hijo del Emperador alemán. No le apena su situación, que
acepta voluntariamente, pues tiene “lesionado el cerebro y
todas las venas”. Todavía pueden reconocerse las
flexibilitas cerea y la echopraxia. Si se le
invita a darnos la mano, cierra fuertemente la suya sin
alcanzar la nuestra.
Comprenderéis desde luego que estamos frente a un estado
de demencia, en el cual la facultad de comprender y
recordar conocimientos adquiridos hállase menos
trastornada que el juicio, y en especial que los impulsos
emocionales y los actos de volición que con aquellos se
encuentran en la más íntima dependencia. La enfermedad
así delineada correspóndese mucho con el caso ya descrito,
a pesar de su diverso desarrollo. La pérdida completa de
la actividad mental, y en especial el interés por nada,
así como la carencia de propia energía de impulsión, son
características y fundamentales indicaciones que dan a
éste como al otro caso un sello común. Además de la
debilidad del juicio existen rasgos permanentes y
fundamentales de la demencia precoz que acompañan a la
enfermedad durante toda su evolución. Comparados con
éstos, todos los demás trastornos, por muy salientes que
aparezcan en casos aislados, deben considerarse como
meramente transitorios, y por ende sin valor diagnóstico
absoluto. Conviene esto, por ejemplo, a las ilusiones y
alucinaciones, que son muy frecuentes, pero que suelen
evolucionar según diferentes grados, y aun no existir, sin
que afecten en nada ni el curso ni las líneas principales
e la enfermedad. Podemos asentar como regla que los
estados de depresión acompañados en principio de vívidas
alucinaciones o ilusiones confusas son la forma usual en
el preludio de la demencia precoz. Las oscilaciones
emocionales, por su poca estabilidad, son para el
diagnóstico de carácter aleatorio. Es verdad que al hacer
su aparición la enfermedad suelen observarse estados de
excitación o de depresión emotivos; más pronto llegamos a
convencernos de que tales anomalías emocionales no tardan
en desaparecer, persistiendo, sin embargo, sus
correspondientes signos externos.
Eugene Bleuler
(1857 - 1940)

Estudió con Charcot y Magnan, con
Auguste Forel, y en 1898 tomó la cátedra de Psiquiatría de
Zurich. Su trabajo en la clínica universitaria de
Burghölzli le permitió realizar sus estudios
psiquiátricos. Su ayudante Jung lo contacta con las ideas
de Freud.
En 1911 publica su monografía sobre
la demencia precoz, el grupo de las esquizofrenias, donde
presenta una crítica a las concepciones de Kraepelin, en
el sentido de que no todas las esquizofrenias terminaban
en demencia, que algunas esquizofrenias no eran de
presentación precoz y que algunas se curaban.
“Llamo esquizofrenia porque como
espero demostrar, la dislocación (spaltug) de las diversas
funciones psíquicas, es uno de los caracteres más
importantes”.
Pensaba que una lesión cerebral era
la responsable de lo que él llamó los síntomas primarios.
Llamó síntomas secundarios a la reacción de la
personalidad a esos síntomas primarios. Los tres síntomas
característicos eran: 1. la disgregación asociativa del
curso de las ideas, 2. el autismo, 3. la ambivalencia
afectiva.
Lo que unía al grupo de las
esquizofrenias era la escisión psíquica de la
personalidad. Su interpretación psicopatológica amplió
enormemente el concepto de esquizofrenia, a tal punto que
abarcaba gran parte de la patología psiquiátrica.
. SINTOMAS
PRIMARIOS
- Los
somatógenos.
- Los
psicopatológicamente no derivados.
-
Los de aparición precoz.
- Los de presentación constante y
persistente.
- Los psicológicamente incomprensibles.
.
SINTOMAS SECUNDARIOS
- Los psicógenos.
- Los psicopatológocamente
derivados.
- Los de aparición tardía.
- Los de presentación inconstante
y efímera.
- Los psicológicamente
comprensibles.
CLASIFICACIÓN DE LOS SÍNTOMAS ESQUIZOFRÉNICOS
Eugene
Bleuler, 1916.
I)
SÍNTOMAS FUNDAMENTALES O BÁSICOS O PRIMARIOS
(Propios de la enfermedad)
A)
Funciones simples
1) Desorden en la
asociación de ideas
a) Disgregación del curso
del pensamiento (desvariado, absurdo, incomprensible).
b)
Interceptación o “bloqueo” del pensamiento (“barrage des
pensées”).
c)
Perseveración.
d)
Estereotipias (verbales).
e) Condensación del
pensamiento. Neologismos.
f) Pensamiento “dirigido”
o “impuesto”.
g) “Robo” del pensamiento.
h) Rigidez del
pensamiento.
i) Ambivalencia
ideativa.
2) Desorden de la
afectividad
a) Indiferencia afectiva o
“embotamiento” afectivo.
b)
Irritabilidad exagerada.
c) Vivencias
de “influencia” sobre los sentimientos.
d) Rigidez afectiva.
e)
Ambivalencia afectiva.
f) Paratimias
B)
Funciones compuestas
1) Autismo,
o pérdida del
contacto con la realidad o pensamiento “dereirístico”.
2) Desorden de la
voluntad
a) Apatía.
b) Terquedad.
c)
Ambivalencia de la voluntad.
d) Vivencias de
“influencia” de la voluntad.
3) Trastornos de la
personalidad
a) Vivencias de “transformación” corporal.
b) Vivencias
“transitivas”.
c)
“Apersonizaciones”
(E Bleuler);
“Apersonaciones”
(M. Bleuler).
II) SÍNTOMAS ACCESORIOS
O SECUNDARIOS
A)
Síntomas psíquicos
(Complican el cuadro
fundamental de modo permanente o bien de manera pasajera)
1) Ideas delirantes
a) Originadas
repentinamente en el subconciente. Delirio
“d’emblée”.
(Representan la “experiencia delirante primaria” de
Jaspers y Schneider, que para estos autores es el síntoma
específico de la enfermedad).
b) Originadas a partir de
alucinaciones: persecutorias, megalómanas, celotípicas,
eróticas, “demonismo” (delirio de posesión).
2) Alucinaciones
sensoriales
a) Auditivas.
b) Visuales.
c)
Extracampinas.
d) Olfatorias.
e) Gustativas.
f) Táctiles.
g)
Cenestésicas.
h) Motrices.
3) Ilusiones
“Suelen existir al mismo
tiempo que las alucinaciones, pero son menos importantes
que éstas. A veces, ambas formas no se diferencian con
claridad” (E
Bleuler).
4) Síntomas catatónicos
a) Catalepsia
o “flexibilidad cérea”.
b) Estupor.
c)
Hiperquinesias.
d)
Amaneramientos.
e)
Estereotipias. “Morro” u “hocico” esquizofrénico.
5) Negativismo.
“Oposicionismo”.
6) Automatismos
a) Motrices
(acciones automáticas).
b) Verbales (verbigeración,
estereotipias).
c) Afectivos:
“risa inmotivada” o “reír forzado”.
7) Impulsividad
a) “Descargas”
coléricas, “descargas” agresivas.
b)
Deambulación. “Fugas”.
8) Desórdenes de la
memoria
a) Amnesias.
b)
Hipermnesias.
c) Ilusión del
recuerdo: a. “Déjà vu”; b. “Jamais vu”.
9) Desórdenes del
lenguaje hablado
a) Mutismo.
b) Ensalada de
palabras (esquizofasia).
c)
Perseveración.
d)
Estereotipia verbal.
e)
Neologismos.
f)
Verbigeración.
g)
Para-respuestas.
h) Manierismo.
10) Desórdenes del
lenguaje escrito
a) “Escritura
en espejo”.
b) Omisiones.
c) Uso
indebido de mayúsculas.
d)
Verbigeración gráfica.
e) Manierismo.
11) Alteraciones de la
personalidad en relación con el “yo” y el “mundo
circundante”
a) Perplejidad
por las vivencias de despersonalización.
b) Perplejidad
por las vivencias de desrealidad.
B)
Sintomas somáticos
1) Variaciones en el peso.
2) Lengua saburral.
3) Mal aliento.
4) Hipertimia.
5) Constipación alternando
con períodos diarreicos.
6) Ptialismo o, por el
contrario, sequedad de la boca.
7) Lividez o cianosis de
manos y pies.
8) Sudor frío.
9) Edemas de manos y pies.
10) Distimias.
11) Dismenorrea.
12) Libido disminuida.
13) Astenia.
14) Fibrilación de los
músculos de la cara.
15) Midriasis (en los
“brotes”).
16) Miosis (en el
“defecto”)
17) Insomnio.
18) Hipersomnia.
19) Hiperreflexia
tendinosa.
III) FUNCIONES INTACTAS
(Si se
presentan alteradas, lo son indirectamente a través de las
funciones simples o compuestas).
1)
Sensopercepciones (se alteran indirectamente, en
virtud del delirio).
2)
Orientación temporoespacial.
3) Memoria.
4)
Atención.